Ciertamente estaba en uno de esos momentos de la vida, en que todo le parecían problemas.
La cosa más absurda y miserable se le antojaba que eran enemigos en potencia.
Necesitaba resolverlo de alguna manera, y por experiencia sabía que lo mejor era salir de casa. -
Distraerse como fuera. -
Podía ir al cine, pero no le apetecía.
.Quedare en casa escuchando música tampoco, porque ya sabía que finalmente su cabeza iría a parar a este problema que la estaba martirizando.
.Tomó la decisión de ir ella sola, sin acompañante, a ese lugar lúdico mitad atracciones para niños, y mitad para adultos porque eran considerados peligrosos. Parecía una fiesta mayor de un pueblo, con música estridente incluida.
.Allí había de todo, hasta una caseta donde según rezaba el rótulo, un mago adivinaba el porvenir, también un laberinto enrevesado, e incluso un campo de golf en miniatura.
.Entretenimientos evidentemente no faltaban.
Y eso era lo que necesitaba.
.Le llamó la atención el que anunciaba SALA DE LOS ESPEJOS.
.Pagó su ticket, y entró.
.Allí rodeada de alguna persona que como ella, buscaba un pasatiempo, se encontró rodeada de espejos. Todos distorsionaban la figura. En unos aparecía gorda y rechoncha como un tonel, y en el siguiente, su figura era alargada, y sin saber porque, abrió la boca y puso las manos alrededor de su rostro, recordándole el famoso cuadro EL GRITO.
.Finalmente llegó al lugar, donde su figura se multiplicaba infinitamente. Todos los espejos puestos en circunferencia, le devolvían su imagen. En realidad no sabía discernir cuál era la que de verdad atrapaba su figura. La verdadera. Como un flash le vino a la memoria una película con esta misma escena.
.Y allí comprendió, que en la vida sucedía exactamente lo mismo. Todo eran reflejos de la misma cosa, pero en realidad la única verdadera era la que estaba precisamente en el centro del recinto. Todas las demás imágenes eran réplicas.
.Cuando comprendió que aquello era el reflejo de la vida misma se sintió mucho más conformada. A ella le estaba sucediendo aquello que tenía ante sus ojos. Existía un problema desde luego, y ella lo estaba multiplicando. Aunque sabía que sólo había uno, seguía viéndolo repetido.
.Al salir del lugar ya camino de su casa, pensó que por fin había encontrado una solución. El problema desde luego existía, pero no hacía falta multiplicarlo.
.Los espejos…buen sistema para reconciliarse y olvidar un poco los malos momentos..
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