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Tema: Con la mirada puesta en el horizonte

  1. #1
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    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    Les prometí traer más de esta obra que he empezado a concretar y que espero llegue a culminarse. Gracias a algunas opiniones he ido revisando sus capítulos y los he ido modificando, forjándolos en un contexto más específico... Bueno, de a poquito la iré plasmando en éste sitio, así como también de a poquito voy organizando las ideas y los recuerdos que dan vuelta como torbellino en mi mente...
    Les dejo ahora la sinopsis y luego procederé a la exposición de esta novela en pleno desarrollo y que se titula "con la mirada puesta en el horizonte"

    Saludos



    Con la mirada puesta en el horizonte, relata la historia de una joven complicada por las duras situaciones de su niñez, que la llevan a perder el sentido de la vida hasta desear la muerte, aún encontrándose en el amanecer de la vida… Sin embargo, esta misma vida, da un vuelco inesperado, permitiéndole experimentar la felicidad y el sentirse plena; Pero solo será por un corto tiempo… “El tabor, es solo un momento”. Ahora debe aprender a vivir la alegría, la confianza y la esperanza en la más violenta marea, en las más turbulentas situaciones que la vida le presenta e impone….
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    Última edición por AnaLauraM; 11/04/2011 a las 18:17

  2. #2
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    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte


    CAPITULO I


    Era una fría mañana de invierno y Edgar miraba la nieve caer, absorto en sus pensamientos. Esa nieve resplandeciente en su palidez encantadora, que en su caída mostraba la gracia de su danza atrayente… Parecía extraído del natural ajetreo diario de en una clínica; donde los pasos no se detienen y las camillas van y vienen en el apuro por salvar una vida; Donde las miradas se confluyen vacías y otras entusiasmadas, donde se mezcla el llanto del dolor con el de alegría, donde resuenan en sus muros los diagnósticos favorables y los negativos…

    Cuando de pronto, una voz animada lo volvió de aquél estado en el que se encontraba imaginando justamente lo que ahora era realidad.
    _ ¡Es una niña!- Dijo la voz y Edgar, sobresaltado y resplandeciente de felicidad se dirigió atontadamente al cuarto donde su esposa y su recién nacida hija lo esperaban… Nada podía expresar su alegría al ver a la pequeña emitir sus primeros llantos, era algo increíble, impagable… Y embriagado de dicha, la cual compartía con su esposa, tomó a su hija en brazos y la abrazó tan tierna y delicadamente cómo cuanto pudo su corazón en relación a sus actos… Lo que nunca imaginaría es que ese llanto, sería la característica de esta pequeña; una característica ahogada en su ser místico.

    Era una pequeña literalmente muy pequeña, su peso no llegaba al adecuado, lo cuál era esperable ante su “adelanto” pues llegó dos meses antes de lo esperado, era una niña prematura que respiraba los aires del nuevo mundo y sintiendo miedo quizá y queriéndose aferrar a algo que la protegiera de ese mundo que le parecía aterrador, tomó el dedo de su padre entre sus pequeñas manecillas ejerciendo tanta fuerza como podía… Pero luego, la quitaron de esas manos seguras que la contenían y la llevaron a un lugar solitario y frío para que continuara desarrollándose, para que estuviera más “segura”, a aquél lugar le llaman incubadora… y allí permaneció hasta que se aseguraron que estuviese fuera de peligro…
    ¿Quién podría imaginar lo que pasaba por la mente de aquél ser que apenas había asomado a este mundo complicado, a veces doloroso, a veces gozoso? ¿Quién podría imaginarse que tan delicada criatura, ser tan pequeño con aspecto de insignificante ya pensaba, sentía, reconocía, amaba, pero que sobretodo, absorbía aquello que tenía para ofrecérsele?

