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Tema: Con la mirada puesta en el horizonte

  1. #11
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    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    Continuación Capítulo IV


    Ella no se lo hubiera imaginado antes, pero sentía una cierta atracción hacia los deportes, especialmente hacia el basketball, le encantaba observar el juego y un día, decidió jugarlo. Acudía al club casi diariamente, y sin pensarlo se estaba convirtiendo en una muy buena jugadora, aprendía rápido, era veloz y creativa para las jugadas, el adversario caía derrotado ante ella…
    Pero ésta no era la única evolución en su vida, sino que también en el club comenzó a hacer amigos, comenzó a abrirse a la vida y a disfrutarla, así como disfrutaba el partido.

    _Este fin de semana, viajaremos, tenemos un partido contra el equipo femenino más importante de nuestro estado- Dijo el entrenador, y las chicas entusiasmadas dieron un alarido

    _ ¡Ganaremos!, somos las mejores- _Para eso, será necesario que entrenemos arduamente- concluyó el hombre. El era un tipo joven, atractivo, naturalmente de buen porte, de ojos azules y cabello rizado. Pero a pesar de su apariencia, las chicas no se fijaron en él, sólo lo consideraban su entrenador y ni los sentimientos ni los cambios hormonales interrumpían en el juego. Y eso resultó bueno, sería difícil imaginar, aunque no tanto en los tiempos actuales, un enredo esporádico entre las jóvenes o más bien adolescentes o niñas y el entrenador que prácticamente les doblaba la edad…
    Era una mañana soleada y de mucho calor, las jóvenes esperaban ansiosas la llegada del bus que las llevaría al punto de encuentro, al lugar del juego… Para ellas, significaba el camino a la gloria. No temían ni los nervios les atacaban, estaban felices y así lo demostraban enérgicamente.

    El reloj marcabas las 10.08 AM cuando el bus llegó, era el momento de dar el paso hacia la victoria. Tomaron sus pertenencias y subieron al vehículo, charlaban divertidamente entre ellas _ ¡Cuidado, no te vallas a enredar en tus propios cordones!- Dijo una, y Lauren dirigiendo su mirada a sus zapatos rió _No queremos que una de nuestras mejores jugadoras se lesione antes del partido- Concluyó la joven, y todas rieron al descubrir que por poco Lauren habría quedado totalmente enredada entre sus cordones y la correa de su bolso… ¡La caída hubiera sido brutal! Y de pronto ella recordó la vez que se lesionó en medio de una jugada que hubiera sido fantástica, pero que no pudo concretar por doblarse el tobillo… Esa vez le había costado más de una semana recuperarse totalmente y poder volver a caminar con normalidad, claro que para correr y saltar tuvo que esperar un tiempo más… Recordó que en ese tiempo se había sentido muy mal… extrañaba demasiado lo que se había convertido en el centro de su vida… el basketball…

    Pero este no era momento para añejos recuerdos, era el momento de la gloria… _No será tan fácil esta vez, ¡mi tobillo se ha fortalecido a precio de golpes!- Dijo Lauren con una sonrisa pícara y todas rieron recordando todas las veces que Lauren se había lesionado pero que no les había dado importancia y había seguido el partido como si nada…

    Sin duda era una jugadora extraordinaria, y sus lesiones se debían indudablemente a lo brusco de sus jugadas y a la creatividad para ellas, una vez había convertido un punto tras una bandeja impecable lograda luego de un delicado envión y una vuelta sobre sí misma en el aire, colocando el balón dentro del aro y quedando colgada por unos segundos de él, esa vez el público había enloquecido al ver semejante jugada y ella se sintió bien. Soñaba con jugar en la WNBA… y estaba enamorada de un basketbollista profesional que había tomado prestigio y comenzado a jugar en la NBA tras un descubrimiento en el estado al que ella pertenecía… Obviamente era un amor imposible, pero formaba parte de los típicos sueños de una adolescente.
    Se sentó en el asiento que le asignaron y suspiró; Cada vez que se sentaba en un automóvil o en un bus y contemplaba por la ventanilla una cierta melancolía se apoderaba de ella, pero no sabía a que se debía y apartando la vista de la ventana miró a sus compañeras… _ ¡Este es nuestro gran día!- Dijo entusiasmada y todas asintieron. _ ¿Que hay si algún entrenador de prestigio nos descubre y cumplimos nuestro sueño?- Dijo una de ellas _¡No alucines!- Respondió otra. _ ¿Están diciendo que yo no tengo prestigió?- comentó dinámicamente el entrenador. _ ¡Claro que no Adrián! Pero sabes cuál es nuestro sueño.- Dijo una de ellas mientras lo sacudía por sus hombros. El hombre rió y todas con él. Era realmente un grupo genial, y el lazo que los unía a todos era muy fuerte. Se sentían más que un equipo, quizá una familia…

    El viaje había comenzado, y las chicas no pararon de hablar en todo el camino, y al entrenador le fascinaba el hecho de haber contratado un bus especialmente para su traslado, de otro modo hubiera sido casi imposible que otra gente soportara el parloteo animado de las chicas. El asentó la cabeza en el asiento y se durmió con una sonrisa, más allá de que las chicas ganaran o perdieran le importaba su bienestar, las quería como si fueran sus hermanas menores. Las hermanas que siempre soñó tener. Era un tipo joven, no pasaba de los treinta años, y las chicas tenían entre 13 y 16… de ellas, Lauren era la menor, aunque no lo parecía. Él tenía un cariño particular hacia ella, la primera vez que la vio parecía un pajarillo asustado, ahora era otra persona…
    Pero más allá de ello había algo en su mirada que lo atrapaba… algo místico, enigmático, un no se qué, que lo llevaba a la reflexión y se daba cuenta que no conocía demasiado de su vida, ni de su pasado… Sólo sabía que era hija única y que venía de una familia bien posicionada. Y cada vez que recordaba ello se sentía un poco mal y se prometía conocer un poco más de ella, aunque ella siempre evadía el tema de su familia y de su pasado. “Esto es lo que me hace feliz” decía y todo el mundo pasaba a otro tema. Era evidente que Lauren amaba el basketball y lo consideraba su vocación.

