Desapareció Aníbal ... Otra sombra que no hizo más que pasar ...
Ahora le toca a Albert ...
La razón de la tentación es la Fortaleza versus la Caída. El Señor apuesta a nuestra fortaleza para su gloria y el Diablo apuesta a nuestra caída para gloria de él. Por tanto el Señor la permite y puede inducirla para que nos demos cuenta del nivel donde estamos, pero Cristo que sabe en carne propia lo fuerte que es este tipo de prueba (una prueba de confrontación de cara al mal) nos enseña que si nos mantenemos en oración y en la cercanía del Padre, el pasará esta “copa de nosotros”. De otra manera sufriremos la tentación del enemigo (una prueba de grandes ligas para pesos pesados como Cristo y Job), quizás porque necesitamos una dosis más fuerte de exposición al mal para que sepamos que el fuego quema y la gasolina pela cuando descuidamos la oración. De manera que esta oración también se puede parafrasearse como: Señor reprende al Diablo, no me dejes en la cercanía de sus garras, pues difícil será para mi decir “prueba superada”.
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