Abrazar la vida
Hace un año, partió de este mundo una persona por mi muy querida... mi "hermana", no de sangre pero de sí de alma, una persona que me adjudicó el adjetivo de su hermana menor, por quien sabe qué situación que cruzaba por su interior. Y así se pintó la relación, ella la hermana que nunca tuve, yo la hermana que ella nunca tuvo, dos personas similares en pocos sentidos, mayormente muy polares... pero como se dice, los polos opuestos se atraen... Estas letras están dedicadas a ella, a su memoria perdurable...
Abrazar la vida
Tu sonrisa se apagaba poco a poco
el honorable vislumbre decrecía
tanto como tus ansias de vida,
como la alegría que se hallaba en agonía...
Nunca entendiste, que la felicidad no estaba en lo que buscabas
y si bien eras hacendosa en su búsqueda, no la hallabas
y el no encontrarla te frustraba, ya te tenía cansada...
¿Por qué la vida tanto te maltrataba?
Habías ofrecido tu servicio al bien
a la búsqueda de la paz, al trabajo por la justicia,
al bien de las almas que esperan una dulce mirada, una cálida palabra
¿No era suficiente tu trabajo; para lograr mérito de felicidad?
Con ahínco y dulce paciencia te repetía
que no esperaras el éxito ni la fama,
que ni el dinero ni el regresar de la salud que perdías
llenarían el vacío que tu corazón sentía...
Sólo una cosa era necesaria, y era que a vivir te animaras...
Aferrada a estructuras, ilusiones, a falsas esperanzas te encontrabas
y olvidabas que la vida no se vive en la siguiente pisada
sino en lo concreto de realizarla...
Pero Dios escuchó tus ruegos, y a tu ánima cansada
le permitió el vuelo eterno,
ahora tus queridos lloran en duelo
no cabe en ellos la idea de tu descanso...
En la mirada de tu hijo me fijo,
reconozco su duelo; me acongoja el verlo,
no pronuncia palabra, en un "ente" se ha convertido,
y lo comprendo... alguna vez lo que él vive yo he vivido...
No me duele tu partida, más bien me alegra ella
prefiero imaginarte en la paz y la alegría
a verte retorcerte en tu agonía,
a verte sumida en la más oscura neblina...
Algo es certero y lo aprecio
y es que si bien la dicha no llevaste prendida en tu vida,
la has reflejado de alguna forma,
en el matiz de los sentimientos perdurables y la memoria no perdida...
Me despido de ti con estas letras
ya que a tu lado no me hallé durante tu vuelo
y quizá eso haya ayudado a mi consuelo, por no a mi duelo,
a tí son dedicadas, con cariño perdurable y con la infaltable ¡esperanza!....
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