Según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Venezuela ocupa el primer lugar en Sudamérica con mayor tasa de embarazo adolescente (91 de cada 1.000 gestantes tiene menos de 18 años), y el tercero de todo el continente solo por detrás de Nicaragua y República Dominicana.
Un problema asociado principalmente a familias disgregadas y de bajos recursos que se repite generación tras generación. Se presume que la edad media de iniciación sexual en Venezuela se sitúa entre los 12 y 14 años de edad, lo que unido a la escasez de información y a la falta de prevención, incrementan la problemática social.
Pero lo peor es el círculo vicioso que se genera: "La que tiene menos educación se embaraza muy joven y probablemente sus hijos repitan esos patrones, y a éstos, de nuevo, el embarazo prematuro les impedirá educarse, generándose una cadena irrompible de ignorancia y miseria", pues, aun no tiene la madurez física, mental y económica para ofrecer una correcta crianza a su hijo, lo que ocasiona que este se desarrolle en un ambiente hostil, lleno de carencias de toda índole que pueden ir desde emocionales hasta materiales, que generas decepciones y traumas difíciles de superar, pues no conoce otro estilo de vida sino este, que al final ayuda a incrementar la problemática social relacionada con la delincuencia en el país.
Un Embarazo adolescente significa haber tenido una infancia difícil. La falta de un referente paterno hace que estas niñas lo busquen en los líderes de la comunidad, generalmente 'malandros' del barrio y se queden embarazadas para salir de una situación de hacinamiento en el hogar y así mejorar su calidad de vida.
Sin embargo, muchas veces los padres, también adolescentes, no se ocupan del bebe o fallecen jóvenes, en una ciudad en la que en los barrios populares cada fin de semana se registran alrededor de cincuenta muertes violentas y la edad de defunción es muy baja.
De esta manera, la madre queda soltera y se repite el patrón que vivieron en casa, transfiriendo sus propias decadencias al hijo que crían, en vista de que normalmente se comportan con ellos como fueron tratadas en casa y eluden su responsabilidad con el bebe porque no tienen la capacidad necesaria para asumirla.
El embarazo precoz acarrea repercusiones sociales y económicas ya que contribuye al fortalecimiento de la pobreza. Dos de cada cinco embarazadas abandonan los estudios y continúan teniendo hijos a pesar de su corta edad.
Es preciso mejorar la educación sexual desde la infancia y atacar el incremento en la natalidad generado por adolescentes, sobre todo en zonas de pobreza relevante, debemos incrementar los valores sociales, incrementar la aplicación de programas especiales que permitan impulsar a nuestros adolescentes a continuar sus estudios, esta es una de las únicas salidas que cada vez se hace mas necesaria a fin de disminuir los índices delictivos que diariamente azotan nuestro país.
Debemos atacar las raíces de la delincuencia a fin de salir de este peligroso círculo vicioso que tiende a aumentar la violencia cada vez más, afectándonos a todos por igual.
Raíces de la delincuencia: 1° Parte: El embarazo precoz
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