    Lauren, sería el nombre de la niña, nombre pensado por su madre, querido por ella y aceptado por su padre… Nombre significativo en su etimología pero no en la historia que llevó a denominar al nuevo cachorro de especie humana, puesto que no tenía otra historia que una muñeca… Una muñeca que había pertenecido a su madre a la cuál ella había denominado de ese modo, pensando que el día que tuviera una hija la llamaría de ese modo…
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  3. #3
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    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    CAPITULO II

    _Edgar murió- Dijo una fría vos, tanto cómo esa mañana de invierno, mientras Lauren trataba de abrir sus ojos cerrados por una larga noche de sueño… Ella, sin emitir una sola palabra se levantó de su cama y se vistió mientras trataba de recordar a su padre… Él, era lo más cercano que tenía, a pesar de tener aún a su madre, su padre significaba algo especial, era su doble, su clon, era la persona con la que más se identificaba y le agradaba estar. Pero ahora, después de una larga y extraña agonía, su padre estaba muerto, extinto, ya no existía, ya no era él… ¿Con qué se encontraría?

    Mientras se vestía escuchaba las vos de dos mujeres fuera de su habitación. _ ¿Cómo está?- _Murió con una sonrisa; Lauren tendría que haber ido a verlo anoche, pero su tío dijo que no era conveniente, que quizá más adelante. Pero bueno, no se pudo-; Respondió la otra.

    Lauren sabía de lo que hablaban, ella había esperado ansiosa que llegara la tarde del viernes para poder visitar a su padre, pero a última hora su tío llamó y canceló la visita… Nadie imaginaba que Edgar moriría esa misma noche. Ciertamente su estado había decaído y se encontraba un poco perdido respecto a su lucidez, pero no podía pensarse que su estabilidad decayera tan repentina e intensamente…

    _Lauren! Vamos, ¡apúrate!- Dijo la misma vos que le había dado la atroz noticia… _ ¡Ya voy mamá!- Se limitó a decir la niña y colocándose su calzado salió disparada a la galería donde la esperaban su madre y su abuela. _Hola- dijo Lauren con un tono de voz apagado. _Hola hija- le respondió su abuela; Mientras su madre dirigiéndose a su automóvil seguía apurándola, pues una de las cosas que la caracterizaban era el andar sumamente ligero o eléctrico.
    Su abuela era muy diferente a su madre, era una mujer de carácter fuerte, pero la mayoría del tiempo era muy tierna, su carácter sólo se dejaba ver cuando la hacían molestar, pero el resto del tiempo vivía para sus nietos, quienes eran la luz de sus ojos… Era una mujer de edad avanzada pero llena de vitalidad, sus aficiones eran la cocina y la jardinería, pasaba horas transplantando toda clase de plantas, y Lauren desde pequeña le ayudaba en éste oficio, prefería jugar con plantas y tierra, estar en contacto con la naturaleza a que pasarse el día con sus costosos y sofisticados juguetes que poseía en cantidad… De todos modos, ¿De qué servían los juguetes si no tenía con quien jugar?

    Entre sus nietos, Lauren era la menor y típicamente la más mimada o quizá no, quizá resaltaba esto porque la edad que se llevaba con sus primos era muy extensa… Sus primos eran de edades muy aproximadas entre ellos pero llevaban a Lauren casi quince años, ella era la “muñequita” de la casa…
    El automóvil se puso en marcha y la niña, no se percató en qué momento llegó a la funeraria, todo el camino se la había pasando mirando por la ventanilla del automóvil, absorta en sus pensamientos; Recordando a aquél hombre, que era su padre y que había querido y quería tanto a pesar de ser ahora una nulidad. Era la persona con la que más había compartido. Había una especie de código entre ellos, sólo una mirada bastaba para que se entendieran… Pero esa persona, ya no estaba, se había ido o se la habían llevado; No estaba segura, sólo sabía que estaba sola…

    Su padre, era un tipo tranquilo, muy tranquilo… A Veces su presencia en la casa no se notaba, ya que era silencioso, no hablaba mucho y además su figura se disminuía ante la de su esposa, como si esta le hiciera sombra a su figura paternal… Pero en la vida de Lauren él no pasó desapercibido, él llegó a ser lo más importante, aunque no lo entendiera en ese momento, aunque quisiera ocultarlo, aunque quisiera tragarse todo eso para que no doliera, para que desapareciera…

