Desde que estas aquí, no pide nada mi corazón, y el goce de su anhelo, aprieta en su más íntima brazada, toda su inmensa cantidad de cielo...
Toda la vida, eres mi flor vestida en el ocaso.
Desde que estas aquí, no pide nada mi corazón, y el goce de su anhelo, aprieta en su más íntima brazada, toda su inmensa cantidad de cielo...
Toda la vida, eres mi flor vestida en el ocaso.
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