Hola Elvis.
El espacio no se puede independizar del tiempo sin una teoría que lo haga independiente, la suspensión que traiciona el primer grado psicológico desde el que se establece la deuda de la psique.
La síntesis espacial es segunda a la del tiempo y no se puede hacer de la mónada temporal un abstracto temporal al no comprender de suyo el discurso espacial con el que el tiempo es sintético y no sería primero sino siendo segundo, esto es, menor y no mayor; no hay tiempo sin relación con el espacio en el que éste se encuadra.
Un monismo del tiempo, un tiempo ontológico, es mental y fenomenológicamente absurdo. La experiencia de la psique es una variación de la predisposición preferente de la experiencia
La deuda es preferente por la historia que se establece como forma y hace posible su continuidad; lo contrario de esto es anti-intuitivo. Los patrones primeros son, en este sentido, preferentes por una simple cuestión del orden de lo real.
La realidad es una condición primera (a priori) de la existencia sin la que no hay devenir posible. El espacio, pues, será generalmente una modificación formal en la ordenación del tiempo.
Insisto en que mis reflexiones sobre la temporalidad son ordenaciones reflexivas sobre el cambio mental en la ordenación del tiempo. El tiempo es la forma primera para una psique, pues es a partir de la que se repite el resto. La dialéctica se muestra como la forma límite de la psique y a partir de la que se negativiza en forma de experiencia.
A partir de algunas discusiones que mantuve con mi estimado Mario Blacutt me vi forzado a radicalizar la relevancia del apriorismo. Mario defendía una forma espacio-temporal total, una identidad con su acción de síntesis preferente a partir de una identidad psicológicamente incierta que negaba el problema primero al que la psique estaba expuesto. Próximos temas que tengo en mente abrir detallarán en qué se basa mi nuevo radicalismo racional.
Por otro lado, Elvis, su visión del tiempo no parece ser psicológica sino física o, seguramente, metafísica. Mi libre reflexión sobre la primeridad psicológica busca el mínimo a partir del que la psicología ha de ser lógica, y sería, por tanto, una ontología contradictoria con la psique, una ontología psicológicamente imposible; sería en último término (tardío), y buscamos el primero y no el último, una regresión vacía e irracional.
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