Página 3 de 5 PrimerPrimer 12345 ÚltimoÚltimo
Resultados 21 al 30 de 49

Tema: Con la mirada puesta en el horizonte

  1. #21
    Banned
    Fecha de ingreso
    27 dic, 10
    Ubicación
    Argentina
    Mensajes
    427

    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte


    CAPITULO VIII

    La noche había caído, aunque aún era hora de la tarde, la capilla se encontraba plenamente iluminada y los feligreses comenzaban a llegar puesto que se acercaba la hora de la misa dominical. Las lámparas arañas brillaban con especial fulgor, el lugar imanaba un brillo especial, una escena que impactaba por su no sé qué, quizá era percepción propia e interna de Lauren, pero ella veía especialmente hermosa la capilla ese día… La fila de confesiones se iba acortando poco a poco y en la espera el rostro de Lauren había tomado una expresión dura y fría, demasiado seria, buscando esconder aquellos nervios que le asaltaban en su interior. Repasaba lo que diría, como empezaría, era algo nuevo para ella, aún no lo aceptaba pero no podía mantenerlo oculto, además los remordimientos que había sentido por tratar de ignorar tal cosa la habían hecho reflexionar.

    De pronto, la joven alzó la mirada y vio la mano del sacerdote que la invitaba a ocupar el lugar del confesionario que se había desocupado, era su turno… Aunque conocía al sacerdote de su parroquia, no tenía un trato muy fluido con él aún, pero le pareció correcto empezar a hablar de éste asunto con él, antes que buscar un sacerdote totalmente desconocido y de una parroquia ajena que no le seguiría el rastro o que se vuelva más difícil aún relacionarse…
    Tal cómo lo había ensayado comenzó a relatarle lo que había vivido semanas antes, en aquél retiro tan esperado y que ahora tomaba una resonancia singular en su vida. El sacerdote escuchó atento, serio, analizando y rezando cada una de las palabras que la niña expresaba, detectaba sus miedos, sus ansias, sus inseguridades, las típicas confusiones y esos sentimientos contrapuestos de querer y no querer aceptar aquello que se sentía en el fondo del corazón, ese intentar evadir la situación; Eso le recordó a él mismo; Él tenía la misma edad cuando había sentido la llamada al sacerdocio, y son típicos aquellos sentimientos que rondan la mente y el corazón cuando Dios llama a algo concreto.

    _No te apures, iremos paso a paso.- Calmó él a Lauren, percibiendo que ella creía que debía responder inmediatamente e ingresar casi instantáneamente en algún convento. _En esto se requiere mucha paciencia. Pídele a Dios que te alcance mucha de ella, éste camino suele ser largo, un poco difícil, y uno tiende a querer apurarse a intentar conocer el “final de la historia” antes de tiempo. Pero Dios tiene sus tiempos, nuestros tiempos no son los de Dios. Ánimo y tranquila, siempre que necesites hablar, ya sabes donde encontrarme.- Terminó de decir él mientras le daba una palmadita en los hombros, luego le dio la absolución y la despidió.

    Así se dirigió ella al centro de la capilla, buscó un banco vacío para sentarse y meditar lo que había oído, pronto encontró uno casi al principio de la fila y al fin se arrodilló con la mirada clavada en el sagrario y observando la imagen de Nuestra Señora de la Inmaculada concepción, meditó el Sí de la virgen dado a Dios, pero no se animó a aún a dar su sí profundamente, desde su corazón…


    ***



    El tiempo pasaba y la inquietud no se iba, al contrario, crecía. Lauren se había hecho asidua a las santas lecturas y así llegó a sus manos la autobiografía de Santa Teresa de Lisieux, patrona de las misiones, y con gusto y encanto comenzó a leerla. Degustaba sus páginas cuál alimento nutritivo, enriquecedor, le llenaba el alma aquello que describía la joven monja, aquello que vivía bajo el cielo del Carmelo… Y sin darse cuenta, terminó enamorada de aquél carisma que en concreto no conocía, pero que le bastaba con lo que su “amiga” Teresa le había compartido a lo largo de las páginas cargadas de su vida y de vida, porque no en cualquier “personalidad” se percibe aquel exquisito perfume de santidad, y no en cualquier condición se podría vivir, le parecía a ella, tal perfección. La santa había conquistado su corazón y quería imitarla en santidad, quería volar también a los brazos del divino maestro, como una pequeña, sin demasiados complejos, como un alma sencilla y pura, un alma entregada totalmente, un alma adherente por la Eternidad a la santísima voluntad de aquél rey de reyes, del Eterno, del Excelso, del sumo bien, del amor en estado puro…
    Y al el mismo tiempo, casi coincidentemente o casualmente, llegó a sus manos la biografía de un fraile, de un pobrecillo, de un juglar de Dios, San Francisco de Asís, leyó también su vidamcon tantas ansias como leyó sobre la vida de Teresita. Le atrajo del “poverello di Assisi” la altísima pobreza, la humildad, la confianza plena en el Dios de las misericordias, esa confianza de hijo con su amado padre… ¡Que bellas historias, que exquisitos aromas, que riqueza en virtudes, que espléndidas formas de “gastar la vida. Le quedó resonando aquella imagen del frailecillo, de aquel pobre hombre que habiendo sido rico lo abandonó todo para vivir en la perfección del santo Evangelio, en servicio a Dios y a sus hermanos.
    Se dio cuenta que también le atraía demasiado, que le había impactado en lo profundo la historia del “pobre de Asís”, pero pensó que si en su discernimiento abría un abanico de posibilidades, esto se haría más extenso y que en vez de ir desenrollando el ovillo, lo anudaría cada vez más en una indecisión de carismas, que podrían irse sumándose, y quizá sólo por el simple hecho de haberse atrevido a la aventura de vivir… Y así descartó el carisma del frailecillo, quedándose con el de Teresa. Y entre “teresas” se pasó degustando nuevos conocimientos, porque habiendo terminado de “saborear” en su corazón y en su mente la vida de la jovencita se dio el lujo de atreverse a escudriñar la vida de la “gran” influencia; la reformadora del Carmelo. La mística española y doctora de la Iglesia, Santa Teresa de Ávila. Con las complejas letras de ésta, más bien, tratando de descifrar el español antiguo, que también le comenzó a parecer atractivo, se informó un poco más sobre la esencia del carisma… Aunque no se puede comparar la forma de vida en plena edad media a los tiempos por los que transcurrimos, digamos que si Teresa de Ávila regresara en vida en éstos momentos y viera la realidad de las órdenes y congregaciones, armaría un gran alboroto exigiendo y animándose nuevamente a la espectacular pero peligrosa, arriesgada y quizá necesaria “aventura” de la reforma…

    Lauren ya había cumplido quince años, y sentía tan fuerte, tan evidente, tan constante y perseverante ese llamado en su corazón y que encontraba determinada identificación con aquél carisma que le seducía y del que se instruía, que se animó a llegar a un convento de carmelitas que ya antes había pisado para cruzar palabras del asunto con las monjas, pero esta vez el asunto era más profundo y concreto. Había relatado una larga carta a la priora, contándole sobre sus inquietudes y expresándoles sus deseos de ingresar al Carmelo, sabía que sería difícil, aún más por su corta edad. Pero sentía tan ardiente la llamada de Dios que no podía detenerlo, ya quería entregarse por completo, y así se lo contaba a la monja, enlazando en sus letras los sentimientos más profundos de su alma, las verdades que en ella misma iba encontrando y que no podía ocultar, a éstas alturas ya había aceptado el llamado y estaba dispuesta a concretarlo, estaba dispuesta a entregar su vida…