  2. #12
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    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    Continuación Capítulo IV


    _ ¡Llegamos!- Anunció el conductor y las chicas festejaron, mientras que el entrenado despertaba de su profundo sueño. Había tenido una pesadilla, que irresolublemente su novia lo abandonaba… Lo cuál en la vida real hubiera sido un golpe muy duro, el la amaba y pronto se casarían, llevaban muchos años de novios… y consternado se preguntó si ese sueño significaría algo y poco después telefoneó a su amada y se alegró al descubrir que todo estaba bien. Le dijo lo mucho que la quería y que la llamaría después del partido, ella sonrió y se despidió cariñosamente. Sin duda conformaban una hermosa pareja… Las muchachas se burlaron al descubrirlo hablando tiernamente y le enviaron un saludo a su chica…

    Ellas la conocían, la muchacha también trabajaba en el club, era la entrenadora del equipo de boleyball, una buena mujer. Por lo menos a ellas, les caía muy bien.

    _Bueno, basta de charlas, ¡que se aproxima el gran juego!- Dijo el entrenador mientras golpeaba las manos. Ellas rieron típicamente mientras se encaminaba hacia donde suponían que se encontraba la cancha.

    Llegaron y conocieron a sus rivales. Luego, se tomaron un tiempo para descansar por el viaje, y entrenar un poco, el partido sería durante la tarde.
    El almuerzo, se dio en un ambiente muy alegre, a pesar de que el aire acondicionado del restaurante había dejado de funcionar por un rato y el calor era casi insoportable. _Les recomiendo que ordenen pastas- dijo el entrenador con una expresión de extasiado. _ ¡Claro, los carbohidratos!- Respondió una de ellas, mientras otra añadía que casi ordenaba ensalada. _ ¡Te morirías, no tendrías fuerzas para el partido!- Añadió Lauren, le gustaba opinar de vez en cuando sobre algunos temas, pero solo aquellos que les parecían serios…
    A pesar del tiempo, y del ambiente en el que se movía, seguía siendo una persona meditabunda, silenciosa. Y se limitaba a hacer bromas a veces, y a opinar de vez en cuando. En las cosas sin un sentido profundo y serio se mantenía al margen. Y muy de vez en cuando, casi tan atípico como la muerte de un jugador en la cancha, se le soltaba la lengua y hablaba sin parar… Pero a todos les parecía extraño cuando sucedía…

    Las muchachas descansaron un rato y cuando se sintieron en condiciones de entrenar se dirigieron a la cancha; Era una cancha maravillosa, impecable, ¡Ya quisieran gozar ellas de una cancha así en su club!
    Practicaron unas cuántas paces, unas jugadas, unas bandejas y unos triples. Lauren era fantástica para los triples y ni hablar para los trucos… Mareaba a sus adversarios y luego iba directo al aro. Casi nunca fallaba.

    Se anunció el partido y el juego comenzó, las visitantes tardaron menos de dos minutos en convertir su primer punto. Pero se sorprendieron que las anfitrionas fueran bastante buenas. Le llegó un pace a Lauren y ella intentó con una jugada sencilla, que para sorpresa de todos, no logró terminar porque el balón le fue quitado y las anfitrionas convirtieron un triple. Lauren, sintió una rabia profunda, no había sido abochornada así en mucho tiempo. A partir de ese momento comenzó a jugar con el corazón, dejaría todo en la cancha, costara lo que costara. Su orgullo era alto.

    De pronto, se elevo bruscamente del suelo, tomando el balón antes de que se convirtiera otro punto en su contra y salvajemente corrió por la cancha, realizando una serie de trucos a cada oponente que se le cruzaba y casi a mitad de la cancha se arriesgó a lanzar convirtiendo un impecable triple que dejó con la boca abierta a sus adversarias y provocó el aplauso de su entrenador. Las anfitrionas, comprendieron al instante que estaban frente a una gran potencia que no podían dejar sin marcar ni un solo segundo, pero era difícil, Lauren era veloz pero sobretodo escabullidiza y muy silenciosa.

    La chicharra sonó indicando el fin del juego, y las muchachas del equipo visitante expresaron una mueca de satisfacción, ¡Habían ganado! El partido había sido difícil, más de lo que habían podido suponer, y eso les daba más orgullo… Eran muy buenas… Y Si bien, su puntaje no había resultado un bombardeo para sus adversarias, porque se mantenía parejo, ellas degustaban la dulce sensación de la victoria, y se fortalecían con cada una de ellas…
    Durante la noche, cenaron libremente, y sus adversarias las acompañaron, no había rivalidad entre las jugadoras, sólo instinto de competencia dentro de la cancha, fuera de ella algunas se hicieron muy amigas… Y esa noche, decidieron ir a bailar; Con la condición de que su entrenador las acompañaría.
    Entraron al boliche, aún no había demasiada gente y se podían apreciar los efectos de luces y humo, al cruzar la puerta fue cómo si entraran en otra dimensión y automáticamente sus cuerpos comenzaron a moverse al ritmo de la música. No pasó demasiado antes de que el lugar esté abarrotado de gente… _ Vamos a la barra, me estoy deshidratando. – Dijo una de ellas, mientras un par de sus compañeras la seguían. _Nosotras nos quedaremos aquí.- Mencionó Lauren, aunque inútilmente, porque el sonido ensordecedor no permitió que el mensaje llegara a su compañera.

    Lauren y un puñado de chicas más se quedaron en el centro de la pista, bailando entre ellas. Pronto regresaron las demás con algunos refrescos, los cuáles compartieron. _Adrián está en la barra, nos está observando. – Dijo una. _ ¿cuál es el problema? ¡No estamos haciendo nada malo!- _Lo sé, pero sólo las prevengo… por las dudas…- Agregó y todas rieron. Realmente ninguna había pensado en “descontrolarse” esa noche, estaban cansadas pero felices, y el compartir entre ellas le bastaba.

