El dragón estaba sentado a orillas del camino, esperando impaciente, al camión del combustible.
El dragón estaba sentado a orillas del camino, esperando impaciente, al camión del combustible.
Muy bueno...me imagino, el dragón esperando sentadito, en la estación de servicio y...tomándose un cafecito, en el pequeño lugar para degustar...
Excelente.
Saludines rebelderenegado...
"Todos los días la gente se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?"
Ernesto, Ché, Guevara.
Jajaja ignoro si es una exclamación de sorpresa o es el minirelato más corto posteado en este tema. Saludos, abrazos y besos.
"Todos los días la gente se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?"
Ernesto, Ché, Guevara.
"Todos los días la gente se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?"
Ernesto, Ché, Guevara.
Sadness querida amiga...que alegría leerte por acá...La pluma nos puede y vamos...todavía...
El espejo le devuelve la imagen.
No puede creer lo que ve...
Detrás de él, el personaje, con los dientes afilados y sobresalidos está a punto de morderle el cuello.
Debo señalarle amiga caracolamarina, que si el personaje es un vampiro estos no se reflejan en los espejos, este no debe ser uno de esos, seguramente.
Justamente...Por eso no puede creer lo que ve....
Saludines y una alegría leerte.
El soldado apretó el fusil, debía vigilar y reportar lo que veìa, pero, recordó a su madre, veía a los niños indios jugar en el agua, sus imágenes se volvían oscuras y amenazantes, un aguijón de dolor, trajo a la memoria lo que uno de ellos, había hecho. Desde aquel lejano momento, se había dedicado a vagar, a dormir en los húmedos portales, hasta que, harto de los golpes recibidos por las calles y en los asilos, huyó o trató de hacerlo, tan solo para caer en manos de un juez, el mismo que lo había enviado ahí, a la frontera, con aquel fusil listo para disparar, para hacerlo hasta sin motivo, pero él si los tenía, ¡y muchos!.
El disparo no fué tan inmenso como fue el gesto de sorpresa del niño indio, que cayó de espaldas al agua y se hundió inmediatamente, en un caldero hirviente de rojo.
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