    ***

    Antes de llegar al convento, el sacerdote, su guía espiritual, se había acercado a ella, buscando el modo de prevenirla de las posibles repuestas de las monjas…
    _Quizá no te permitan el ingreso ¿Eres conciente de ello?-
    _ Si.-
    _Pero, no tienes que desanimarte… Si te permiten el ingreso sería hermoso. Pero si no lo hacen, no te entristezcas, ya llegará el momento, Dios sabe por qué hace las cosas… Él está preparando ese momento, y cuando tenga todo listo, te llamará y te abrirá las puertas…-
    _Espero que así sea padre.-

    Lauren continuaba siendo persona de pocas palabras, y sobre todo ahora que se había dedicado a la oración y a las santas lecturas. Llevaba una vida casi de ermitaña, interrumpida su soledad sólo para ir al colegio y los sábados a la parroquia, sin contar las misas… Fuera de eso, permanecía en su casa, no quería salir con amigos, pues se preparaba para su “boda” y le parecían incorrectas ciertas exhibiciones y actitudes de algunos que la rodeaban, al ver el ambiente pecaminoso se abstenía de él y se limitaba a la santidad fluida en la oración, en la contemplación, en el dejarse estar en su amado Señor…

    Llegaron entonces al antiguo convento San Bernardo de carmelitas descalzas, un monumento histórico nacional. Antes de haber sido convento había sido un hospital, y antes se encontraba sólo la Basílica San Bernardo. En definitiva, el edificio había sido construido hace varios centenarios, en el tiempo que los españoles llegaron a la ciudad…
    El sacerdote anunció su llegada y la de la joven tras la implacable puerta de roble macizo, tallada delicada y seguro esforzadamente por manos indígenas, mientras la monja dispuesta a atenderlos se encontraba literalmente escondida tras ella procedió abrir la antiquísima reliquia con una llave singularmente atrayente, por ser única y por la historia que cargaba, una de esas llaves que parecen pesar una tonelada y que miden poco menos de medio metro; Una llave que no podía ser menos que la extravagante puerta a la que daba apertura, pero que tenía consonancia con la historia de aquél monumentos histórico que era techo de las monjas que allí vivían.
    Entraron al salón de recepción, la monja que les había hablado tras la portentosa se había esfumado mientras ellos ingresaban, y cuando lograron cerrar completamente semejante símbolo histórico una voz les habló tras de un torno…

    _ ¡Padre! Aquí tiene la llave del locutorio. Ya los atenderán las hermanas.-
    _Muchas gracias hermana.- Respondió el sacerdote con su simpatía y dulzura características, mientras tomaba la llave, ya normal, aparecida tras el girar del torno.
    Al entrar al locutorio, Lauren respiró hermosos recuerdos… Esas rejas tenían algo que le deleitaban, aunque a ella le deleitaba lo que a otros les asustaría… Las rejas se extendían del piso al techo, estaban hechas de madera entrecruzadas, y eran dobles guardando entre una y otra un espacio aproximado de treinta centímetros… Se podría decir que había rejas para las monjas y rejas para los externos; Y en un extremo de ellas se encontraban arrolladas gruesas cortinas que cubrían las rejas en caso de presencia de personas ajenas o desconocidas para las monjas. Un gran cuadro de santa Teresa de Ávila con una inscripción propia del carisma escrita en latín se mostraba poderoso en un costado del locutorio, el sacerdote leyó y lo tradujo en voz alta… “Para vos nací, ¿que mandáis hacer de mi?”… El lugar se encontraba en penumbras, tan sólo iluminado por la tenue luz que se infiltraba por una pequeña ventanilla ubicada en lo alto, como queriendo escapar de la realidad de esa habitación, o como ocultándose para no dejar escapar el mínimo sonido ni movimiento de los santos seres que Vivian allí dentro.
    De pronto se abrió una puerta del otro lado de la reja y un rostro conocido apareció detrás de ella ¡había que saber mirar entre aquellas rejas! sino sólo se vería una silueta marrón en movimiento que emite un bello sonido angelical al pronunciar palabra.

    _Hola padre, hola Lauren, ¿Cómo están? ¿Qué tal el viaje?-
    _Muy bien hermana ¿Usted? ¡Que alegría de verla! ¡Cuánto tiempo!- Exclamó sonriente el sacerdote, que había conocido a la monja muchos años antes, cuando él era seminarista y ella novicia.
    _Muy bien, gracias. La madre viene en camino. Pero quiero decirte Lauren, que eres aún muy jovencita…- Explicó la religiosa mientras Lauren, tímidamente agachaba la cabeza sin pronunciar palabra… Ya se imaginaba lo que vendría luego e intentaba no mostrarse débil, ni parecer una niña caprichosa que lloriquea al no recibir lo que espera.
    _Buenas tardes, ¿Cómo se encuentran? Dijo la voz de una monja mayor que había atravesado la puerta mientras Lauren se encontraba absorta en sus pensamientos. La mujer era de contextura robusta, pero no de demasiada altura, sus grandes lentes brillaban apenas con la tenue luz que se filtraba; Exhalaba la propia paz del corazón de una consagrada, pero a la vez parecía muy rígida y exigente, lo que ponía un poco alerta a Lauren.
    _Muy bien hermana, ¿usted? Se apresuró a responder el clérigo.
    _Ella es la priora.- Advirtió la joven monja dulcemente.
    _Mucho gusto madre.- Dijo quedadamente Lauren.
    _Ella es Lauren, Madre, he hablado en otras oportunidades con ella.- Siguió la religiosa…
    _Bueno Lauren, mira, me temo que no puedes ingresar ahora, la primera razón es porque en este momento no estamos recibiendo vocaciones, estamos esperando la orden del obispo para que nos permita volver a recibir vocaciones, la otra razón es que eres muy jovencita aún y la tercera es que ya he recibido jovencitas de tu edad y no perseveraron, se fueron a los pocos años de haber ingresado. Entonces, lo mejor es que esperemos un tiempo ¿Te parece?-
    _Si madre.- Dijo la joven titubeando y con lagrimas en los ojos que se resistía con todas sus fuerzas a dejar caer para no demostrar debilidad ni inmadurez frente a la superiora, que parecía además una mujer muy fuerte, a quien no le resultarían agradables ciertas “chiquilinadas”. Intercambiaron palabras durante un rato más y luego Lauren se retiró del locutorio para dejar al sacerdote confesar a las monjas.