    Sonó el tema del momento y todas bailaron más anímicamente, cuando Lauren sintió que alguien la tomaba de la mano y la sacaba del círculo que habían formado entre ellas. Era un muchacho, que le pareció bastante atractivo… _ ¿Quieres bailar?- Le preguntó el. Y ella con una mueca le dio a entender que no le disgustaba la idea.

    _ ¿Cómo es tu nombre?- Le susurró él al oído. _Lauren, ¿el tuyo?- _Nick.- _Pues, mucho gusto Nick…- _Igualmente, Lauren.- Le dijo mientras le sonreía.
    Parecía estar interesado en algo más que sólo bailar con ella unas cuantas piezas, y al pensarlo, ella se sonrojó.
    _Te vi jugar esta tarde, ¡eres sensacional!- _Lo sé.- dijo irónicamente ella mientras reía, contagiando a su compañero de baile.
    _En verdad, no sé mucho de basketball, yo juego football, pero lo que hiciste hoy fue espectacular… y eres muy hermosa además… - Agregó con una sonrisa pícara. Y Lauren se limitó sólo a devolverle la sonrisa, mientras se ponía tan roja como un tomate; Dio gracias que por los efectos de las luces, sus colores no se notarían, de lo contrario parecería una entupida.
    _ ¿Quieres que vayamos fuera? Aquí es difícil oírte.- Dijo él, y ella le encontró razón en ese aspecto. La aferró fuerte de la mano para no perderla entre la multitud y caminó hacia la terraza, tenían que subir por unas escaleras que espacio ya no tenían de la cantidad de gente que había en el lugar. _Buena suerte.- Le dijo una de sus compañeras al verla irse con el muchacho y ella se rió _No pasará nada.- Agregó, aunque no estaba segura, el muchacho le atraía mucho.

    Llegaron a la terraza y ella se percató de que era una noche hermosa después de que él se lo hiciera notar. _Es verdad, es una noche hermosa.- Dijo ella… _Tan hermosa como tú.- Continuó el y ella no supo que hacer y disimulando su nerviosismo siguió observando el firmamento.
    _Cuéntame de ti, ¿Qué haces?- Preguntó Nick. _Pues… no mucho, juego y voy al colegio. El basketball es mi vida.- _Que interesante, nunca conocía a nadie que amara tanto al deporte.- _Siempre hay una primera vez para todo.- Dijo ella mirándolo a los ojos y sintiéndose extraña…
    _ ¿Tu que haces?- _Pues, estudio y juego football, me encanta el football, aunque creo que no tanto como a ti el basketball y también trabajo.- _Pareces ser un chico ocupado.- _No lo creas, no tanto…- Dijo él mientras esbozaba una sonrisa tímida.

    Continuaron hablando largo rato, de sus intereses, gustos, de sus respectivas familias y amigos. Se llevaron muy bien desde primer momento, había una química que los atraía… y ambos lo sabían.
    _ ¿Tienes novio?- Le preguntó él y ella le respondió que no. _ ¿Y que hace una chica tan linda como vos sin novio?- _Pues… creo que disfrutar la vida…- dijo ella riendo. _ ¿Tu tienes novia?- _Tampoco.- Respondió el _Aunque sueño tenerla, y creo que he encontrado a la chica de mis sueños… agregó tiernamente mientras la tomaba de la mano. Y ella le sonrió. El aprovechó para acariciar su mejilla e inclinándose suavemente la besó. Y sin darse cuenta, estaban abrazados, enredados en un beso apasionado que ambos disfrutaban.

    _Me gustas mucho.- Susurró él en su oído. _Y tú a mí.- Se animó a responderle ella.
    Sentían que la pasión los consumía, ella nunca había sentido eso, y por eso le deseaba. Continuaron besándose y acariciándose por un rato, cuando una de las chicas los interrumpió. _ ¡Adrián te está buscando! ¡Rápido, ven!, está furioso porque te desapareciste.- Decía eso mientras pensaba en alguna forma de cubrir a su amiga… _¡Ya se! dile que estabas en el baño y ya…- sugirió la chica _Pero, ¿tanto tiempo en el baño?- dudó Lauren, _Estamos en un boliche Lauren, entrar al baño es difícil y salir también.- Y Lauren rió al escuchar la conclusión de su compañera.

    De pronto, Lauren recordó y miró a tras… Allí vio a ese chico que la había hecho sentir maravillosa, le sonrió y el la saludó con la mano. De pronto se dio cuenta que no tenía ni su número de celular, ni su e-mail, quiso regresar y pedírselos pero su compañera la arrastraba escaleras abajo…
    _ ¿Donde estabas?- Dijo Adrián con un tono poco amigable. _En el baño…- Contestó Lauren. _ ¡No me mientas!- _No te miente Adrián, estaba en el baño, allí la encontré. Entiende que en estos lugares es difícil poder entrar al baño y más difícil salir si esta lleno de gente fuera…- Respondió su amiga por ella, y la mirada de Adrián se tranquilizó. _Bueno, pero traten de mantenerse juntas, no quiero que a ninguna le pase nada malo…- Las intenciones del entrenador eran las mejores, el no soportaría que a alguna de las chicas le pasara algo malo.
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    Última edición por AnaLauraM; 14/04/2011 a las 01:07

  3. #13
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    Me gusta como va animándose la huraña Lauren. ¿No se pasará ahora de rosca?.
    Bien, AnaLauraM ya estamos metidos de lleno en su vida y se nos ha vuelto simpática. Con trece años tiene una vida por delante. Sigue mostrándonos la que le tienes determinada.

    Saludos de Avicarlos.

  4. #14
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    Predeterminado Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    Cita Iniciado por Avicarlos Ver mensaje
    Me gusta como va animándose la huraña Lauren. ¿No se pasará ahora de rosca?.
    Bien, AnaLauraM ya estamos metidos de lleno en su vida y se nos ha vuelto simpática. Con trece años tiene una vida por delante. Sigue mostrándonos la que le tienes determinada.

    Saludos de Avicarlos.
    Me alegra que te agrade como se va desarrollando la obra. Gracias por comentar y por leerme.

