La Atalaya del 1 de agosto de 1972 pg 479- 480"
• ¿Constituyen los actos homosexuales de parte de una persona casada base bíblica para divorcio, librando al cónyuge inocente para contraer segundas nupcias?—EE. UU.
En la Biblia definitivamente se condena la homosexualidad como algo que impedirá que individuos consigan la aprobación de Dios. (1 Cor. 6:9, 10) Sin embargo, el que el cónyuge inocente bíblicamente pueda o no contraer segundas nupcias después de obtener un divorcio legal de un cónyuge culpable de actos homosexuales tendrá que determinarse sobre la base de lo que dice la Biblia tocante a divorcio y a contraer segundas nupcias.
En el Sermón del Monte Jesucristo dijo: "Todo el que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, la expone al adulterio, y cualquiera que se case con una divorciada comete adulterio." (Mat. 5:32, New World Translation) En una ocasión posterior dijo a los fariseos: "Cualquiera que se divorcie de su esposa, a no ser por motivo de fornicación, y se case con otra comete adulterio."—Mat. 19:9.
Así se ve que "fornicación" es la única base para el divorcio que libra al cónyuge inocente para contraer segundas nupcias.
La palabra griega para fornicación es porneía. Puede referirse a relaciones sexuales ilícitas entre personas casadas o solteras. Es posible que, en casos raros, los griegos antiguos hayan entendido que este término denotaba otros actos además de coito ilícito entre un hombre y una mujer. Pero en cuanto al sentido en que Jesús usó la palabra porneía en Mateo 5:32 y 19:9 éste debe determinarse del contexto.
Debe notarse que en los capítulos 5 y 19 de Mateo se usa "fornicación" en el sentido restringido de infidelidad marital, o relaciones ilícitas con otra persona que no sea el cónyuge de uno. Precisamente antes de traer a colación el asunto del divorcio en el Sermón del Monte, Jesucristo señaló que "todo [casado] que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón." (Mat. 5:2

Por consiguiente, cuando aludió después a que una mujer cometiera fornicación, sus oyentes habrían entendido esto en su sentido relativo, a saber, que significaba la prostitución o el adulterio de una mujer casada.
El contexto del capítulo 19 de Mateo confirma esta conclusión. Sobre la base de las Escrituras Hebreas, Jesús indicó que un esposo y su mujer llegaban a ser "una sola carne," y luego añadió: "Lo que Dios ha unido bajo un yugo, no lo separe ningún hombre." (Mat. 19:5, 6) Ahora bien, en los actos homosexuales los órganos sexuales se usan de manera contranatural, de una manera para la cual jamás se propusieron. Dos individuos del mismo sexo no son complementos el uno del otro como lo fueron Adán y Eva. Jamás podrían llegar a ser "una sola carne" a fin de procrear. Pudiera añadirse que en el caso de la copulación humana con una bestia dos diferentes clases de carne están envueltas. Escribió el apóstol Pablo: "No toda carne es la misma carne, sino que hay una de la humanidad, y hay otra carne del ganado, y otra carne de las aves, y otra de los peces."—1 Cor. 15:39.
Aunque tanto la
homosexualidad como la bestialidad son perversiones repugnantes, ni la una ni la otra rompe el vínculo matrimonial. Solo lo rompen actos que hacen al individuo "una sola carne" con una persona del sexo opuesto que no sea su cónyuge legal
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