    Vivian veinticuatro monjas en ese convento, de modo que supuso que estaría largo rato en el salón de ingreso, y al cerrar la puerta del locutorio a sus espaldas, soltó las lagrimas que había estado conteniendo dentro. Lloró un rato, hasta que se sintió en paz recordando las palabras de su sacerdote “Dios está preparando el momento, que sea maravilloso, y cuando todo esté listo te llamará y abrirá Él mismo la puerta… Estaba parada frente a la puerta de ingreso a la clausura y se imaginaba aquel hermoso momento, aquél día que entraría para siempre a desposarse con su amado Señor. Imaginaba cómo sería todo adentro, cómo sería la celebración de ingreso. Casi podía ver a las monjas en filas enfrentadas, con los rostros cubiertos por sus velos, entonando algún salmo o canto de la forma gregoriana y con un cirio encendido cada una; Ella ingresaría luego de recibir la bendición de su sacerdote y apenas al cruzar la puerta, éstas se cerrarían tras de ella, y dentro, ya en la clausura saludaría con un abrazo fraterno a cada una de sus hermanas… Y luego, quizá, se dirigirían en procesión hacia la capilla, donde se celebraría la Eucaristía dando gracias por el ingreso de una nueva vocación; Entre sueños se pasó el rato de espera y su guía espiritual salió anunciándole su partida; a la que ella asintió y siguió…
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas
    Última edición por AnaLauraM; 20/04/2011 a las 13:24

  2. #22
    Registrado Avatar de Caracolamarina
    Fecha de ingreso
    13 nov, 09
    Ubicación
    Buenos Aires Cap Federal. Cerca de la placita del barrio
    Mensajes
    24,399

    Predeterminado Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    Un relato conmovedor...siguiendo las alternativas de la vocación de Lauren...
    Seguimos leyendo.
    Saludos cariñosos.

  3. #23
    Banned
    Fecha de ingreso
    27 dic, 10
    Ubicación
    Argentina
    Mensajes
    427

    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    CAPITULO IX

    Pasaron los años, Lauren crecía y mientras crecía física, mental y psicológicamente, también lo hacía espiritualmente; Tanto fue su crecimiento espiritual que con dieciséis años ya era “animadora” de grupo y la habían puesto a cargo de un grupo de niños de diez a doce años; Es decir que ella estaba encargada de la formación espiritual de esos niños y de animar el espíritu misionero en ellos.

    Se acercaba la navidad, y como todos los años se estaba preparando con todos los niños y adolescentes de los grupos abiertos en la diócesis un pesebre viviente. Lauren estaba en los preparativos; era el día de la presentación y un fuerte viento corría derrumbando parte de la escenografía y Lauren corría también para evitar que los daños sean mayores y lograr salvar algunos de los ranchos que habían armado, les había costado trabajo levantarlos, habían estado toda la mañana al rayo del sol preparando todo para lograr una escena maravillosa con numerosas casas o ranchos, el infaltable establo del pesebre y simulaciones de pozos de agua o aljibes; Habían logrado la impresión de una ciudad de esa época y zona se tratase, ayudaba el hecho de que el “escenario” era una zona llana y árida; que albergaba unos pocos árboles y estaba cubierta de tierra seca donde luchaba, la maleza, por subsistir al rayo castigador del sol enfurecido en los meses de verano; Y cómo la obra se realizaría a horas de la noche, las sombras que traía ésta contrastada con el especial alumbramiento organizado de los reflectores daría un toque alucinante.

    De pronto, una voz interrumpió el paso acelerado, casi vertiginoso de Lauren; Era la voz de su guía espiritual. Ella dudo si prestarle atención o ir al salvar las construcciones que se desestabilizaban y tras el amague de seguir su paso retrocedió y se dispuso a oír al sacerdote.

    _Laurita, hablé con monseñor, él me dijo que le parece mejor que viajes a su diócesis, allí hay clarisas y cree que podrías hacer una experiencia con ellas.-
    _ ¿Clarisas? ¿Son de clausura?-
    _Si también lo son.- Lauren dudó un momento y sin saber exactamente por qué aceptó a la propuesta del sacerdote.
    _Bueno, mira. Me pondré en contacto con las hermanas y organizaremos tu viaje. ¿Te parece?-
    _Si padre. Bueno, lo dejo porque se cae todo, después hablaremos mejor.- Se despidió Lauren un tanto apurada y salió como un rayo logrando evitar que se cayera el tronco principal de un rancho que estaba a metros de ella.

    Caía la tarde y los niños comenzaban a llegar en la compañía de sus padres; Comenzaba así el trabajo de vestuario; Nada era improvisado, los animadores se habían encargado, días antes, de medir los ropajes a los niños y seleccionar los más adecuados a la medida de cada uno, de identificarlos con los nombres y luego lavarlos y plancharlos para que esa noche pudieran lucirse…
    De modo que mientras iban llegando los niños, sus animadores iban buscando los trajes correspondientes y colocándoselos a cada uno, cuando todos los pequeños ya estaban listos, ellos también debieron vestirse. Lauren, sería un ángel, puesto que a su grupo le había tocado en suerte representar el coro de ángeles que bailan el anuncio del Arcángel Gabriel sobre el nacimiento del Mesías a los pastores y ella debía guiar a los chicos para que no se equivocaran en ritmo, ni tiempo ni coreografía… Realmente ese baile resultó un gran sacrificio, hace años que no realizaba actividad física y su vaso clamaba por salirse de su físico, mientras ella sacaba fuerzas y una sonrisa reluciente de lo más profundo, del espíritu de caridad, quizá, porque si no fuera por puro amor a Dios, a la obra y a los niños no hubiera hecho tal cosa…

    Al final el pesebre resultó hermoso, las escenas bien marcadas, ordenadas cada una en su ambiente escenográfico y a la vez el desplazamiento de los personajes por todo el predio ayudaba a que los espectadores se sintieran también parte de la obra. Ya no parecía una representación, sino una cadena de hechos que estaban sucediendo en ese momento o más bien que la historia volvía a repetirse en lo concreto para deleitar a quienes eligieron verlo. Resultó emocionante hasta las lágrimas, y no es una exageración, el final… Puesto que se acentuó la escena de la sagrada familia en el establo, iluminada especialmente hasta parecer resplandecer ella misma, y de pronto, la oscuridad que la rodeaba fue iluminada por las antorchas que los ángeles elevaban tras colocarse en semicírculo a los costados de la escena principal, mientras se escuchaba con excelente acústica “En el medio de la noche encendemos una luz, en el nombre de Jesús” letra a la que todos los actores seguían a viva voz y marcaban con un movimiento de un lado a otro perfectamente coordinado de las antorchas que sostenían…

    La obra se llevó el aplauso extravagante de todos, y bien merecido estaba ese aplauso por el trabajo realizado, distribuido en equipo y logrado así en conjunto, en un mano a mano en un hombro a hombro, en una comunión fraterna, el compartir misionero.

