Iniciado por
DANIEL7
Con la destrucción de Jerusalén y la captura del último rey judío Sedequías en 587 a.C., finalizaba la soberanía ejercida en la tierra por Jehová Dios a través de la línea de reyes judíos; en 1934, pasados "siete tiempos" (2520 años), la soberanía de Dios era reestablecida con la coronación en el cielo de su Hijo Jesús y Satanás era expulsado del cielo y arrojado a la tierra (Revelación 12:7-12); y, ¡oh casualidad!, en 1934 Hitler se proclamaba "rey" de Alemania, siendo aclamado por la ciudadanía como su "Mesías". Hitler pretendía establecer un gobierno mundial (el III Reich) que duraría mil años, ¡oh casualidad!, igual que Jesucristo (Revelación 20:4); además, pensaba que era un "enviado", que tenía una "misión divina" (¡oh casualidad!), lo que quizá no sabía es que quien lo enviaba no era Dios, sino el Diablo, y que su supuesta "misión divina" no era más que una concepción totalmente pervertida del mensaje de las Sagradas Escrituras.
Hitler dice en su libro "Mi lucha" ("Mein Kampf"): "Así hoy creo que estoy actuando en concordancia con la voluntad del Creador Todopoderoso: defendiéndome contra el Judío, estoy luchando por la obra del Señor," agregando: "la tarea de preservar y avanzar la más elevada humanidad, dada a esta tierra por la benevolencia del Todopoderoso, resulta ser una misión verdaderamente elevada." Para Hitler, remover los subhumanos de la tierra era un mandato divino de Dios Mismo, una "misión verdaderamente elevada":"La experiencia histórica ofrece incontables pruebas de esto. Muestra con terrible claridad que en cada mezcla de sangre Aria con la de gentes inferiores el resultado fué el fin de la gente culta... El habitante germánico del continente Americano, que ha permanecido racialmente puro y sin mezcla, surgió para ser el amo del continente; él permanecerá como amo mientras no caiga víctima de la deshonra de la sangre. Por consiguiente, el resultado de todo cruce racial es, en pocas palabras, lo siguiente: Llevar a cabo tal acto es entonces, nada más que pecar contra la voluntad del Creador Eterno." Entonces, es necesario "finalmente poner un término al contínuo y constante pecado original del envenenamiento racial, y darle al Creador Todopoderoso seres como los que Él Mismo creó." Hitler pensaba restaurar el Paraíso primigenio, o por lo menos, preparar el terreno para que así fuera ("no soy yo todavía el que ha de venir" dijo más de una vez). Posteriormente, cuando las tropas Nazis arrasaron Europa, cada uno de ellos llevó una hebilla de la armada inscrita con las palabras "Dios está con Nosotros".
¿Te parece poco?
Marcadores