12.jpg
PARA muchas personas, el relato de Adán y Eva que aparece en el libro de Génesis es tan solo un mito. Según se dijo en una carta al director de la revista Time, “la mayoría de los cristianos creen que los relatos de Génesis, como el de Adán y Eva, son puras alegorías”. Muchos eruditos católicos, protestantes y judíos opinan lo mismo. Afirman que gran parte de ese libro bíblico no concuerda con la evidencia histórica ni científica.
Pero ¿qué piensa usted? ¿Cree que Adán y Eva fueron personajes reales? ¿Hay pruebas que demuestren su existencia? Además, ¿qué implicaría ver los relatos de Génesis como simples mitos?
¿Contradice la ciencia el relato de Génesis?
Para empezar, analicemos algunos aspectos sobre la creación del primer hombre, Adán. La Biblia explica: “Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente” (Génesis 2:7). Veamos si este versículo tiene base científica.
Según el libro Nanomedicine (Nanomedicina), el cuerpo humano está formado por 41 elementos químicos. Entre estos figuran el carbono, el hierro, el oxígeno y muchos otros componentes básicos que también están presentes en el “polvo” de la tierra. Así pues, bien puede decirse que estamos hechos del “polvo del suelo”, tal como enseña la Biblia.
Ahora bien, pensemos en el formidable trabajo que supondría combinar esta variedad de elementos inertes a fin de producir un ser humano. Para darnos una idea, tomemos por caso una de las máquinas más complejas que se han diseñado: el transbordador espacial. Esta maravilla de la tecnología tiene nada más y nada menos que dos millones y medio de piezas. Su diseño y ensamblaje les llevó años de trabajo a varios equipos de ingenieros. Pues bien, ¿qué hay del cuerpo humano? Este está formado por 7.000 cuatrillones de átomos, 100 billones de células, una gran cantidad de órganos y al menos nueve sistemas que hacen posible su funcionamiento.* ¿Cómo llegó a existir esta compleja máquina biológica de tan fascinante estructura? ¿Habrá sido producto de la casualidad o, más bien, del diseño inteligente?
Marcadores