... y dime por qué estás llorando ...
- ¡ Ay, Emeric ! Es que tú no te puedes imaginar el sufrimiento que he tenido que aguantar desde hace tantos milenios ...
- Pero, ven acá, ¿ por qué sufres ?
Acércate a mí, Satanás, y cuéntame. ¿ Qué es lo que te pasa ? Te veo tan deprimido ... Siéntate ahí, hombre, perdón, Diablo ...
- Pero si es que tú lo sabes muy bien, Emeric : los cristianos la han cogido conmigo, y me echan a mí la culpa de todo lo que anda mal en el mundo. Ya estoy hasta la coronilla de que me acusen de todo. ¡ Harto ! Que si soy yo el que los enferma, el que los mata, el que los saca del evangelio, el que hace que se rompan los matrimonios, el que si esto que si lo otro ... Pffff Ya te digo; soy el chivo expiatorio de los creyentes. Ya no puedo más ...
- Un momentito, Sata (¿ te puedo llamar Sata ?)
- Sí, claro. También hay quienes me llaman Lucy, por aquello de Lucifer, pero eso sí que no me gusta. No soy mari ... posa. Sata suena mejor, de verdad ...
- Pues, bien, Sata, mira. ¡ Cálmate, demonio, y deja de lloriquear ! A ver, sóplate la narizota con este pañuelo.
- Zfffffffffff ZZfffffffffffffff
- ¡ Hostia, me lo quemaste !
- Discúlpame, Emeric. ¿ Qué me estabas diciendo ?
- Ah, sí. Pero es que tú tampoco eres ningún santito ...
- ¡ Joder ! Ya lo sé que yo no soy ningún santito, pero eso no le da derecho a nadie a quitarle la parte de responsabilidad que tienen Dios y los humanos que El creó, ¿ no te parece ?
- Claro, Sata, te entiendo. Pero Dios y tú, ¿ no eran amigos antes ?
- ¿ "Amigos" ??? ¡ Deja el relajo ! ¡ Estás craqueao, chico !
Ese Viejo me creó a mí y a otros millones y millones de seres angelicales tan lindos como yo, pero es un dictador. Fíjate tú : con el pretextito ése de que nos creó, nos exigía que lo adoráramos. ¡ Que lo A-DO-Rá-RA-MOS !
¿ Te das cuenta de lo orgulloso que es el Viejo ???
- Y tú no estabas de acuerdo con esa exigencia.
- ¡ Claro que no ! Por la madre que nunca me parió, ¿ por qué iba yo a adorar a ese Viejo orgulloso ?
- Pero, ven acá, en principio,
el orgulloso fuiste tú, ¿ no ?
- ¡ Ja, ja, ja ! ¡ Qué chistoso ! ¿ Quién te contó eso, Emeric ?
- Bueno, Sata, los creyentes dicen que tú te ensoberbeciste contra Dios y que por eso fue que
El te sacó a patadas del cielo.
- ¿ Y tú te tragas esa guayaba ???
- Bueno, según la Biblia ...
- ¡ Ahí la tenemos ! "Según la Biblia". ¿ No te das cuenta de que los que escribieron la Biblia son
panitas del Viejo ? ¿ Acaso escribí yo algún librito para acusar al Viejo de orgulloso y de egocéntrico ? ¿ Verdad que no ? El dice que el malo de la peli soy yo, pero eso
no es verdad;
el malo es El.
- Bueno, Sata, disculpa, pero tengo que salir. ¿ Me cuentas el resto en otra ocasión ?
- Sí, claro.
- Y no llores más. Ya seguiremos analizando tu caso. Adiosito.
- Gracias, Emeric. Por lo menos hay alguien por aquí que me da la palabra para yo poder defenderme un poco ...
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