Los
testigos de Jehová y los
adventistas no se dan cuenta de que al predicar que los que no son de ellos serán
aniquilados, es decir, que
dejarán de existir porque su Dios así lo hará, nos están demostrando que
sus respectivas religiones pierden un argumento de peso para que la gente se convierta a las mismas.
En efecto, no pueden decirnos que si no nos convertimos,
seremos castigados, sufriremos, pues
dejar de existir no es ningún castigo que haga sufrir.
Quien no existe, no sufre; no puede sufrir.
Elemental,
pero esas dos religiones lo olvidan. Que conste.
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