Las dos Rosarios
Lo micro…
Tan pequeño era el nido
que nada escapa de su par.
En el principio era el silencio,
murió por olvido
y quedó un ruido universal.
-A ver, ¿alguien puede decirme qué es la muerte?
Levantó la mano Luisito, y dijo:
-Lo contrario de la vida, señorita.
-Muy bien, Luisito. – ¿Y por qué hay vida Luisito?
-Por follar, señorita.
-¿Cómo? ¿Quién te ha dicho eso?
-Lo dice el padre, señorita.
-Entonces… ¿por qué hay muerte, Luisito?
-Por desfollacer, señorita.
-¿También lo dice el padre, Luisito?
-Sí, sobre todo cuando se lo pregunta mi madre.
-Dile al padre que venga a hablar conmigo,
y que me explique con pelos y señales
eso que dice de la vida.
-No va a conseguir nada señorita; mi madre está cansada
de pedirle explicaciones.
-Quién sabe, Luisito… Quizá yo tenga un fondo cósmico
al que tu padre pueda dar una respuesta.
-¿No hemos quedado que el fondo cósmico es el ruido?
-Por eso, por eso… ¿y qué es la vida, sino ruido?
-Pues ahora entiendo por qué mi padre
entra y sale de casa sin que nadie se entere;
de hecho, yo nunca lo he visto.
-Entonces, ¿cómo dice tu padre lo que dice?
-¡Levantaos, que entra don Gregorio!
Dejemos este asunto pendiente. Ahora el señor cura
os instruirá sobre un pasaje de las sagradas escrituras.
-¡Señorita!
-Sí, Luisito...
-¡Ése!, ése es el padre.
Desfalleció la señorita de súbito impacto,
y se produjo un gran tumulto. Creyendo Luisito
que la seño había muerto, le dijo a don Gregorio:
-Ahora, ahora don Gregorio, es cuando debe actuar
y sacar el espíritu santo.
-¿Y qué debo hacer, Luisito? –preguntó el cura apuradísimo-.
-Lo que le dice a mi madre:
“todo es follar y resucitar,
y no desfollecer ante el altísimo,
porque maestra es la vara
de omnipotente poder”
En esto la señorita recobró el sentido.
-¡Grégori!, ¿a todas les dices lo mismo?
Luisito, que creía que el milagro se había producido, preguntó a la seño:
-Qué tal señorita, ¿ha sido de su agrado?
-Igual que tu madre… Vacío está el sagrario,
y sólo queda el eco de algún canto gregoriano,
que lavándose las manos nos engaña con rosarios.
FIN
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