Ahora le toca a Mary ...
No se puede comparar nuestros padres con Dios. Es obvio. Nosotros podemos querer o no a nuestros padres, cada uno según le convenga, con Dios no. Porque hay un juicio final.
Esto que comento no es para meter miedo, ni nada parecido a ello. Cada uno es libre de hacer lo que quiera, es simplemente que no están al mismo nivel.
Dios ayuda a nuestros padres como nos ayuda a nosotros. Y todos nos encontraremos con Dios. No existe pues, un mismo nivel para hacer la comparación.
Marcadores