Iniciado por
Emeric
Comenzaré dándoles la postura que yo defendía cuando era pentecostal. (Naturalmente, si otros foristas pentecostales del siglo XXI desean aportar aquí alguna postura quizás distinta de la que yo predicaba, pues, será bienvenida).
Yo predicaba en contra de la eutanasia, porque así me lo enseñaron mis líderes. Y el principal argumento que esgrimía era que sólo Dios puede quitar la vida. Bueno, en realidad, no hay que ser pentecostal para opinar de esa manera. Gente que no es pentecostal opina lo mismo, ¿ no es cierto ?
Ahora bien, me parece que mi postura de entonces era muy expeditiva; no veía la problemática del sufrimientio físico y moral al final de la vida, y sólo se limitaba a lo ideológico, en este caso, bíblico y, por ende, teológico. Yo predicaba sin preocuparme por gente que estuviera en esa situación; predicaba desde mi cómoda situación de persona que goza de buena salud.
Recuerdo que en el verano de 1974, estuve predicando en Maracaibo, Venezuela y presencié el terrible final de la vida de una señora a la que visitamos un obrero de mi denominación y este servidor. Tantas décadas después siguen resonando en mis oídos los gritos de dolor de esa dama, la cual sufría de un cáncer muy avanzado. Lo único que pudimos hacer por ella fue predicarle que Dios podía sanarla pues, como pentecostales al fin, creíamos en la sanidad divina y que, de todas formas, si ella había aceptado a Cristo como su Salvador personal, ella, al morir, iría a morar con el Señor, junto al cual ya no sufriría más ... Y le oramos para que, en el nombre de Jesús, ella fuera sanada ... Lamentablemente, Dios no la sanó ... Y falleció pocos días después ...
En otras palabras, nada saqué con descartar, en mi mente, la eutanasia para esa señora. Hoy, en el 2012, estoy a favor de la eutanasia, pues me duele mucho ver a la gente sufrir de esa manera.
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