La ilusión moral de Kant o ¿no es la cuestión moral la ilusión de un sentimiento objetivo dado a partir de una subjetividad?
Ayer leí un artículo de José Manuel de Prada sobre la inmoralidad característica de la sociedad actual. El artículo tenía muchas de las habituales petulancias que él escribe, como si su campo no estuviese reducido a lo literario.
De Prada hace lo que hacen todos los esnobs: ir siempre por delante y pretender ser un aventajado. Es algo absurdo en quien insiste en posiciones claramente ultra conservadoras. Ve peligro en cualquier signo muy marcado de cambio social.
Es un escritor que siempre me ha aburrido por su artificialidad y falta de fondo a la hora de tratar cuestiones de importancia. Sus lamentables críticas sobre los males sociales (el problema del aborto, la falta de relevancia de lo religioso, etc.) no son nunca tan peligrosas como cuando confunde ser un escritor y columnista con un intelectual que domine las raíces de las que crecen los problemas de fondo; confunde ser capaz de escribir con superficialidad y soltura sobre cualquier cosa con pensar con razón sobre cualquier tema.
Los columnistas escriben generalmente sobre cuestiones superficiales y rara vez dicen algo de importancia. Por eso generalmente son periodistas. La última de tan estimable caballero, porque los periodistas sólo dan la última, es decir que Kant era un iluso y, justamente después, criticar el mal del relativismo como una consecuencia del desprecio por el Bien objetivo. Semejantes fanfarronadas están destinadas a confundir la cuestión filosófica de la moral con paja intelectualmente obscena que persigue aprovecharse despreciablemente de la cultura general que cualquiera recibe en la escuela o encuentra en una enciclopedia.
He de lamentar que los confeccionadores de la cultura de masas (y los lectores del periódico ABC son muy proclives a ella en forma de ideología conservadora) sean, en definitiva, unos farsantes que no saben de qué hablan. ¿Qué bien objetivo es ese que no esté determinado por una subjetividad que, a su vez, no esté condicionada por la referencia con la que su bien toma forma (el problema filosófico que no se enseña en la escuela ni figura en enciclopedias)? ¿no es un bien objetivo relativo a la subjetividad que hace relevante la cuestión moral independientemente de esa subjetividad? ¿no es objetivo por la forma mayor de la que depende, y no la menor, la subjetividad que la hace relativa?. ¿Cómo iba a ser Kant iluso si no era por la ilusión de conocer la forma menor, la subjetiva determinada por la voluntad, para llegar a determinar a priori la mayor en beneficio del sentido moral de las diversas representaciones?.
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