    Al entrar a la funeraria, vio un lujoso ataúd del que sobresalían los típicos linos con el que se suelen cubrir los cadáveres, y más adelante, una nariz que reconoció al instante, la nariz de su padre… ¡Cómo no reconocerla, si ella tenía la misma nariz! No sólo se identificaba con su padre, se asemejaba a él en lo interno y también en lo físico. Había heredado de él la cabellera oscura, los ojos marrones que miraban tranquilos, la voz pausada y el paso calmado. ¡Eran idénticos!

    La niña, sin acercarse al cadáver y con expresión dura y de poco interés, se sentó en un sillón mullido que se encontraba en un extremo de la sala, el extremo más lejano al cuerpo inerte de su padre y allí se quedó todo el tiempo, sin moverse; Sin hablar con nadie y recibiendo fríamente las consolaciones de extraños y conocidos.
    Y a pesar de que sólo era una niña de casi 10 años, se limitó a observar y analizar las actitudes de cada uno de los presentes… Le impactó que todos tuvieran los ojos rojos, cómo un falso intento por llorar, o por no hacerlo… _Hipócritas!- Se dijo a sí misma, mientras continuaba con su observación. Odiaba el hecho de que aquellas personas, que quizás no conocían tanto a su padre como ella, ¡Que no amaban a su padre como ella! Se mostrasen tan dolidos y conmovidos, mientras ella, quizás la más afectaba se encontraba inmóvil, sin derramar una sola lágrima y sin dejar asomar a la ventana de sus ojos el más mínimo cristalino resplandor de alguna de ellas. Por alguna razón, consideraba aquello una falta de respeto, le parecía un circo, digna de ser la función suspendida.

    Era un alboroto ese lugar, odiaba escuchar el lloriqueo exagerado de las mujeres mayores. Antes, los había escuchado y aún con más ahínco… realmente le parecía algo fuera de sitio y quizás una psicosis colectiva, una forma de llamar la atención, esa intención escondida de ser recordados a costillas del muerto. A ella, todas estas expresiones no le parecían para nada sentimientos sinceros…

    Y ese silencio, que mantuvo durante aquellos días, esa mirada distante pero que penetraba en la intimidad de cada uno de los que desfilaban por aquél lugar turbio y patético, cerrado pero abierto, habría de identificarla, de ser lo que la caracterizaría por el resto de su vida… Esa sería la mirada que la acompañaría, sería el escape de las duras situaciones, sería la máscara que ocultaría el dolor cuando su corazón se desgarrara en un llanto agonizante por la sangre derramada de sus heridas, por los vacíos, por la soledad…


    ***
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  4. #4
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    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    continuación capítulo II


    Era lunes, y Lauren se encontraba en su clase de literatura; A pesar del luto debía cumplir con su obligación; Así se lo había dejado en claro su madre. Ella, era una mujer trabajadora, simpática con sus amigos y familiares, muy diferente a Lauren, tan diferente que no resultaban compatibles. A su madre le encantaba hablar, es más casi no dejaba de hacerlo y Lauren no se podía imaginarla callada durante largo tiempo. Era una mujer bastante materialista y apasionada por su trabajo, por no decir obsesionada… Parecía poner su vida en el trabajo y Lauren así lo creía, varias veces había escuchado discutir a sus padres, y no le resultó extraña ni mal ubicada la posición de su padre al decir…_ ¡Te importa más el trabajo que tu familia!-
    De pronto, la puerta del salón de clases se abrió y la figura de una joven religiosa que todas las alumnas reconocieron apareció tras ella... Y una voz suave y cálida susurró el nombre de Lauren Matthius y tras la autorización de la maestra, Lauren se puso de pié y se acerco a la joven monja.