    Saludos!

  5. #15
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    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    Capítulo V



    Habían pasado meses desde el viaje y Lauren no podía quitarse de la cabeza a aquél muchacho… Nick, repetía en silencio. Y se dejaba llevar por la imaginación, soñaba volver a estar con él, volver a besarlo y a sentir su abrazo… Creía estar enamorada de él… Sin embargo, esos sentimientos no empañaban su desempeño a la hora de jugar, seguía siendo tan buena como siempre, incluso mejor…

    Ella no se había dado cuenta, nadie en realidad, que desde que había estado con Nick algo había cambiado… Las noches ya no eran una agonía, eran una fantasía… soñaba con el, lo deseaba… Pero la realidad era que no había forma de comunicarse con él. Sin embargo, ella soñaba con que algún día, por alguna extraña razón y casualmente se encontrarían nuevamente…
    Y un día, cómo de costumbre abrió su correo electrónico y el mail de un extraño le llamó la atención, lo abrió y leyó… ¡Era Nick! No podía creerlo. Su sueño se hacía realidad.

    El le contaba que había tenido que pedir su correo a una de sus contrincantes, pero que le había costado mucho conseguirlo… Que durante estos meses no había dejado de pensar en ella, que deseaba volver a verla y que si ella aceptaba, podrían encontrarse en algún lugar la próxima semana, ya que él viajaría a la ciudad de ella, porque allí vivía su hermano…
    Ella estaba entusiasmadísima, flotaba de la felicidad que la embriagaba… De inmediato le contestó que ella también quería verlo, le pasó su número de celular para más fácil comunicación y le pidió que le avisara cuando llegaría para quedar de acuerdo cuando, donde y a qué hora se encontrarían…
    Horas más tarde, le llegó un texto a su celular… Era Nick, pasaron horas hablando por medio de textos. Nick era muy dulce y eso le encantaba a Lauren, nunca se había dejado querer así y tampoco ella había sido tan sentimentalmente expresiva antes… Pero Nick tenía algo que la cautivaba, y que no podía esconder, por lo menos a él no podía ocultárselo.


    El reloj marcaba las seis quince de la tarde y Lauren se aproximaba al lugar donde habían quedado con Nick encontrarse, el tránsito era espantoso y aún para un peatón como ella se complicaba… Llegó al lugar indicado a las seis treinta y subió las escaleras prácticamente corriendo… Allí estaba Nick, de pié, alumbrado por las luces artificiales del lugar; Con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo el móvil al cuál observaba expectante. Se veía mucho más guapo que aquella noche en el boliche… De pronto, levantó la mirada y vio a Lauren acercarse a él, sus ojos verdes brillaron lo mismo que su rostro, abriéndose en él una sonrisa tierna, llena de la alegría que sentía en ese momento…

    Ella se acercó tímidamente, sin saber cómo actuar; Había esperado mucho ese momento y ahora que llegaba no sabía como reaccionar, se sentía nerviosa por volver a ver a ese chico que le gustaba tanto y que la había hecho sentir tan bien…
    _Pensé que no vendrías.- Le dijo él.
    _Perdón, es que el transito…- _No importa.- La tranquilizó él y atrayéndola a si la beso tiernamente.

    Lauren se sintió volar nuevamente. ¡Había extrañado sus besos! Y por otro lado se sintió aliviada de que él diera el paso, pues ella se había petrificado…
    _ ¿Que quieres hacer?- _ ¿Pues no sé, lo que tu quieras _No sé, podemos quedarnos aquí y tomar un refresco o salir a dan una vuelta por allí…
    _ Bueno, salgamos, así de paso voy conociendo el lugar, ¿te parece? _ Si, vamos.-
    Salieron del lugar y tomados de la mano decidieron recorrer la ciudad hablando de sus vidas, de qué habían hecho durante ese tiempo, de cuánto se habían extrañado y del sueño que les parecía volver a estar juntos.
    _Temí que te hubieras olvidado de mí.- Dijo Nick tímidamente… _Aunque lo intenté, no pude.- Dijo ella con una sonrisa; Mientras se perdía en su abrazo.

    Llegaron a una plaza hermosa, que durante la noche se convertía en un espectáculo, el cuál hubieran gustado de observar, pero aún era temprano y Lauren tenía permiso de permanecer fuera sólo una hora más. Ella había dicho que se reuniría con sus amigas y que darían unas vueltas por el centro comercial.
    Buscaron un asiento y se sentaron, la hierba verde y bien cuidada parecía una alfombra bajo sus pies y acondicionaba el ambiente… Parecía una tarde primaveral, a pesar de encontrarse en verano. Y el verano solía ser muy riguroso en esa ciudad, que era de clima árido y seco… Por lo tanto, el verano daba pié al azote del sol y al agobio de sus ciudadanos.

    Permanecieron largo rato tomados de las manos y mirándose a los ojos, de vez en cuando se besaban… Ya no sabían de qué más hablar… Les bastaba estar juntos. Y repentinamente ella recordó que tenía tiempo límite y miró el reloj…
    _Tengo que irme.- Lamentó. _Está bien cariño, no quiero que te regañen por mi culpa.- Siguió él y ella se sintió profundamente conmovida.
    _Quizá podrimos encontrarnos otro día, yo me quedaré aquí una semana más.- Dijo Nick.
    _Los martes y los jueves yo hago natación, quizá podría ausentarme a una clase… -
    _Sería una opción.-

    Ella recordó que ya debía marcharse y lo besó y abrazó una última vez…
    _ ¿Quieres que te acompañe?-
    _No, esta bien, gracias por ofrecerte. Pero temo que me regañen si me ven contigo…-
    _Está bien, entiendo.-

    El la miró alejarse, y sintió algo que no había sentido antes… Parecía que realmente se estaba enamorando…

    Ya se ocultaban los últimos rayos del sol cuando Lauren llegó a su casa. Todo el camino se la pasó pensando en él… Sentía algo extraño dentro de ella que no podía explicar, que no había sentido antes y que la hacía ponerse en movimiento, la obligaba a abandonar esa cerrazón en la que había vivido escondida tanto tiempo…

    _ ¿cómo te fue?- Preguntó su madre. _Pues, bien.- respondió la joven sin agregar nada… Y cómo de costumbre se dirigió a su habitación y se encerró.

