Al adelantar la Edad Media la Iglesia se hizo cada vez más resuelta en su postura contra las Biblias en el lenguaje de la gente. En 1199 el papa Inocencio III escribió una carta tan severa al arzobispo de Metz, Alemania, que este quemó todas las Biblias que halló en alemán3. En 1229 el sínodo de Tolosa, Francia, decretó que “los legos” no podían poseer libros de la Biblia en la lengua común4. En 1233 un sínodo provincial de Tarragona, España, ordenó que se entregaran todos los libros del “Antiguo o el Nuevo Testamento” para ser quemados5. En 1407 el sínodo clerical convocado en Oxford, Inglaterra, por el arzobispo Thomas Arundel prohibió expresamente que la Biblia se tradujera al inglés o a cualquier otra lengua moderna6. En 1431, también en Inglaterra, el obispo Stafford, de Wells, vedó la traducción de la Biblia al inglés, o poseerla en ese idioma7.
Por ejemplo, mientras la iglesia proscribía la traducción de la Biblia, el papa apoyaba enormes proyectos militares contra los musulmanes del Oriente Medio. A estas empresas bélicas se las llamó “santas” Cruzadas, pero no tenían nada de santas. La primera —llamada “la Cruzada del pueblo”— fue una muestra de lo que después vendría. Antes de partir de Europa, un ejército ingobernable, agitado por predicadores fanáticos, se volvió contra los judíos de Alemania y fue exterminándolos en un pueblo tras otro. ¿Por qué? El historiador Hans Eberhard Mayer dice: “El argumento de que los judíos merecían castigo por ser enemigos de Cristo fue solo una débil excusa para ocultar el verdadero motivo: la codicia”10.
En muchos países europeos la rebelión protestante del siglo XVI desalojó del poder al catolicismo romano. Un resultado de esto fue la Guerra de los Treinta Años (1618-164... “una de las guerras más terribles de la historia europea”, según The Universal History of the World. ¿Cuál fue la causa básica de esta guerra? “El odio del católico al protestante y del protestante al católico”11.
La estrecha asociación entre las religiones de la cristiandad y el Estado ha continuado hasta nuestro día. Las dos guerras mundiales se pelearon principalmente entre naciones “cristianas”. Clérigos de ambos lados del conflicto instaron a sus jóvenes a pelear y tratar de matar al enemigo... que con frecuencia era de la misma religión. Como se señaló en el libro If the Churches Want World Peace (Si las iglesias desean paz mundial): “Ciertamente no honra a [las iglesias] el que el sistema bélico de hoy se haya desarrollado y haya causado los mayores estragos entre estados que sostienen la causa del cristianismo”14.
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