    _Muy bien Laurita, ¡te felicito!- Dijo el sacerdote, de la misma forma cariñosa y simpática que lo había hecho con los demás jóvenes, adolescentes y niños que participaron o que trabajaron para poder realizar la escenificación.
    _Gracias padre… Ahora, que estoy más tranquila quisiera que continuemos el tema de la tarde…-
    _Si, mira, hablé con monseñor para pedirle que se conectara con las carmelitas e interceda para que realizaras tu experiencia allí, pero él me dijo que le gustaría y que le parece muy factible que conozcas a las clarisas de Resistencia… Pero aclaro, sólo si tu quieres, no te sientas presionada…
    _Las clarisas… no sé nada de ellas… -
    _Creo que son tanto o más austeras que las carmelitas…- Al escuchar esto los ojos de Lauren adoptaron automáticamente un brillo que hablaba de alegría, de lo que sentía su corazón…
    _ ¡Entonces si! ¡Si quiero ir!-
    _Bueno Laurita, me comunicaré nuevamente con monseñor para informarle de tu decisión y para pedirle los datos de donde se encuentra el convento de las hermanas exactamente… Seguramente antes de que viajes tendremos que comunicarnos con ellas, aunque sea por teléfono…-
    _Si padre. ¡Gracias!-

    ***


    El reloj marcaba las 17.55 PM y los animadores llenaban de alegría jovial y colorido, con sus pañoletas blancas y amarillas –como la bandera papal- la terminal de la ciudad.

    _ ¡No veía las horas de hacer este viaje! ¡Por fin!
    Comentó Caroline, la mejor amiga de Lauren a ésta, y ella asintió… Se encontraban en la terminal, esperando la salida del micro con salida a la capital del país.

    Los animadores, para trabajar más correctamente con los niños debían formarse, para ello sacrificaban parte de sus vacaciones para ir a una escuela de animación misionera; En ella, tenían 60 horas de enseñanza teológica, psicológica y pedagógica para poder tratar con niños y adolescentes… Hacer esa escuela de formación significaba un gran paso, la mayoría de los animadores habían trabajado muy duro para conseguir el dinero y pagarse los pasajes y la inscripción, y lo hacían gustosamente, pues valía la pena, además conocerían y podrían compartir las realidades de cada diócesis con otros animadores, lo que también cooperaba con el enriquecimiento propio como animador y lo que éste implica, es decir, el volcar todo lo aprendido concretamente a la hora de trabajar con su grupo a cargo…

    Los jóvenes se encontraban muy entusiasmados, hasta que alguien les dijo que el viaje se suspendería hasta unas horas más tarde, el micro se había averiado… Esperaron entonces, bastante tiempo hasta que por fin pudieron abordar un micro en condiciones, pues las distancias eran bastantes grandes, tendrían poco menos de un día de viaje para llegar al lugar en que realizarían la escuela, la cede nacional de obras misionales pontificias.

    _ “Reza, el micro se averió, el malo siempre está metiendo la cola; Que lo arreglen, sino no podremos llegar a tiempo” Explicaba un texto que se enviaba desde el celular de Lauren a una amiga suya y Caroline, sonrió de acuerdo al compartirle su amiga el mensaje que acababa de enviar.
    _ ¡Que raro! El siempre metiendo la cola…
    _Si, mejor recemos. ¡No nos va a ganar, aunque quiera!
    _ Dale, dijo naturalmente Caroline sacando su rosario del bolso.

    Caroline, la mejor amiga de Lauren era una muchacha de una espiritualidad también muy fuerte, aunque muy diferente a Lauren; Eran los polos opuestos… Una introvertida, la otra extrovertida, una estructurada, la otra un mamarracho, una correcta en la forma de expresarse, la otra muy natural… Quizás esas diferencias hacían que se complementara tan bien y se quisieran tanto… En fin, eran casi inseparables, y aunque a veces sus diferencias eran causa de divertidas peleas a los pocos minutos lo olvidaban, literalmente, y se encontraban reconciliadas…

    Era casi la media noche, y luego de cenar un suculento y exquisito plato de ravioles en el restaurante de la terminal porque la empresa accedió a validarles la cena que el servicio incluía y que por viajar más tarde perderían; Se encaminaron a la capital del país. El viaje era largo, llegarían a destino durante la tarde del día siguiente, pero no les importaba ni el tiempo ni la distancia, estaban felices de poder realizar esa experiencia.

    Subieron al micro y comenzó la fiesta, y aunque estos adolescentes no podían compararse con el resto de los adolescentes, no dejaban escapar de la situación ni el contexto la alegría, emoción y exaltación que demuestran los adolescentes; La diferencia residía en el modo, claro… Así, charlaron y festejaron un rato hasta que uno a uno los fue envolviendo el sueño; Al despertar habían llegado a Carlos paz y debían realizar un transbordo, era la madrugada y les llamó la atención, puesto que el transbordo estaba programado hacerse en la capital de Cba. Pero resultó que el micro se había averiado nuevamente, entonces lo más práctico y seguro era trasladarlos a otro coche. Así hicieron y en Cba capital otra vez hicieron transbordo, esta vez era el que estaba programado…

    Cerca del medio día llegaron a Rosario y luego de almorzar subieron nuevamente al micro el cuál se dirigió a un taller y… ¡Otra vez transbordo! ¡Otra vez una falla del micro!

    _Bueno, por lo menos ya estamos llegando…
    _ jaja ¡si! Nos paseamos por todos los coches habidos y por haber.
    _Y cada vez se hacen más estrechos. ¡Unos gramos más y no entro! jajajaja

    Charlaban alegres entre sí a pesar de las arbitrariedades del viaje. Al llegar, por fin a Retiro, tomaron un micro urbano y se dirigieron al lugar en el que se realizaría la escuela. En la cede de obras misionales pontificias los esperaba la secretaria nacional de la IAM, y otros miembros del secretariado nacional, a quienes contaron muy dinámicos la aventura que había resultado el viaje, ya que ¡No sólo el micro en el que viajarían en un principio se había averiado, sino que durante el viaje tuvieron que hacer tres transbordos más por situaciones de la misma índole y además que en cada transbordo los coches se estrechaban cada vez más y más!... Y todos reían alegres por la odisea que había resultado el viaje, pero principalmente por poder haber llegado bien a destino.

    Les asignaron las habitaciones, los chicos se relajaron, tomaron un baño y a la hora estipulada anteriormente por ellos, bajaron a encontrarse para ir a buscar algo de cenar. La noche ya había caído y en la ciudad la mayoría de los negocios se encontraban cerrados, al fin y después de dar una vueltas dentro de la zona y tener que regresar ante el llamado de atención del sacerdote respecto al cielo que parecía ya no poder sostenerse, se dirigieron a un supermercado que se encontraba cerca del lugar y compraron unas cuantas cosas para cocinar.

    Esa noche cenaron suculento y rico en un clima de alegría y unidad, tenían todo el comedor para ellos, pues el resto de los participantes de la escuela aún no habían llegado, llegarían al día siguiente, pues ese era el día acordado para el inicio de las actividades; y luego de charlar, reír y compartir fraternalmente cada uno se dirigió a la habitación que le había sido asignada a descansar, pues sabían que les esperaba una semana bastante agitada.
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

  4. #24
    Banned
    Fecha de ingreso
    27 dic, 10
    Ubicación
    Argentina
    Mensajes
    427

    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    CAPÍTULO X

    Los despertó el ruido de las ruedas de las maletas, del ascensor subiendo y bajando, de las puertas de las habitaciones cercanas. Evidentemente los demás participantes de la escuela estaban llegando y siendo ubicados en sus respectivas habitaciones, aún era temprano y se tomaron su tiempo para alistarse, al horario indicado bajaron, desayunaron y luego estuvieron listos para la apertura que se daría con la celebración de la Eucaristía, en la misma capilla del lugar, la cuál estaba llena de rostros jóvenes alegres y entusiastas, dispuestos a recibir todo lo que pudieran darles en esa semana y a dar ellos también todo de su parte…

    La misa fue celebrada por el director nacional de obras misionales pontificias y concelebrada por todos los sacerdotes que también realizarían la escuela; Se respiraba un clima de ansiedad, alegría, fuerza, pero sobretodo fraternidad. Al terminar la celebración, les dieron las primeras perspectivas sobre la realización de la escuela, las reglas que se respetarían, los horarios de clases y la forma en la que se manejarían durante esa semana, luego, divididos de acuerdo al nivel de la escuela (I Y II) se dirigieron a los salones asignados para las clases, charlas y talleres.

