No he de pediros
No he de pedid más rayos de luz al sol,
ni brillante alumbramiento al nocturno lucero
no he de pedid silencio al acequia
ni quietud al fuego abrasador...
No he de pedid, a ti, amor de mi alma
perfección en vuestra condición,
no he de pedid amor desmesurado,
ni absurdo heroísmo innecesario.
No he de pedid pasión desbordante,
ni calidez asfixiante,
no he de pedid que os atéis
privándoos de vuestra libertad...
Sólo os pido que sintáis,
estas palabras que os dirijo
pues no son desatino,
sino producto del inmenso amor que sentiros por vos...
Quiero que seáis consciente de lo que os digo,
pues pretendo transmitiros lo encerrado mi corazón.
No quered que cambiéis vuestra manera de ser, ni de pensar
no quered que tu esencia perdáis
por perseguid este amor que os espera y esperará,
no quered, mi bien, quitaos de su paz...
Pues así, en toda vuestra belleza y fragilidad,
como en toda vuestra desgracia y hostilidad,
os amo increíblemente, más que a cualquier ser
que haya pretendido impartid esta forma de amar...
Y así, como sois,
así lleno de virtudes y defectos,
así os elijo para amar,
pues no hay honestidad, fidelidad y felicidad
sin la certeza de saber a quien amáis...
Os amo por ser quien eréis
y os amo por no ser quien no eréis.
Os amo por que existís y porque me amáis,
aunque aún si no me amarais, yo os amaría con igual intensidad...
Ana Laura
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