    La Hna. Cecilia no llegaba a los 30 años, era de mediana estatura, delgada, y su piel muy clara; Sus ojos eran muy profundos, su mirada transmitía todo el amor que sentía en su corazón, lo miso que su voz tranquila, armoniosa, suave, cálida, dulce… Llevaba colgada a su cuello una pesada medalla de la congregación a la que pertenecía, la cuál se sostenía por una gruesa cadena, que juntas daban la impresión de ser demasiado pesadas para el frágil cuello de la monja que parecía doblarse…

    Sin decir una palabra, la joven y la niña se sentaron en un banco que estaba cerca y la religiosa, mirando los ojos tristes y vacíos de Lauren tomó su mano pequeña y cálida, procurando expresarle lo más tierno y cercanamente posible cuanto sentía la muerte de su papá… Y realmente era así, las hermanas se preocupaban y estaban atentas a las situaciones que vivían las niñas en la institución pero también en su vida, en su familia, en sus realidades concretas…

    Entonces metió su mano al bolsillo –de esos bolsillos “mágicos” de las monjas, donde guardan absolutamente todo- y sacó de él una pequeña imagen de una advocación mariana, que aseguró, significaba mucho para ella y entregándola a la niña le dijo que rezara mucho, que Dios la acompañaba... Lauren, recibió el cumplido sin expresión alguna y no dijo ni una palabra durante el encuentro… _Dios… ¿quién es Dios?… ¡Dios no existe!... y si existe es un ser malvado…- Pensaba para sí misma cuando finalmente la monja se despidió con una dulzura propia de su delicadeza y fragilidad; Y la acompaño nuevamente a su salón de clases.
    Al llegar a su asiento, sin mirar y sin darle importancia arrojó la imagen de la inmaculada a su bolso, cual arrojaría basura en un recipiente con esa utilidad. Lauren, no consideraba a Dios un ser bondadoso. A pesar de que llevaba años en un colegio católico y de “profesar” esa fe no se consideraba creyente. Tenía apenas 10 años y ese tal Dios le había quitado lo más preciado… Hace un año le había quitado a su mamá sustituta, la mujer que se había encargado realmente de su crianza; y ahora le quitaba a su padre… Ese Dios, no valía la pena, resultaba un ser repugnante para ella… Y así lo creyó por mucho tiempo…

  5. #5
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    Predeterminado Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    AnaLauraM: Deseo que no te identifiques con Lauren. Que al menos tu infancia transcurriera con paz y tranquilidad, ya que la situación que describes de la protagogonista, no augura futuro feliz.

    En tu mano está proporcionarle situaciones que la hagan olvidar estos tristes comienzos. Leeré atento, como nos cuentas su desarrollo.

    Saludos de Avicarlos.

  6. #6
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    Predeterminado Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    Cita Iniciado por Avicarlos Ver mensaje
    AnaLauraM: Deseo que no te identifiques con Lauren. Que al menos tu infancia transcurriera con paz y tranquilidad, ya que la situación que describes de la protagogonista, no augura futuro feliz.

    En tu mano está proporcionarle situaciones que la hagan olvidar estos tristes comienzos. Leeré atento, como nos cuentas su desarrollo.

    Saludos de Avicarlos.

    Hola Avicarlos, gracias por comentar; Puedo exponer una pequeña pista en relación a lo que decías... fíjate en el título de la obra... "Con la mirada puesta en el horizonte" trata de observar esa mirada que se detiene a mirar el horizonte... ¿Que ves en ella? Quizá un gran deseo de trascendencia, un sentido por el cuál volar o quizá todo lo contrario... (No lo diré ahora, no adelantaré el desarrollo)

    Bueno, seguiré exponiendo los capítulos, que como dije antes, ya han sido escritos varios, pero que han pasado por numerosas modificaciones, ampliándose y mostrando mas explícita mente el contexto del personaje principal.

    Nuevamente gracias por tu comentario y por estar atento a le lectura. Saludos!