    Últimamente había tomado la costumbre de escribir… Escribía poemas y dibujaba; El dibujo era un don nato, mientras que la escritura con un poco de orientación podría mejorar, pero tenía talento… Más tarde le llegó un texto de Nick y organizaron para encontrarse al día siguiente, era martes. El iría a donde ella practicaba natación, pero ella no entraría a la clase.

    Se acercaba la hora en la que ella acostumbraba ir al club de nado, entonces buscó su bicicleta y poniéndose en marcha se dirigió al lugar, que no quedaba demasiado lejos de su casa…
    El día era caluroso, el sol se había decidido a exprimir la vitalidad de las personas, era uno de esos días que “aplastan” que uno no siente ganas de salir de los lugares refrigerados y que si no lo encuentra estaría dispuesto a buscar un sótano o meterse bajo tierra con tal de encontrar escape a tan agresivo calor…

    El asfalto ardía, y se veían espejismos de agua en la ruta, las llantas de la bicicleta de Lauren parecían ir a estallar en el roce con el fuego vivo que desprendía el suelo. Al fin llegó y no vio a Nick, de repente tomó conciencia de que el lugar era enorme y él podía encontrarse en cualquier sitio… Mientras pensaba eso le llegó un texto. “Quédate donde estás” decía… Y ella miró a su alrededor; De pronto vio a Nick que se acercaba riendo.

    _Olvidé decirte que este lugar es enorme.- se disculpó ella.
    _Lo sé, por eso apenas te vi decidí escribirte, si seguías caminando quizá ya no podría encontrarte.- Agregó el, mientras continuaba riendo, parecía divertido con la situación. Y no tardaron en buscar y encontrar un lugar para sentarse y hablar, mirarse, y demostrarse todo el cariño que sentía el uno por el otro, principalmente a través de las palabras, pero especialmente a través de la sinceridad de sus miradas.

    Sin embargo, el tiempo pasó volando, lo mismo que las semanas que Nick había pasado en la ciudad de ella… Y ahora tenían que despedirse una vez más… Para no saber cuando volverían a verse.
    Era una tarde calurosa y la mano de Lauren sostenía firmemente la de Nick.
    _Te extrañaré. - _Yo también cariño…- Dijo él entre los dientes, como negándose a soltar que le dolía en lo profundo dejarla…

    Se despidieron y no tardaron demasiado. Los horarios de los dos eran apretados y su relación era aún escondida. Hubiera sido mucho mejor que fuera conocida, quizá les permitirían estar juntos, o quizá no…


    El reloj marcaba las 17:15, y Nick revisándolo suspiró mientras pensaba en ella, las semanas se habían hecho muy breves y él sólo podía pensar en que quería volver a verla…

    Ella, mientras tanto, había regresado a su hábito de escritura y permanecía sentada en su escritorio, sumida en las frases y oraciones colmadas de romanticismo volcadas en un papel, que jamás llegarían a las manos de él, pero que a ella le bastaba el sólo hecho de poder expresarlo, poder extraerlo de su interior como una lluvia fina y constante que vivifica el paisaje; Pues no sabía cuando volvería a compartir un momento con aquél príncipe que la había rescatado de la prisión oscura de su egocentrismo.

    Estaba dispuesta a entregarle su corazón, su tiempo, su vida… Quizá estuviese acelerándose con esta decisión, sin embargo, son comunes estas expresiones un poco alborotadas, prematuras y poco reflexionadas durante el enamoramiento del adolescente, porque se apoyan principalmente en el sentimentalismo, no tanto en lo profundo y concreto del amor, ni en su significado más amplio y concreto.

    El enamoramiento en esa edad es tan extraño y singular como una estrella fugaz, de lo que el nombre comparte. Podría definirse como una ilusión de un ser maravilloso que cambia la vida, pero esa ilusión termina pronto, y tan fácilmente como se construyó.
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    Última edición por AnaLauraM; 14/04/2011 a las 00:54

  6. #16
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    Predeterminado Con la mirada puesta en el horizonte

    Capítulo VI


    Era un fría mañana de agosto, el sol se esforzaba por entibiar el rostro de quienes lo observaban esperando recibir de él ese abrazo de calidez, pero él no lo lograba, claro, se encontraba demasiado lejos, en cambio el viento helado se encargaba de envolverlo todo y conquistarlo todo con su silbido hiriente, resecando la piel, colándose hasta los huesos y dejando a quienes de él escapaban con las mínimas fuerzas y con la minima movilidad si no se habían ocupado de cubrirse lo suficiente para evitarlo…

    _No sé que me pasa, pero creo que deberíamos darnos un tiempo, No estoy segura de continuar con esto.- Explicaba Lauren mediante un texto, a lo que su amado acepto con un silencio abrupto, tan denso que parecía poder cortarlo con una navaja.

    _ ¿Qué te sucede?- Preguntó una de sus amigas al ver a Lauren más meditabunda de lo normal y con una expresión de duda y a la vez de satisfacción. _Corté con Nick- _ ¿En serio?... ¿Por qué?- _Pues, no lo se. Creo que me cansé…

    _ ¡Adivinen qué!- _ ¿Qué?- _Me fue genial en el retiro, no se imaginan lo lindo que fue… y el lugar… ¡Sorprendente! Había unas monjitas, y después nos contaron… y a la noche hicimos una comunión espiritual… y…- _Tranquila, tienes todo el día para contarnos, respira…- Interrumpió Lauren a su amiga Debh que había entrado como torbellino al salón de clases, después de haber pasado el fin de semana entero en un retiro espiritual en una ciudad vecina.

