Ayer mi novia y yo fuimos a un motel de esos de paso a celebrar que se
cumplían 24 horas de la última vez que habíamos ido. Al entrar vi que
en la cabaña de enseguida estaba nada menos que el coche de uno de mis
mejores amigos.

Espérame un momentito - le dije a mi novia - vamos a reírnos de él.

En un instante y sin hacer ruido, le había bajado las cuatro tapas de los
rines y los puse en la cajuela de mi coche.


Hecha la travesura, nos dedicamos a hacer otras travesuras aun más divertidas.


Esa noche caí en casa de mi amigo como por casualidad.
Cuando llegué, su esposa se ofreció a ir por unos refrescos y yo aproveché para
decirle en un susurro:


- Adivina qué traigo en mi cajuela

Como él no tenía ni idea, agregué:


-Te bajé las tapas de los rines en el motel para ver si así se te quita
lo caliente y empiezas a respetar a tu esposa ¡****** cabrón!

En eso vi que ella regresaba, así que me callé y mientras ella repartía los refrescos, él le dijo:


- ¿Sabes qué, mi amor? Tienes mucha suerte, mi amigo se encontró las copas que te
robaron del estacionamiento del supermercado.