El silencio se hace mío
en la casa vieja
la inquietud del jardín, el agua de la fuente.
Canta el ruiseñor, en el álamo caído
suspiran las brisas del mar
el amanecer florece y es nostalgia.
Los seres que habitaron
se han ido en un tumulto apresurado
sin los resquicios de la esperanza.
Alzo la voz en el llamado
aunque sólo irrumpe el relámpago
trueno y lluvia, aguaceros del recuerdo.
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