    Debh era una bella muchacha, muy entusiasta y muy inteligente, prueba de que no todas las rubias son tontas… Pues su cabello tenía el color del oro y sus ojos eran un especie de verde azulado pero a pesar de su hermosura externa era muy bella interiormente, una muy buena amiga y compañera, un mujer –joven- muy fuerte, que no se dejaría batir por cualquier ola, viento o inconveniente que quisiera azotarla, pero aún así también muy tierna y dulce…
    Lauren, meses antes había comenzado a frecuentar la Iglesia gracias a su Debh, ella la había invitado a un grupo juvenil y después de mucha insistencia Lauren decidió asistir, pero sólo para conformarla, pues se había vuelto algo insoportable… Esa era otra característica de Debh, cuando se proponía algo luchaba hasta lograrlo…

    Cuando llegó, le impactó la cantidad de jóvenes, su alegría y la unidad entre ellos… En definitiva, le encantó como se manejaban. Pensó que se encontraría con un montón de imbéciles que se la pasaban rezando… Pero no fue así, al contrario… Por asistir a la Iglesia ninguno perdía la “onda” y eso le sorprendió.

    _ ¡Ahora te toca a ti!- Dijo Debh mientas interrumpía los lejanos pensamientos de Lauren. _ ¿Qué?- _ ¡SI! No será el único retiro que habrá; al próximo seguro que vas- .Y así fue…

    ***


    El reloj casi marcaba el medio día y Lauren estaba entusiasmadísima, nunca había ido a un retiro; Nunca había querido ir a uno hasta ahora. Contaba las horas, faltaba poco, sólo tenía que llegar a su casa, almorzar, terminar de preparar su bolso y se iría…

    A eso de las tres de la tarde tocaron el timbre de su casa, era una de las chicas que también viajaría, la mamá de Lauren las llevaría en el auto a las dos hasta la parroquia, de donde saldrían camino a aquel esperado lugar…
    _ ¡Quizá regrese una monjita!- Dijo la madre de Lauren bromeando. _ ¡No! ¡Jamás, monja jamás!- Replicó ella con un tono poco abrupto. Y se subieron al automóvil para iniciar la marcha. Cuando llegaron a la parroquia se entusiasmaron aún más al ver a sus compañeras. La coordinadora las dividió en los respectivos automóviles que viajarían y en cada uno de ellos sus debidas pertenencias.

    Y salieron por fin en viaje a ese lugar con el que tanto habían soñado y esperado las últimas semanas…
    Habían pasado dos semanas desde que su amiga le contó su experiencia en el retiro, ella había regresado muy cambiada y eso le impactaba de sobremanera; No sabía con qué se encontraría, lo que le generaba una mezcla polarizada de emociones, miedo, ansias, impaciencia, alegría, entre otras… Pero todas esas emociones dejaron de golpearla cuando se organizaron para comenzar a rezar, rezarían un rosario pidiendo por el viaje que estaban realizando, por cada una de ellas, y por lo que el Señor les tenía preparado a vivir o degustar en esos días de retiro. Empezaron a rezar y el tiempo pasó muy rápido, la ciudad a la que viajaban quedaba a solo 90 minutos de distancia con su ciudad de origen…

    _ ¿Aquí es?- Dijo una voz mientras el auto se adentraba en lo que parecía un bosque. Ya había caído la noche, de modo que el lugar parecía más tenebroso que hermoso. Al fondo vieron una casita, o una cabaña, mientras se acercaban iban distinguiendo las formas… Descendieron del auto, la noche era fría y había empezado a llover. Les impactó un canto melodioso, hermoso, de tono angelical que se dispersaba entre la soledad de aquél lugar, jugando entre los àrboles gigantescos y rebotando en las paredes de la pequeña casita, nunca habian escuchado algo parecido y se preguntaron que sería o de donde se emitía, pero claro, sin decir palabra tan sólo con las miradas de asustadas y sorprendidas a la vez. _Son las hermanas, están haciendo oración.- Se adelantó la voz de su coordinadora mientras señalaba el reflejo de una luz que es escapaba por una ventana de lo que suponían sería la capilla. _Entremos, pero en silencio.- Continúo, y las chicas sin perder más tiempo obedecieron.

    Al abrir la puerta de la capilla las voces angelicales salieron como estruendo, parecían estar en el mismísimo cielo y sus ojos que mucho no comprendían se esmeraban por guardar íntegra aquella imagen hermosa y extraña. La escena estaba conformada por un grupo de diez monjas vestidas de blanco y con sublimes velos negros, tenían unos libros en sus manos del cuál seguían los cantos. Inmediatamente las muchachas ingresaron una de las monjas se apresuró a buscar unos cuantos de los mismos libros para entregarles a ellas, los cuáles ya estaban señalados, significaba que las estaban esperando. Pero eso no quitó que las chicas no supieran usarlos. Se preguntaron que eran, no era ni un cancionero ni una Biblia, tenían salmos, lecturas e himnos intercalados y mencionaba nombres raros, como laudes, vísperas y en los bordes superiores los días de la semana… Luego supieron que aquel libro extraño se llama breviario u oficio. Las monjas los utilizaban para rezar el oficio divino o la liturgia de las horas, en ese momento se hallaban rezando vísperas, la oración vespertina y de allí su nombre.

    Al terminar las oraciones, salieron de la capilla y se dirigieron a la casita que estaba al lado. Era pequeña pero muy acogedora, sus paredes se cubrían de ladrillo visto, había cuchetas y una pequeña cocina siguiendo un estrecho pasillo en el que encontraron un cartel o un aviso hecho de madera y en él talladas unas inscripciones, eran unos nombres, no precisamente de personas, sino de… quizá eran oraciones, pero mas o menos entendían porque cada una estaba marcada con un horario.

