Las palabras que dan título a este tema están sacadas de la conversación de un ángel con Daniel, y se estaba refiriendo precisamente a estos últimos días que vive la humanidad actual. Las palabras completas dicen:
Daniel 12:9 Y él pasó a decir: “Anda, Daniel, porque las palabras quedan secretas y selladas hasta el tiempo de[l] fin. 10 Muchos se limpiarán y se emblanquecerán y serán refinados. Y los inicuos ciertamente actuarán inicuamente, y absolutamente ningún inicuo entenderá; pero los que tengan perspicacia entenderán.
En estas pocas palabras aparecen muchas definiciones categóricas de personas: "los inicuos" y "los que tengan perspicacia".
Según esta clasificación de personas dada por el ángel, no existe probabilidad de que un inicuo llegue alguna vez a entender la verdad, lo cual, más que una descripción es una sentencia.
¿Cuál es el proceso en el que está involucrado un inicuo de modo que merezca tal sentencia?¿Quién es desde el punto de vista de este ángel aquel a quien merecidamente puede llamársele "inicuo", y herede esta sentencia?
La Biblia dá una pista más adelante:
2Tes.2:9 Pero la presencia del desaforado es según la operación de Satanás con toda obra poderosa y señales y portentos presagiosos mentirosos, 10 y con todo engaño injusto para los que están pereciendo, como retribución porque no aceptaron el amor de la verdad para que fueran salvos. 11 Por eso Dios deja que les vaya una operación de error, para que lleguen a creer la mentira, 12 a fin de que todos ellos sean juzgados por no haber creído la verdad, sino haberse complacido en la injusticia.
Hay aquí dos palabras claves: la verdad (que debe ser aprendida y creída) y la justicia (que debe ser aprendida y ejercida). Nadie que no busque la verdad HONESTAMENTE podrá hallarla, porque la verdad se busca con disposición de aceptarla y asumirla, no con la disposición de imponerse sobre ella; por la misma vía, la justicia determina que la persona quiera honestamente hacer las cosas del modo correcto, pero para muchos el modo "correcto" o "justo" es solo el que le trae su complacencia personal, y no lo que otro determina que es "lo justo".
De modo que, por esta cita de Pablo a los tesalonicenses, se entiende que a quien el ángel llamaba "inicuos" es a los que no buscan la verdad para asumirla en su vida, ni desean que nadie les diga lo que es justo. En otras palabras: el inicuo no está dispuesto a aceptar que Dios le diga que no debe comer del fruto prohibido, porque necesita descubrir por sí mismo que si está prohibido comerlo es porque no está aun preparado para ello ... la creencia del hombre de que es un dios.
Este es el punto de vista bíblico sobre los inicuos y la sentencia de Dios sobre ellos.
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