    Lauren tomo el programa que le habían entregado y lo observó, sus ojos se quedaron perplejos al leer como primer tema “Fundamento trinitario y eclesiológico de la misión”. Codeó a Caroline, que es encontraba a su derecha y le señaló el tema en el que se había posado, su amiga reaccionó de la misma manera. Las dos tenían los ojos abiertos de par en par por la sorpresa causada; Sabían que la escuela sería elevada, pero no creían que tanto… y lo que les asustaba a las dos era que si Lauren, se asustaba por un tema significaba que era realmente complicado, puesto que ella escudriñaba y conocía mucho de teología ¡y además esos libros elevados de los santos que leía! Todos la tenían por la más preparada en esos temas, de modo que cundió el pánico entre ellos cuando ella demostró no tener idea de que se tratase un tema y asustarse con lo “complicado” tan sólo del titulo.

    Pero una vez en sus lugares y habiendo empezado un sacerdote con el desarrollo del tema se dio cuenta que no era tan difícil en realidad, quizá el nombre le daba una aspecto de verdad teológica muy elevada, pero no era nada raro y todos pudieron entender. Lauren estaba fascinada con las clases, tomaba notas y en los momentos libres se dedicaba a escudriñar los documentos que se citaban y a completar los trabajos prácticos.

    Entre clase y clase, lectura y lectura, recreo y recreo, se fueron forjando hermosas amistades… A ella le había tocado hacer grupo con un seminarista, su nombre era Mauro, un muchacho muy atractivo de un carácter muy especial, hermoso… Muy humilde, simpático y servicial; De inmediato se hicieron buenos amigos y compartían así el proceso vocacional que cada uno estaba haciendo; Él se alegró mucho al descubrir que su compañera estaba discerniendo para la vida contemplativa, y le prometió rezar mucho por ella, como ella le prometió a él rezar también por él y por su vocación…

    La semana pasó volando, casi no se dieron cuenta y ya había llegado la hora de entregar los trabajos finales, de despedirse y regresar a casa. A todos les costaba eso, nadie quería dejar aquél lugar donde muchos corazones se habían unido fraternalmente, donde las amistades florecieron como nueva primavera, donde todos podían compartir cómodamente ese amor por Jesús y por la obra… Lo bueno era que esas amistades podrían seguir alimentándose a la distancia…

    _ ¿Estás nerviosa? `Preguntó a Lauren una de sus amigas; Mientras ya se encontraban en el micro que los traía de regreso a su ciudad
    _ ¿por qué?
    _ Por la experiencia que vas a hacer con las hermanas…
    _ Ah, ¡cierto! Realmente, no. No sé cuando la fecha de viajar esté más cerca. Quizá aún no me cayó la ficha.

    Repentinamente, Lauren, mientras se encontraba en la terminal de su provincia esperando por la situación del averío del coche había recordado que debía enviar un mail a las hermanas, entonces, junto a Caroline, buscó un local con servicio de Internet y les escribió, muy celebre, estructurada y prolijamente a las hermanas contándoles su situación, la opinión del obispo y demás.

    _ ¿Por qué escribís tan raro? A vos te encanta complicarte la vida.- Bromeó Caroline
    _ Yo no escribo raro, sino que vos estás acostumbrada a escribir como venga.-
    _ ¡Más vale!-
    _ Vez…-
    _ jajajaja-

    De pronto, su amiga le pasó una mano delante de sus ojos como tratando de de comprobar si se encontraba en otra dimensión o seguía allí…

    _ ¿Ah? ¿Qué pasa?
    _ Es que te estaba hablando y no me respondías; Te quedaste tildada. Pensé que ya habías entrado en éxtasis. Jajaja-
    _ ¡No vallas a palmar en medio del pasillo! Comentó Fabri, uno de los animadores; Sacando a relucir su típico buen humor. Y todos rieron tras el comentario.
    _ ¡Que ocurrente eres Fabri! Jaja Y… ¿Qué me preguntabas Sil?
    _ Si ya les escribiste a las hermanas.
    _ Si, antes de viajar les escribí…
    _ Ah bueno. Pero… ¿Vas a quedarte?
    _ No. En realidad, no sé… No creo. Creo que estaré un mes y después tengo que decidir… - Prosiguió Lauren con un tono poco seguro…
    _ ¿Y vas directo al convento?
    _ Si, según lo que me dijo el Padre; El chofer de Monseñor me esperará en la terminal y me llevará al convento…
    _ ¡Que nivel! Jajaj Vos te codeas con los del alto… Bromeó nuevamente Fabri.-
    _ Jajaja. Si, ¡viste! Lo único que falta es sentarme en la cátedra del obispo… jajaja
    Y todos reían muy contentos por el paso que iba a dar Lauren y a la vez por las ocurrencias de cada uno…

    La fecha en que Lauren viajaría se había acercado muy velozmente; y sus amigos le habían organizado una despedida y de paso festejaban también el cumpleaños –por adelantado- de Gabiie y de Sil.

    Esta vez los nervios carcomían a Lauren, era un jueves siete de febrero por la noche, y partiría en viaje a Resistencia la mañana del día siguiente…
    _ Y ¿que pasa si no regresas? Le preguntó Fabri poniendo cara de cachorro
    _ Al fin me voy por pocos días, menos de una semana. Las hermanas no me permiten quedar más de cuatro días.
    _ Ah… Entonces, en una semanita estas de vuelta con nosotros…
    _ Si, así que no me extrañen mucho. jaja
    _ Bueno, nosotros iremos a la Chaya por vos.
    _ ¡Gente pecaminosa!
    _ jaja. Tú reza por nosotros…
    _ ¡Me voy a tener que ir a arrodillar en los trigales por ustedes! ¡Por Dios! ¡Señor! Ten piedad de este pecador…
    _ jaja. Sé que el Señor escuchará tus oraciones.
    _ Así espero…

    Conversaban animadamente, mientras las canciones del momento escapaban de un equipo de música; Ya era de madrugada y algunos de los animadores habían hecho a un lado las mesas para poder bailar; Pero a Lauren no le agradaba mucho bailar, así que prefería quedarse en la mesa, conversando con alguno de sus amigos… De pronto, en lo más animado de la conversación y cuando los nervios ya habían pasado Sil se acercó con una pregunta para nada desubicada…