    Tenían que levantarse muy temprano, harían unas oraciones, después misa, después más oraciones cerca del medio día, ¡se la pasarían rezando!, aunque les había agradado el canto de las monjas. Un nombre que leyeron les llamó la atención, no sonaba a una oración y su horario coincidía con la hora de la siesta _ ¿Tenemos que dormir siesta también?- Preguntó una mientras escucharon abrirse la ventanita de la puerta que estaba junto a ellas y rostro pálido pero alegre de una monja anciana pero risueña y charlatana apareció. _ Veo que ya están revisando los horarios… No se asusten, no tienen que hacer todas las oraciones, sino solo aquellas que quieran o que su coordinadora quiera que hagan.-

    _ ¡Hola madre!- Dijo la coordinadora apareciendo de una de las habitaciones _Hola Gabbie, ¿como has estado?- Respondió la monja. _Muy bien, aquí de nuevo con las niñas.- Y ambas rieron mientras las chicas se miraban unas a otras.

    _Madre, ¿Qué son las nonnas?- Preguntó una de ellas imitando el trato de la coordinadora. _Son unas oraciones, que se hacen a esa hora porque a las tres de la tarde es la hora en que Jesús muere en la cruz.- _Ahhhh.- Emitieron tonadas al unísono y no pudieron evitar dejar escapar unas carcajadas luego, pues habían creído que era la hora de dormir la siesta y así se lo contaron a la monja y ella también rió muy divertida con las ocurrencias de las chicas.

    Esa noche, después de cenar regresaron a la capilla a rezar las últimas oraciones del día, las completas. Ya casi habían terminado cuando vieron que las monjas se arrodillaron y ellas las imitaron, su coordinadora les hizo seña para que se acercaran a la reja que dividía su espacio con la clausura de las monjas y allí se inclinaron… Pronto, mientras las hermanas entonaban un canto -el Salve Regina- otra se acercó a ellas y les roció con agua bendita, lo mismo había hecho con las monjas, que tras recibir el agua se pusieron de pie y en una bella y armónica organización enfilada regresaron a sus lugares.

    _ ¡Bendigamos al señor!- _Demos gracias a Dios.- Fue la última oración entonada que escucharon ese día y se dirigieron a la casa. Aún era temprano, la noche era joven, pero habían recibido la orden de ir a acostarse temprano, el día siguiente sería largo… Y sin reprochar demasiado las muchachas obedecieron.
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    Predeterminado Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    CAPITULO VII

    La mañana del sábado, como estaba estipulado madrugaron, comenzaron con las oraciones de la mañana, las laudes, luego la misa de ocho y siguieron así el día.
    Su coordinadora les había prevenido el día antes que quizá ese sábado marque un antes y un después en sus vidas, que lo disfrutaran; Y Lauren se mantuvo expectante, toda la jornada aguardó ese cambio, pero parecía que no llegaría…

    ***

    Durante la tarde se había organizado una charla con la madre superiora, aquella simpática monja que las había recibido la noche anterior.
    La mujer entró en el locutorio, un salón pequeño y acogedor, con unas cuantas sillas de ambas partes, digo ambas parte porque el salón se encontraba dividido a la mitad por unas finas rejas que no llegaban al techo pero que recordaban o daban a entender la clausura de las monjas. El locutorio, era muy similar a la casa en la que ellas se alojaban, era bastante pequeño, aunque bien iluminado, las paredes eran también de ladrillo visto y en ellas no se encontraba ningún adorno, excepto una pequeña imagen de santo domingo, que comúnmente casi no se veía por las características propias de la pared que obscurecía la imagen volviéndola parte de ella más que resaltándola…

    La madre comenzó a hablarles, las chicas se sorprendieron al enterarse de que la edad de la monja fuera mucho mas avanzada de la que aparentaba, estaba cercana al centenario y ellas adivinaban solo hasta la mitad.
    Les contó la dulce mujer sobre su experiencia, sobre como descubrió su vocación y cómo había llegado a ese país, ya que su continente originario es África, aunque sus padres eran de nacionalidad española, lo que explicaba sus rasgos, su tez blanca y sus ojos turquesa junto con ese acento gallego que dejaba escapar a veces, puesto que África solo fue testigo de su alumbramiento, en cambio España lo fue de todo su crecimiento.

    Ellas les hablaba abiertamente, con el corazón en la mano; Se veía en sus ojos el amor que sentía por Aquél al que se entregó completamente –Cristo- y a las muchachas les impactaba muchísimo su testimonio, sus palabras, pero aún más todo lo que había hecho y que atestiguaba concretamente que estaba dispuesta a todo por el amor de los amores, con quien se había desposado hace poco más de cincuenta años atrás…
    _Sentía un vacío que nada podía llenar; No lo llenaban ni los libros, ni la escritura, ni siquiera poniéndome de novia pude llenar eso que sentía.- Fue una de las cosas que explicó la monja y dejó a Lauren un poco inquieta.

    Durante la noche, después de las oraciones se reunieron todas las muchachas, harían una comunión de alma, un momento para compartir, para expresar lo que sentían, sus heridas, deseos, inquietudes, lo que las había llevado allí, sus expectativas y demás…
    Para esta actividad la coordinadora había organizado una dinámica; Cada una de las chicas tendría que sacar un papel que se encontraba doblado en un recipiente, colocado justo en el centro de la ronda que habían formado; Cada papel contenía una simple palabra pero con mucho significado y tenían que expresar lo que ella les generaba, las palabras eran mamá, papá, hermanos, amigos… Empezarían por una de las chicas al azar y a partir de allí todas expresarían lo que le generó la palabra que su compañera o que ella misma había sacado.
    Lauren no había llorado tanto en su vida, sin duda el compartir las cargas ayudaba a sanar las heridas, como también expresar aquello que dolía, ella nunca había hablado hasta ahora del dolor que le había causado la muerte de su padre, la ausencia que sentía de su madre y que no podía aún perdonarla por haber sido tan fría cuando a ella le estremecía la defunción de su progenitor.

    Cómo nunca su lengua se había soltado, y en buena hora, habló de cada una de sus heridas, aunque el tema de la perdida del sentido de la vida lo dejó aún escondido… Sintió que de alguna forma esa herida ya estaba sanando y que no era momento de expresar algo tan drástico. Y esa noche, al apoyar su cabeza en la almohada, recordó cada una de las palabras de la superiora, algo le inquietaba, le resonaba lo que les había contado, era como un martillo que golpeaba su mente y su corazón sin permitirle descansar, pasó la mayor parte de la noche dando vueltas en la cama, pensando en aquellas palabras, no sabía que significaban, temía que Dios quisiera decirle que la llamaba también a ella a ese estilo de vida, y eso no podía ser posible, no se veía como monja ni lo quería. La idea había empezado a asustarle y finalmente pensando en ello, volando en un recuerdo se fusionó con el sueño y se durmió.

