Mientras Sudán del Sur implosiona en una creciente locura masiva de violencia étnica y una vez más decenas de miles de seres humanos se ven forzados a escapar para poner a salvo sus vidas, las señales de advertencia apuntan todas ellas a que el plan estadounidense para desestabilizar Sudán ha comenzado a dar sus frutos.
Para empezar, EEUU es quien está pagando los salarios del Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA, por sus siglas en inglés, el ejército nacional de Sudán del Sur), habiendo ya desembolsado alrededor de 100 millones de dólares solo en 2011. ¿Es un país realmente independiente cuando una potencia extranjera paga los salarios de su ejército? ¿A las órdenes de quién está realmente ese ejército?
En la actualidad, miles de “cascos azules” de la ONU están fluyendo hacia Sudán del Sur. Esos “mantenedores de la paz” provienen casi en su totalidad de la vecina Etiopía y forman parte del ejército etíope, el mismo que está perpetrando un genocidio/contrainsurgencia en el Ogadén, en el sureste de Etiopía.
Es el mismo ejército etíope que ha invadido repetidamente Somalia actuando bajo las órdenes de EEUU. El mismo que seis años antes invadió Eritrea. “Mantenedores de la paz” se les llama...
Los salarios de esos “mantenedores de la paz” etíopes, con todos los gastos que actualmente conllevan, están pagados por el Tío Sam.
Así pues, tenemos que tanto el ejército de Sudán del Sur, el SPLA, como los “mantenedores de la paz” etíopes están pagados por EEUU. Con amigos como esos, ¿se extraña alguien de que Sudán del Sur esté desintegrándose?
Y ahora nos enteramos de que el régimen de Obama, el actual ocupante de la Casa Blanca en EEUU, está planeando “vender” armamento avanzado al SPLA. Mientras, cada día, cientos de niños mueren en Sudán del Sur a causa de la carencia de agua potable, alimentos, refugio y atención sanitaria, pero como la respuesta estadounidense es proporcionar bombarderos y aviones de combate, lo mejor que vamos a acabar viendo es que los sudaneses se matan entre ellos.
Todo esto tiene mucho que ver con los campos petrolíferos sudaneses en la región de Abeye, justo en la frontera entre Sudán y Sudán del Sur. Los campos petrolíferos sudaneses son los únicos en África que están en su mayoría bajo el control y propiedad de China.
Se supone que el plan de “EEUU/ONU” hará que veamos hasta 10.000 soldados etíopes, bajo la tapadera de un mandato de “mantenimiento de la paz” de las Naciones Unidas, ocupando las estaciones de servicio existentes alrededor de los campos petrolíferos de Abeye, el mejor de los planes posibles para pasar a controlar ese petróleo algún día.
Etiopía es el valedor local de EEUU, su poli/gendarme en África Oriental y ¿dónde desplegar mejor sus servicios que alrededor del único campo petrolífero bajo propiedad y control chino en la región sudanesa de Abeye?
Así, EEUU podría matar dos pájaros de un tiro desestabilizando Sudán del Sur.
En primer lugar, al ayudar a instigar una serie de baños de sangre étnicos en Sudán del Sur, puede provocar un estallido de enfrentamientos entre Sudán y Sudán del Sur bajo la cobertura de los cuales se atacarían, dañando, los campos petrolíferos de Abeye y el muy vulnerable oleoducto Abeye-Port Sudán.
Esto pondría eficazmente fin al proyecto de desarrollo energético más importante de China en África.
En segundo lugar, al cortar el suministro de petróleo de Sudán, EEUU podría presionar enormemente al gobierno sudanés dirigido por el presidente Omar Al-Bashir.
Si Al-Bashir se queda sin sus ingresos provenientes del petróleo, le será muy difícil mantener el nivel de vida al que gran parte de su pueblo espera acceder y esto podría desestabilizar gravemente su gobierno.
A mediados de 2011 se supo que EEUU había comunicado a determinadas autoridades de Sudán del Sur que no necesitaban el dinero del petróleo para sobrevivir, que podían acudir a la ayuda occidental. ¿Un anticipo de lo que está por llegar?
Suceda o no todo eso, lo único claro que el mundo puede ver es que la independencia del Sudán del Sur, que tanto ha apoyado Occidente, está convirtiéndose en una pesadilla para los pueblos de la región. Nada sorprendente cuando uno averigua quién está actualmente financiando, y armando, al ejército del país.
Lo único que cabe esperar de EEUU en Sudán del Sur es una continuada política de “gestión de la crisis”; para ello, primero se auspicia una crisis y después se administra lo mejor posible el asesinato y el caos a fin de explotar las riquezas de la tierra o, en última instancia, si no quedara más remedio, negárselas a tu enemigo.
Y quizá, durante el proceso, veamos incluso el final del gobierno sudanés del presidente Omar Al-Bashir, el mismo que Occidente no ha dejado de difamar.


Thomas C. Mountain es el único periodista occidental independiente en el Cuerno de África. Vive e informa desde Eritrea desde 2006.