    _ ¿A que hora sale el micro?
    _ A las 05.30 ¿Por qué?
    _ Porque son las 04.45
    _ Huy. ¡Menos mal que me dices!
    _ ¡Casi te quedas mirando el tren Canegunda! Rió Fabri.
    _ Bueno, me voy. ¡Chau chicos! Recen por mí, no se olviden.
    _ Y vos por nosotros.
    _ Así será…

    Se despidió de cada uno con un abrazo muy fuerte y casi con lágrimas en los ojos salió de la casa de su amiga Gabiie… Dos de sus amigos la acompañaron hasta su casa, que oportunamente se encontraba a pocas cuadras de allí… Y gracias a Dios que Fabri y Sil la acompañaron, pues aún estaba oscuro y a metros de su casa vio a una persona que temía y le resultaba desagradable, pero no dijo nada; se limitó en cambió a bajar la cabeza para no recibir esa mirada que le repugnaba… Minutos después recibió un mensaje de esa persona “Sal fuera de tu casa” A lo que respondió con la más abrupta indiferencia…
    _Al final llegaste. ¿Ya tienes todo listo? Preguntó la madre de Lauren apenas ella abrió la puerta.
    _ No
    _ ¡Lauren! ¿Qué piensas? ¡Ya va a salir el micro!
    _ Sólo bromeaba, ya está el bolso preparado. Sólo tengo que cambiarme…
    _Bueno, pero apúrate. No sé por qué no eres como yo. Yo ya estoy lista.
    _ Ve llamando a la base y pide un taxi. Yo me visto y estoy lista…
    _ Bueno…
    Imágenes adjuntadas Imágenes adjuntadas

  5. #25
    Registrado Avatar de Caracolamarina
    Fecha de ingreso
    13 nov, 09
    Ubicación
    Buenos Aires Cap Federal. Cerca de la placita del barrio
    Mensajes
    24,399

    Predeterminado Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    ¿ Quién, es el ser misterioso que le repugna a Lauren? y ¿ por qué le teme?...

    Espero una situación...que la autora nos está ...anunciando...
    Seguimos leyendo.
    Saluditos cariñosos.

  6. #26
    Banned
    Fecha de ingreso
    27 dic, 10
    Ubicación
    Argentina
    Mensajes
    427

    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    Cita Iniciado por Caracolamarina Ver mensaje
    ¿ Quién, es el ser misterioso que le repugna a Lauren? y ¿ por qué le teme?...

    Espero una situación...que la autora nos está ...anunciando...
    Seguimos leyendo.
    Saluditos cariñosos.
    Es toda una situación, pero tendrás que esperar un poquito ; Lauren, no revelará muy pronto por qué se le generan esos sentimientos...
    Saludos

  7. #27
    Registrado Avatar de Caracolamarina
    Fecha de ingreso
    13 nov, 09
    Ubicación
    Buenos Aires Cap Federal. Cerca de la placita del barrio
    Mensajes
    24,399

    Smile Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    Justamente ...en una lectura, cuando el autor llega a propiciar el suspenso, de lo que sucederá, hace que el lector siga leyendo...
    Felicitaciones AnaLauraM

  8. #28
    Forero Experto Avatar de Avicarlos
    Fecha de ingreso
    17 dic, 09
    Ubicación
    Barcelona (Spain)
    Mensajes
    3,641

    Predeterminado Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    Y que nos describa tan bien las previas de una vida contemplativa. Ya digo.....me hace pensar en la tía que no conoci.....jajaja

    Saludos de Avicarlos.

  9. #29
    Banned
    Fecha de ingreso
    27 dic, 10
    Ubicación
    Argentina
    Mensajes
    427

    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    CAPITULO XI

    El reloj marcaba puntualmente las 05.30 AM mientras el pulso de Lauren se aceleraba al ver acercarse un micro a la terminal. Se puso de pié, tomó sus bolsos y se acercó a él; Pero al estar frente a él leyó “Salta” en el cartel que indicaba el destino del micro. Se pintó en su rostro una expresión de decepción que la acompañó mientras se daba la vuelta aún cargando el equipaje y buscaba un lugar para sentarse y esperar…

    Los minutos pasaban y Lauren comenzó a sospechar que quizá haya llegado unos minutos, quizá unos segundos después de la partida del micro que ella esperaba… Cargó su bolso a los hombros y caminó despacio hacia la ventanilla de la empresa. Mientras caminaba, miraba al piso, miraba sus pies… Se encontraba más meditabunda de lo de costumbre y un brillo especial se asomaba por su mirada; Este brillo, era precisamente una extraña mezcla de diamantes líquidos apunto de desprenderse, alegría, miedo, nerviosismo, nostalgia… Tantas cosas la invadían que sentía que inflaban su pecho y que este en un momento fugaz se permitiría estallar dejando escapar todo aquello que danzaba revoltoso en su interior, donde se combatían además tinieblas y luz…

    _Buen día
    _Buen día señorita
    _ Disculpe, una pregunta… ¿El micro de las 05.30 con destino a puerto esperanza ya salió?
    _ Emmm no. Aún no ha llegado, viene con demora de una hora.
    _ Ah, bueno. Muchas gracias. Buen día.

    Lauren, hablaba con un tono de voz muy calmo, suave… Su voz parecía un calido susurro, una caricia que dejaba aflorar de tal manera la cordialidad, el respeto, que resultaba raro para una joven de su edad… Ella estaba acostumbrada a ser como “el sapo de otro pozo” no tenía casi similitudes con los demás jóvenes de su edad, por eso, fuera de la relación que entablaba con sus amigos de la parroquia, no tenía nada… Sus compañeros de colegio le resultaban demasiado “pecaminosos” y los lugares a lo que concurrían aún más, todo eso a ella la escandalizaba realmente y prefería mantenerse lejos. Aunque cuando sus compañeros de colegio le pedían ayuda con alguna tarea -pues ella era también muy inteligente y aplicada en los estudios, especialmente para las ciencias abstractas- los ayudaba sin titubear, le agradaba darles una mano, estar al servicio de todos, sin importar como sean o si se lo agradecieran luego o no…

    Continuó caminando por los pasillos de la terminal, hasta encontrar un rincón donde se arruchó. Sacó su celular del bolsillo, conectó los auriculares y programó el reproductor de música, dispuesta a volar en otras dimensiones a través de la imaginación.

