¿Cuando aprenderán que no se puede ir por el mundo sin los celulares a cuestas?. jajaja
Saludos de Avicarlos.
¿Cuando aprenderán que no se puede ir por el mundo sin los celulares a cuestas?. jajaja
Saludos de Avicarlos.
Efectivamente, esto era lo único que le faltaba, luego de haber puesto todos los archivos de la empresa de la que acababan de desalojarlo, en el asiento trasero del automóvil, a unas pocas manzanas de su destino chocó contra otro vehículo, la pesada carga en sus contenedores de metal, se dezplazó hacia el frente, saliendo los papeles y cajas por el roto parabrisas delantero y desparramandosé con el impacto y la brisa.
-¡Es cierto, pensó, cuando estás en un peligro mortal, vez pasar delante tuyo, toda tu vida!...
Última edición por rebelderenegado; 04/08/2011 a las 05:25
Esta sí que es buena. El cumplimiento exacto de una sentencia. jajajaja
Saludos de Avicarlos.
"Todos los días la gente se arregla el cabello, ¿por qué no el corazón?"
Ernesto, Ché, Guevara.
Todos los días la lagrima, en su eterno recorrido, disfrutaba de balancearse sobre las enormes curvas de las mejillas del gigante. Tan cristalina y fría que lograba erizar la piel del pobre hombre que la veía salir de sus ojos. Frente al espejo el gigante la invocaba, pues ella era su única amiga, la que siempre acudía a él cuando todos se marchaban burlándose de su enorme estatura. Lagrimita disfrutaba mucho ir por ese camino que tanto conocía, los lacrimales eran su escondite predilecto. Aunque también le enorgullecía la idea de ser el apoyo del gigante aunque fuera tan pequeñita.
Isaac Soto
Yishaq'el
"En la casa de Doña Mercedes, las cosas tenian un olor muy peculiar, era un olor que picaba en la nariz. Como si el tiempo perfumara las cosas segun se van haciendo viejas..." ("Jacinto durmió de día")
Isaac Soto
Hola a todos y saluditos especiales a los que están por acá...
Sadness como siempre un acierto este post...y tus buenos comentarios...
Seguimos con esta pequeña saga...
Después de un rato, trato de levantarse de la camilla.
Su sorpresa, fue en aumento.
Porque el alienígena, entonces le comunicó, solamente mirándolo.
¡¡Todavía no podrás hacerlo!!
El terror lo empezó a invadir.
Miró el pañuelo de papel, que usó hace un momento.
Con espanto vio la sangre que teñía la superficie.
Ahí, recién vino a creer, el diagnostico de su doctor.
Sus formas de vida tan desordenada, ya daban los síntomas.
Se hundió, en el abismo del miedo.
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