  7. #7
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    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    Capítulo III

    Caía la noche, y Lauren se encontraba en su habitación, encerrada, escuchando música punk a todo volumen. Ya no era la niña observadora, callada y tímida que había sido alguna vez; Ahora era una adolescente rebelde, resentida consigo misma, enfurecida con la vida y sedienta de venganza, sin un sentido por el cual vivir…

    Vestía ropas desagradables para el resto de la sociedad, su color habitual era el negro… expresaba así el luto de su vida, y quizá el tono de su alma… Que así se encontraba, totalmente obscurecida por el pecado, por el odio, por el rencor, por el instinto asesino que crecía dentro de ella… Se estaba transformando o se había transformado en una persona totalmente insensible, cuya capacidad de amar había anulado voluntariamente de su vida.
    _Baja el volumen de la música- Interrumpió su madre. Pero Lauren no hizo nada al respecto. _ ¿Por qué no te pones a estudiar? ¡Estas todo el día ahí sin hacer nada!- Siguió su madre mientras tomaba el teléfono.
    Lauren, había sido una chica muy aplicada en sus estudios, pero ya no lo era, había decaído mucho en el ámbito escolar y no le interesaba progresar. Vivía sumida en unas tinieblas sumamente densas y nada la sacaría de ella por más que quisiese salir, estaba condenada a permanecer en esa oscura cueva el resto de su vida, que esperaba, no durara demasiado porque ya le era demasiado difícil soportarla.

    _Hola, ¿como éstas?- _ ¡Hola Jessica!, muy bien, ¿tu?- _Renegando con Lauren, está muy rebelde- _Ya se le pasará, es típico en los adolescentes, sino mira a mis hijos…- _Bueno, mira te llamaba para preguntarte si retiraste la encomienda que enviaron del gremio.- _No, no la retiré, fui a buscarla y aún no había llegado, entonces llamé a región Córdoba para preguntar y me dijeron que habían tenido un problema con el micro, que la encomienda salió más tarde de lo previsto… Entonces estará llegando ahora o en un rato más.- _Bueno, yo iré a buscarla entonces, esta mañana la jefa nos sermoneó todo el día, sólo por su típico mal humor y mal carácter… Pero por otro lado, esa correspondencia merece sumo cuidado, esos papeles no pueden perderse.- _Si, si, seguro.- _Bueno, nos vemos mañana en el trabajo, cualquier cosa te aviso.- _Dale Jessica, hasta mañana, saludos a tu hija.-

    _ ¡Lauren, baja el volumen de la música, no me dejas hablar por teléfono! ¡Que vergüenza! realmente eres una vergüenza como hija, no sé a quién saliste, no eres como yo…

    La adolescente escuchaba sin decir ni hacer nada al respecto, odiaba su vida, odiaba lo que hacía y también lo que no hacía, pero sobre todo se odiaba a sí misma… Se había convertido en un monstruo ¡Y por su propia voluntad! Sólo ella era responsable de su mutación. Tenía apenas trece años y ya no le apetecía vivir, no veía en la vida nada interesante; Al contrario, la veía dolorosa, temible, oscura y extensa, demasiado extensa… Su vida era como una lenta tortura, que preferiría acabar…

    Los días pasaban y Lauren se preguntaba para qué había nacido, no entendía por qué alguien debía sufrir tanto… Cada día pesaba demasiado para ella… estaba agotada, rendida, sin fuerzas y sobretodo sin esperanza… Pasaba las noches sin dormir, llorando sobre su almohada, tratando de desahogar la frustración, el rencor y la falta de amor que sentía… Hasta que una noche, ya demasiado cansada de la vida, comenzó a pensar en cómo acabarla.
    Se desvelaba noches íntegras calculando todo, pensando en el modo, en la manera, en la ocasión, hasta pensó en las opciones por si fallaba su autoexterimnación. Consideró que al colgarse de una soga había probabilidades de que sobreviviera, la soga podía cortarse o podían encontrarla antes de que se asfixiase. Si bebía veneno… no sabía que veneno beber, quizás bebiera alguno que le hiciera mucho daño pero no el suficiente como para acabar con su vida… Concluyó que la forma más adecuada sería atacar con el filo a las venas, para esto calculó un horario, tenía que tener el suficiente tiempo para desangrarse antes que la encontraran.
    Al fin, su plan malévolo encontró día de ejecución. Y se dispuso, como lo había organizado a acabar con su vida.

    Se sentó, tomo un enorme cuchillo y marco levemente cómo sería el tajo que infligiría… Alejó la mano siniestra contenedora del arma, cerró los ojos y dio vuelta la cara para no mirar cuando ella misma se cortase, frunció el seño y salvaje y enérgicamente hizo el amague para atacar a su muñeca que permanecía inmóvil y esperando… Pero, algo detuvo la fuerza de su brazo… Algo contrarió su fuerza, era algo que iba contra las leyes de la gravedad… ¡No podía ser posible! Era incoherente, pero había sucedido… Ella había puesto todas sus fuerzas, pero éstas se debilitaron por una fuerza contraria que no había permitido que se hiciese más que un leve rasguño…
    Dejó el cuchillo a un costado y recapacitó lo que estaba haciendo, lo que había estado a punto de hacer… ¡Era una locura! Y se estaba haciendo consiente de ello… En ese momento tocó fondo… Y al tocar fondo, no queda más que rebotar y regresar a la superficie… Así pasó, meditó sus acciones, sus pensamientos obscuros… Fue como un rayo de luz celestial en medio de las tinieblas infernales…

    Pasaba el tiempo y Lauren seguía sin encontrarle un sentido a su vida, seguía sumida en la depresión y no podía salir de ella… Tenía claro que no volvería a intentar arrebatarse la vida, pero nada podía hacer ni cambiar para darse ánimo de vivir, no había nada que la alentase. Se sentía horriblemente sola, incomprendida y seguía odiándose. Una mala combinación, que la mantuvo sumergida en ese caos espiritual durante bastante tiempo más… Los días se le hacían eternos y las noches eran cómo la última agonía, el único problema era que nunca acababan. Pasó estos años de su vida encerrada en su habitación, sin amigos, lamiéndose sus heridas y mascullando rencores. Tratando de sobrevivir, tratando de encontrar un sentido para vivir…

    Se sentía completamente sola, nadie, absolutamente nadie recurría en su ayuda, ni le preguntaba sobre su estado. En cambio, todo el mundo la criticaba por sus vestimentas y gustos musicales, por pasar todo el día encerrada y no perseverar en los estudios… Pero nadie le preguntaba cuál era la raíz de sus males, aunque ella tampoco lo sabía, sólo sabía que se sentía vacía, inútil y sin vida.
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  8. #8
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    Predeterminado Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    Una descripción muy verosímil. Me gusta lo detallado del proceso.

    Saludos de Avicarlos.

  9. #9
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    Predeterminado Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    AnaLauraM

    Una novela. que nos describe el terrible flagelo de la depresión, cuando se instala en las mentes de adolescentes, que no pueden entender, porque quizás no saben o nadie alrededor tampoco se da cuenta, de que ese ser, necesita ayuda, para poder transitar los cambios.
    Interesante de leer y de analizar desde otro punto de vista ( del lector ) Que se interesa por estos temas, que son tan propios de esa etapa de la vida, en que se manifiestan estos cambios orgánicos y emocionales y que a veces pasan sin ser detectados a tiempo, por los que están cerca, por ignorancia, o por tantos motivos, de la vida misma.
    Ellos ( los adolescentes ) pasan muchas veces, esta etapa de manera tal en que su cuerpo está en grandes transformaciones, sufriendo miles de cambios orgánicos que...muchas veces desencadenan estados emocionales, que tan bien, describe la autora Ana Laura.
    Concuerdo con Avicarlos, en la verosimilitud, de lo que se relata.
    Y también al leer, puedo adentrarme en el mundo torturado, de esta adolescente, que es Lauren y que de alguna forma podrá ...""mirar hacia el horizonte""...
    Seguimos con mucho interés el relato y los hechos que vendrán...
    Saludos muy cariñosos.

  10. #10
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    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    Capítulo IV



    Habían pasado el tiempo y el perfil de la joven continuaba siendo alumbrado por un halo de luz apenas suave que se perdía entre la espesura de las tinieblas…
    _ ¡No quiero ir a misa!- _ ¡Vas a ir Lauren, es la misa de tu Tía, y te vas a confesar! _ Pero si ya me confesé… - _ ¿Cuando te confesaste?- _Para el funeral de Edgar-
    _Harán tres años que murió tu padre y tú vienes a decirme que te confesaste para su funeral ¡o sea que hace dos años que no te confiesas!- _Si.- _ ¡Lauren, vas a hacer lo que yo te diga, eres mi hija, me tienes que obedecer! _Pero no me gusta ir a misa ¡Es aburrido! Y al final, todos lloran, odio cuando lloran…- Lauren hablaba con una voz quedada y ahogada, su madre, en cambio usaba un tono autoritario y chillón, que a veces parecía poder lastimar los tímpanos, su voz era tan agudo que a su hija le molestaba la audición cuando su madre la elevaba…

    Faltaba poco más de un cuarto de hora para la misa y Jessica regañaba a su hija por su lentitud para arreglarse…
    _ ¡Lauren, llegaremos tarde, siempre me haces llegar tarde a todos lados! _Ya voy…- _ ¿Qué estás haciendo? ¡Apúrate!- _Ya voy- _ ¡No te vistas como ridícula! ¿Qué dirá la gente? Me da vergüenza salir contigo…- _Yo no quería ir- _No me discutas, soy tu madre.- _Grrrmm.- _ ¡Me voy! Iré sacando el auto, si no estás lista para cuando termine te dejaré.- _De todas formas yo no quería ir.-


    Sonaban los tacos de su madre en los cerámicos de la casa, la cuál era bastante lujosa, no precisamente un palacio, pero mostraba explícitamente la buena posición económica de la familia, además, estaban remodelándola y ampliándola, los detalles en el embellecimiento de la casa eran constantes, parecía que los albañiles no se irían nunca de allí…
    _ ¡Escoty, escoty, ven perrito, ven! ¡Escoty!... ¡Lauren, escoty volvió a escaparse, lo va a atropellar un auto, ve a buscarlo!
    Lauren abandonó su habitación con una expresión dura y una mirada furiosa, salió a la calle y observó para ubicar al animal, el cuál estaba a no más de unos pocos metros de ella. Se acercó sigilosamente al cuadrúpedo, que no se daba cuenta de la presencia de su ama por estar entretenido olfateando todo a su paso, cuando una mano dura lo sorprendió tomándolo del cogote y alzándolo bruscamente del suelo…

    _¡No trates así al animalito! ¿Qué te hizo? Venga escoty, venga con su abuela, no le haga caso a la chica esta…- Decía Jessica al perro mientras lo llevaba tomado de la pata delantera y caminando con las otras dos –como si fuera una persona- hacia el patio trasero; Mientras tanto, Lauren entraba al baño para lavarse las manos y mirándose al espejo mascullaba un sonido gutural.


    Llegaron a tiempo a la Iglesia y por suerte encontraron lugar para sentarse, de a poco el templo comenzaba a llenarse, a medida que el tiempo se disminuía para el inicio de la celebración.

    _ ¡Siéntate bien! ¿En donde crees que estás?-
    _Grmmmm-

    Sonaron las campanas que anunciaban el ingreso del celebrante y todos se pusieron de pié para recibirlo. Ahora Lauren pensaba que tenía que hacer lo mismo que todos los demás y buscar una forma de mantener su mente ocupada en el momento en el que el cura diera el sermón…
    La misa pasó muy lentamente para “mal” de Lauren, que ya no sabía que posición adoptar ni en que pensar, y ante cada una de estas actitudes suyas su madre le dirigía una mirada fulminante de reproche…
    Por fin, la misa concluyó, ahora sólo tenía que esperar que las “dolorosas” mujeres afloren su llanto falso, en medio del típico “chusmerío” que no podía dejarse de lado, es más, era sabido que muchas habían asistido a la celebración sólo para enterarse de esto o de aquello, a Lauren no le era difícil imaginarse que algunas de ellas llevaran cebollas en sus carteras y que las acercaran a la vista en algún momento para provocar las lágrimas…

    _ ¡Cómo te quería tu tía Laurita!- _mmm.- _Perdónela, es que ella es muy especial, no le gustan estas cosas.- Se disculpaba su madre por ella. _Ah si, así son todos los chicos a su edad, ya crecerá…-

    _ ¡Que vergüenza me haces pasar Lauren! ¿Qué va a decir la gente?
    Reprochaba la madre a Lauren mientras se dirigían al lugar donde habían dejado resguardado el automóvil, de pronto, Lauren se detuvo y observó el interior de un club deportivo…

    _ ¿Que haces?- _ Quiero ver.- _ ¿Que quieres ver? _ Quiero ver como juegan.- _ Entonces entra, no te quedes en la puerta entorpeciendo el paso.- _ _ Me da cosa entrar.- _ Entra o nos vamos-

    Lauren ingresó al club tímidamente, ese era un mundo que ella no conocía, las risas de los niños y jóvenes le parecían extrañas, ella nunca había hecho ni estado en un lugar parecido… Aquello le resultaba sumamente extraño, pero a la vez atrayente…
    Se dirigió al patio, porque vio otras muchachas de su edad y se dio con que estaban jugando basketball, parecían muy divertidas y concentradas en lo que estaban haciendo…

    _Bueno, ¿Vamos?- _Espera.- _ ¿Que quieres que espere? _Quiero ver.- _ ¡Lauren, van a cerrar la playa de estacionamiento y el coche quedará dentro! _Quiero ver.- _ ¿Por qué no vienes otro día? _No.- _ ¿Por qué? _ ¿Y qué haría?- _Puedes jugar, como las chicas… _Pero yo no sé jugar.- _Aprende, mira allá esta el profe. Ve a hablarlo y dile que quieres aprender.- _No, me da cosa.- _ ¿Tengo que hacer todo por vos? ¿Cómo puede ser que tengas trece años y no sepas desenvolverte sola?


    Jessica tomó a Lauren del brazo y a su paso acelerado la condujo por la cancha hasta llegar a donde estaba el profesor…
    _Hola profe, yo soy la mamá de ella… Ella quiere aprender, venir a jugar con las chicas pero no se anima a decirlo… _ ¿Cómo está señora? Mi nombre es Adrián. ¿Cómo se llama su hija?- Dijo el hombre levantándose del asiento en el que se encontraba y dando un apretón de mano a la mujer.
    _Lauren.- _Hola Lauren, mucho gusto… ¿Cómo estás? ¿Cuántos años tienes?-
    _Bien, tengo 13- Expresó la niña sin levantar la vista del suelo. _jajaja Bueno, mira, si quieres puedes venir los martes y jueves de 18 a 21 hs. En ese horario estamos dando clases, las chichas que están jugando allí están en clases, aunque ya está por terminar el turno… Bueno, piénsalo, te vamos a estar esperando, ¿si?-
    _Bueno.- _Bueno profe, disculpe las molestias.- _No es molestia señora, ¡que le vaya bien!- _Bueno, gracias.-
    _Gracias a usted ¡hasta luego!- _Hasta luego profe, ya veré que decide la niña.- _¡La estaremos esperando!.- Agregó sonriente el profesor. _ ¡Saluda! Dijo su madre con una delicadeza que sólo afloraba en público… _Chau.- _Chau Lauren, un gusto conocerte, ¡que estés bien!

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