    Pensaba en cómo serían las monjas, recordaba que su sacerdote le había dicho que la superiora parecía ser una mujer joven por el timbre de su voz… Se preguntaba cuán austeras serían, si tendría la oportunidad de mirarlas a los ojos o se presentarían con el rostro cubierto por el velo. ¿Cómo sería el lugar? ¿Donde estaría ella? ¿Ingresaría a la clausura? Soñaba con ingresar a la clausura, conocer de cerca, participar del “mundo” de las monjas… Su corazón se aceleraba, sus ojos brillaban como dos faros en la noche más oscura y sonreía, sonreía con el rostro escondido entre sus rodillas, sentía deseos de llorar, su alma explotaba en una alegría inconmensurable, aunque a veces, en vuelos fugaces el miedo aparecía, como una sombra en la noche, difícil de ver, de encontrar, pero haciendo notar su presencia constante…

    _ ¡Lauren! ¡Llegó el colectivo! Interrumpió la voz chillona de su madre.
    Lauren dio un salto, tomo su equipaje y se dirigió al transporte para certificar que era el correcto. Y si, ese era; En el cartel de destino se leía “Puerto esperanza”. Se emocionó aún más y a causa de ello realizaba movimientos brutos, torpes, involuntarios. Entregó las valijas al maletero y luego los pasajes al guarda que esperaba en la puerta del micro, este les indicó los asientos correspondientes y subieron. Había dado un paso, por alguna razón estando en el micro se sentía mas cerca, y se entusiasmaba cada vez más, como también su corazón se aceleraba cada vez más… Y se preguntó y tuvo miedo por estos latidos tan extravagantes… pues quizá, no permitirían que concrete aquello a lo que se estaba dirigiendo, tenía la sensación de que en cualquier momento su corazón no soportaría más y estallaría, realmente eran fuertes sus latidos y a tanta tensión uno sólo puede imaginarse o esperar un infarto…

    Había supuesto que se inquietaría mucho durante el viaje y por eso había comprado un medicamento tranquilizante. Tomó entonces una pastilla esperando dormirse pronto, el viaje sería largo, pasarían 20 horas antes de llegar a Resistencia… Y como lo esperaba, en una velocidad vertiginosa, el medicamento pareció hacer efecto y Lauren se durmió. Cuando despertó vio los colores rozados del cielo por la ventanilla y asoció que estaba atardeciendo, lo cuál era lógico, le parecía haberse dormido durante horas…

    _ ¿Donde estamos? Preguntó a su madre, que quiso acompañarla para asegurarse.
    _ Todavía en la Rioja.
    _ Pero… ¿Cómo? ¿Qué hora es?
    _ Son las siete
    _ ¿Cuánto me dormí?
    _ Y… como media hora.
    _ Creí que ya era la tarde. Me dormí muy fuerte…
    _ Recién estamos saliendo de la ciudad…

    Lauren se decepcionó, se había alegrado al pensar que era el atardecer, puesto que más de la mitad del viaje ya habría sido hecho… Pero no, recién estaba comenzando le quedaban mas de 19 horas…
    Se acomodó nuevamente para dormir, pero esta vez no lograba hacerlo… No entendía si el medicamento no había hecho efecto o la dosis había sido escasa… Pensó entonces en tomar otra pastilla, y así lo hizo, disimuladamente, para que su madre no la viera y no la regañara por “empastillarse”.

    Un rato más tarde logró conciliar el sueño y se despertó recién cuando llegaban a Tucumán, era más del medio día y les permitían bajar del micro para buscar algo para almorzar, así hicieron, aunque su madre se preocupó más por telefonear a su casa que por buscar alimento y Lauren andaba como bola sin manija, en una multitud de gente y sin dinero para comprarse algo. Pero, aunque sentía hambre, mayor era el deseo por llegar pronto a Resistencia, las ansias la carcomían.

    Una vez que salieron de Tucumán, tenían que atravesar Santiago del Estero, Lauren, nunca había observado por tanto tiempo un paisaje tan monótono e insulso, aunque quizá el pasaje era digno de observar, a ella todo le parecía aburrido, puesto que lo que sentía era alimentado por sus ansias de llegar… Sólo luego entrarían a chaco. Pero santiago, era el tramo más largo…
    Última edición por AnaLauraM; 28/04/2011 a las 04:03

  10. #30
    Banned
    Fecha de ingreso
    27 dic, 10
    Ubicación
    Argentina
    Mensajes
    427

    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    Continuación CAPITULO XI



    Era más de media noche y por fín, el micro ingresaba en la terminal de Resistencia. El corazón de Lauren se aceleraba… Bajó del micro y pensó en que el chofer del obispo la estaría esperando, sabia que lo apodaban “chino” y relacionó su apodo con su aspecto, pero ni aún así pensó en como sabría él quien era ella ni como sabría ella quien era él… También, las hermanas le habían dicho que si chino no podría irían ellas a buscarla, pero le resultaba difícil creer que las monjas abandonaran el convento a la media noche… En fin, ella no conocía como llegar al convento, no tenía idea de nada… Pensaba todo esto mientras descendía del micro y se dirigía a buscar el equipaje; De pronto, un hombre que no tenía rasgos asiáticos se le acercó sonriendo…

    _ ¿Lauren?
    _ Si…
    _ Hola, ¿Cómo estás? Yo soy chino, de la curia…
    _ Ah, hola. ¿Qué tal?
    _ Muy bien, muy bien. ¿Qué tal el viaje?
    _ Bien, bastante bien…
    _ ¿Te ayudo con el equipaje?
    _ Esta bien, gracias. Aunque el de mi mamá es más pesado…
    _ A ver… Dijo mirando los boletos para retirar el equipaje que Lauren le entregaba al maletero, dándole este a cambio dos valijas, una pequeña y otra enorme…
    Lauren tomó la suya, que era la pequeña y dejó que chino ayudara a su mamá con la otra… Dieron unos pasos y el hombre les presentó a su esposa, que se encontraba también mostrando una sonrisa resplandeciente, al costado de una de las puertas de ingreso y salida. Les indicó el auto y caminaron hacia él. La noche, a pesar de ser verano era fresca y lloviznaba… El auto se puso en marcha y al recorrer la ciudad, el conducto les explicaba, cuasi guía turístico, a donde llevaba una avenida y otra. Al tomar ruta 11 les dijo que esa llevaba al convento de las clarisas, pero que ahora irían al obispado que quedaba en sentido contrario y no pasarían por allí. Llegados al centro de la ciudad, él se apresuró por indicarles algunos lugares de importancia… pero Lauren no prestaba atención, ni hablaba...

    Se preguntaba en cambio, cómo había hecho aquél hombre para reconocerla tan fácilmente, pues apenas ella descendió del micro, él se dirigió directamente a ella... Y es que... ¿Cómo no reconocerla? Pues no sólo se distinguía del resto de los adolescentes en su forma de ser, sino también en su forma de vestir. Mientras las chicas de su edad se vestían a la moda, con colgantes, pulseras y a todo color, ella, lo hacía con la mayor austeridad y discreción posible. Usaba faldas largas, sandalias y camisas o remeras con el cuello lo más cerrado posible, a leguas se le notaba que era diferente, y no sólo eso, sino que tenía una aspiración diferente al resto, que se reservaba...

    Su madre, en cambio participaba animadamente de la conversación, le gustaba hablar aunque no tuviera idea de lo que estaba diciendo…

    _ Cuando pasamos por ese lugar… chatarra… ¿puede ser? Estaba todo inundado.
    _Charata. Corrigió Lauren a su madre.
    _ Si, es charata. Continuaron los lugareños.
    Mientras explicaban que algunas zonas del interior tuvieron demasiada lluvia en el tiempo de verano, y otras como la capital –Resistencia- se encontraban en tiempo de sequía…
    _Bueno, aquí es el obispado.