    _¡A levantarse chicas; Vamos despierten!- Repetía la coordinadora en la fría mañana que aún era noche del día domingo. Era agosto, el frío calaba los huesos y las chicas se abrigaron y bebieron unos sorbos de café antes de dirigirse a la capilla a rezar las primeras oraciones. Entonaban salmos, intentando seguir a las monjas de melodioso canto, mientras fuera amanecía y se veía la vislumbre a través de unos vitrales ubicados en lo más alto de la capilla. La escena resultaba hermosa, muy armónica, pacífica y consoladora.
    Eran cerca de las nueve de la mañana, ya habían desayunado y Lauren se había adentrado en esa especie de bosque para reflexionar un rato, se sentó a la vera de un árbol inmenso, entre las hojas que él había soltado y que le servían de colchón…
    De pronto recordó aquello que la había perturbado durante toda la noche, y tuvo miedo de preguntárselo, pero algo cansada y con desánimo esperando que la respuesta sea de su agrado oró a Dios. _ ¡Señor! ¿Qué quieres de mí?-. Y escuchó en su corazón que Él le respondía _Te quiero a ti, te quiero mi sierva, mi esposa.- La jovencita no sintió miedo, más creyó estar volviéndose loca así que tomó la Biblia pensando que ésta no le mentiría y la abrió… Leyó entonces algo que le impactó… “Quien deja su padre, su madre, sus hermanos, su tierra, sus bienes por mí, ese recibirá el ciento por uno” (Mt 19, 29). Asustada la cerró e intentó nuevamente, esta vez leyó “Quien quiera seguirme que cargue con su cruz y me siga” (Mt 16, 24). Era demasiada coincidencia y pensó que la tercera sería la vencida, entonces probó una última vez… “Desde el vientre materno te conocí, desde el ceno de tu madre te consagré” (Jr 1, 5 -7) Las frases resonaban potentemente en su corazón, el cuál latía con suma fuerza como queriendo abandonar su lugar, su respiración se había acelerado y sintió deseos de correr, las lágrimas resbalaban por su rostro, no lo entendía, pero estaba demasiado claro que quería largarse de aquél lugar, más aún de aquella situación, pero comprendió que aunque se alejara llegando al otro extremo del mundo, lo que sentía estaba dentro de ella y lo que había vivido permanecería…

    _ ¡Lau, vamos, es hora de la misa!- Interrumpió una voz alzada a los lejos, entonces ella se limpió los ojos y se dirigió a paso lento a la casa, dejó sus pertenencias sobre su cama, se sentía muy turbada, como si se encontrara borracha y esto se notaba al verla caminar; El mareo de su alma se exteriorizaba.
    _ ¿Qué te sucede; Estás bien?- Preguntó una de sus compañeras. _Si, estoy bien. No es nada.- Dijo con mirada extasiada mientras se dirigía como sonámbula a la capilla, donde las monjas se hallaban esperando al celebrante.

    Durante la misa y todo el día permaneció como en otra dimensión, le resonaban profundamente esas palabras, no podía creerlo, le daba miedo, no lo comprendía, pero no le angustiaba. Logró entonces separarse de ese pensamiento, aunque no duró demasiado el intento, sólo hasta la tarde, que al volver a encontrarse con la superiora para charlar una última vez y al recibir una mirada especial de ésta mientras repetía _ Nada cubría mi vacío.- recordó lo que había vivido, todo se renovó y cobró inimaginable fuerza, Dios le había hablado a ella, y le seguía hablando a través de personas concretas, y aunque no entendía por qué la había elegido a ella si era tan imperfecta, guardó en su corazón lo que sentía y cuando ya todas habían subido a los automóviles, incluso ella y se preparaban para pegar la vuelta a sus hogares, sintió desgarrante tener que dejar aquél lugar, aquella escena, era como una catarata lo que había vivido y tan sólo en escasos días, realmente se veía situada entre un antes y un después en su vida.
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  8. #18
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    Predeterminado Respuesta: Con la mirada puesta en el horizonte

    Muy buena descripción de como evoluciona Lau, AnaLauraM. Me has hecho reflexionar como sería la vida contemplativa (Monja de clausura), que tuvo una tía-abuela mía, a la que solo conocí por referencias.
    Y lo trasladé a la semana de "Ejercicios espirituales" con los jesuítas, a mis diez años de edad.
    O sea, que uniendo ambos recuerdos, veo lo que relatas con mucha luz.

    Saludos de Avicarlos.

  9. #19
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    Cita Iniciado por Avicarlos Ver mensaje
    Muy buena descripción de como evoluciona Lau, AnaLauraM. Me has hecho reflexionar como sería la vida contemplativa (Monja de clausura), que tuvo una tía-abuela mía, a la que solo conocí por referencias.
    Y lo trasladé a la semana de "Ejercicios espirituales" con los jesuítas, a mis diez años de edad.
    O sea, que uniendo ambos recuerdos, veo lo que relatas con mucha luz.

    Saludos de Avicarlos.
    Gracias por seguir leyéndome, pero he decirte que lo que puedo decir con mis insulsas letras no espeja para nada lo que es realmente la vida contemplativa, la hermosura de ella. Las palabras no llegan a tal sublimidad, sólo el corazón lo entiende cuando a pasado por una experiencia de esas... Pero bueno, es válido que al menos pueda mostrar un poquito de esa magnífica forma de vida... Saludos!

  10. #20
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    AnaLauraM
    Felicitaciones, vamos leyendo y ""viendo"" casi como espectadores la vida de Lauren.
    Excelente relato...
    Tus musas en pleno.
    Saluditos muy cariñosos para ti...

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