    Ahora si, Lauren prestaba atención, sus ojos querían acapararlo todo, quería guardarlo todo en su memoria, hasta el más mínimo detalle…
    Entraron entonces, con el automóvil. Una vez en la playa de estacionamiento, descendieron del vehículo y el chofer les indicó el camino. Pasaron por el jardín, a propósito, bien cuidado… Adornado con rosas de varios tonos y otras flores; Enredaderas que se trepaban por la cerca que lo delimitaba y subía por las escaleras, como ellos lo harían para dirigirse a donde pasarían la noche. Al terminar las escaleras, caminaron por un pasillo, el chofer se detuvo sobre una puerta y esperando que las mujeres llegaran a su lado, la abrió mientras indicaba que era el oratorio personal del obispo y las invitó a pasar. Entonces, Lauren entró y se arrodilló mirando al sagrario y dando gracias por la experiencia que estaba viviendo y por la que viviría, aún sin conocerla. Mientras su madre se quedaba fuera, admirando sólo la belleza del oratorio, su decoro, meramente lo material; Y al rey ni hola ni chau… Lauren, tras una breve pero profunda oración se incorporó y santiguándose una vez más se retiró de los aposentos del Rey de reyes… Entonces, el hombre cerró la puerta y siguió caminando por el pasillo, dieron la vuelta y se detuvo nuevamente, sacó unas llaves de su bolsillo e indicó que este era el departamento de monseñor; Abrió la puerta y les indicó las habitaciones, la cocina, el baño agregando que al día siguiente las retiraría a las 9 AM para llevarlas al convento de las clarisas, les dio las buenas noches y se retiró cerrando la puerta con llave.

    El obispo, pareciera, no estaba… O no vivía allí, o sólo utilizaba ese lugar para realizar algunas tareas. Lauren se encontraba hambrienta y se dirigió a la cocina, abrió la heladera y vio comida pero no se animó a probarla… Regresó al comedor y vio sobre la mesa una guía de profesión solemne, la leyó y se imaginaba su propia profesión ¡Cuánto faltaba para eso! Su madre, entretanto, había ingresado a la habitación para descansar y no se animaba, como lo hacía Lauren, a estar curioseando, cuál perro que olfatea, todos los rincones del lugar, pero ella, como creía que el obispo no estaba comentó bromeando “De tal palo, tal astilla… Ahora sé porque el cura salió tan desordenado, lo aprendió de su formador. Aunque el alumno superó al maestro”
    Luego de dar vueltas y vueltas, de estirar las piernas y de escuchar que había empezado a llover intensamente se decidió a ir a descansar. Sólo tenía que pasar esa noche y a la mañana siguiente, por fin, conocería a las monjas…
    Se durmió cansada, hambrienta, aunque con una sonrisa y se despertó con el sonido de la alarma del reloj. Su madre ya estaba despierta pero no se animaba a salir. Escuchaban ruidos fuera y no sabían de quien se trataba

    _ ¿Será el obispo?
    _ No… no se. Pensé que no vivía aquí…
    _ A lo mejor llegó hoy…
    _ No sé, espérame que me cambie.
    _ Bueno.
    Pero su madre, no sabía lo que significaba esperar…
    _ Apúrate
    _ Ya voy
    _ yo voy a salir
    _ ¡Espera!
    _ Buen día padre…
    _ Hola, buen día. Yo no sabía si había alguien… Como anoche no llegaban me fui a dormir porque se hacía tarde… ¿Va a desayunar? Dijo con su particular tono Campeche y cómo quien cuenta un chiste…
    _ Yo tomo mate, no se que tomará usted. ¿Y la niña? Prosiguió
    _Ya viene
    _Ah bueno, ya digo… ¿La habrán dejado en La Rioja o ya se fue?
    _ Buen día monseñor…
    _Hola ¿Cómo estás? ¡Al fin apareces! Yo ya leí el diario, contesté unos mails, me tomé unos mates… Y las hermanas ya se deben haber rezado como siete oraciones…
    Y Lauren sonrió tras el comentario divertido del obispo.

    Uno generalmente se imagina a un obispo como un hombre lejano, serio, lleno de lujos, con mal carácter y que sólo sabe dar sermones pero que no vive lo que predica… Pero eso es sólo una imagen. Este obispo, no podía ser más humilde, cercano a la gente, conocedor de las necesidades de ellas y luchador por la dignidad de las personas, un tipo muy concreto, muy accesible, lleno de vitalidad y buen humor a pesar de su avanzada edad.

    Desayunaron, y el obispo mantenía una alegre conversación, ese era su carácter, siempre alegre, siempre con el buen humor a flor de piel, aunque a veces, sus bromas a algunos les resultaban un poquito pesadas… Lauren, típicamente sólo escuchaba y al terminar todos de desayunar, se puso de pié, levantó las tazas y todo lo que habían utilizado y los llevó a la cocina a lavarlos… Sonó entonces el teléfono, el obispo atendió…

    _ Si, si, están despiertas. Ya comieron y bebieron ya puede llevarlas…

    Lauren, al escuchar eso se puso nerviosa y case se le cae una taza al piso, pero menos mal que la atrapó en el aire…
    Escasos minutos después, el chofer se encontraba en la puerta del departamento del obispo esperando para cargar el equipaje y conducirlas al auto. Lauren ya había lavado todo y se dirigió al comedor. Tomó su valijita y su mochila y siguió al chofer, el obispo las acompañaba, haciéndoles conocer un poco el lugar

    _Esa es la hermana Eufrasia, mi secretaria, a veces parece que desayuna limón. Bromeó el clérigo señalando con la cabeza hacia una ventana cuyas cortinas estaban corridas.
    _Bueno, vaya que las hermanas la deben estar esperando. Dijo a Lauren y las despidió. Llévalas bien chino, no se vayan a perder. Y acordate que después me tenés que buscar para llevarme a Sáenz peña.
    _Bueno monseñor, las dejo en el convento y vuelvo.
    _ Bueno

    Partieron entonces, y chino seguía haciendo además de chofer, de guía turístico… Aquí es la catedral, esta es la plaza principal, aquí la casa de gobierno, allí era antes el obispado… Y al salir a ruta 11, donde la noche anterior les indicó que dirigía al convento, les mostró el seminario, y el camino que llevaba a “fontana” donde él vivía…

    Entraron por unas calles de tierra, llenas de pozos, a una zona bastante precaria y señalando él, un murallón del que sobresalían eucaliptos, les indicó que allí era el convento de las clarisas…
    Última edición por AnaLauraM; 28/04/2011 a las 04:12

Página 3 de 5 PrimerPrimer 12345 ÚltimoÚltimo

Temas similares

  1. Mirada tiesa
    Por AnaLauraM en el foro Poesia
    Respuestas: 7
    Último mensaje: 28/03/2011, 23:19
  2. Esas letras que dicen algo ....
    Por lucasz en el foro Música
    Respuestas: 209
    Último mensaje: 06/07/2010, 17:25
  3. Mi mirada te extraña.
    Por mr. peralta en el foro Poesia
    Respuestas: 0
    Último mensaje: 23/11/2007, 04:21
  4. El Poder de tu mirada...
    Por Rogerssv en el foro Poesia
    Respuestas: 6
    Último mensaje: 12/07/2005, 15:36
  5. EL PODER DE TU MIRADA
    Por diego84 en el foro Café Literario
    Respuestas: 12
    Último mensaje: 23/03/2004, 15:25

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •