Es un paso disparatado en el sentido de que se disparan muchas más cosas que las que entran en el campo que la razón legisla.
Una razón estrictamente a priori, una nouménica y sin relación de identidad con su experiencia psicológica, es un disparate psicológico porque la experiencia de la psique no es estrictamente idéntica a la de la expectativa de su razón. ¿Cómo habría identidad de conciencia si no fuese porque su razón no es estrictamente la misma y su psicología, por el contrario, ha de tener predispuesta su preferencia en forma de una intuición incierta contrapuesta a una intuición misma?
Las teorías están disparadas si no se pone orden en ellas. ¿O será, contrariamente a mi crítica a la intuición, que la intuición no tiene psicología alguna ni tiene, por tanto, razón para hacer una filosofía de ella? ¿O no es disparatada una identidad cierta si no es cierta? ¿O la intuición misma, de lo que fuere, no es a priori incierta de manera que pueda haber experiencia de ella?
El paso es disparatado porque no hay estricta correspondencia entre la experiencia de la psique y la generalidad de la expectativa de la razón.
En cualquier caso, amigo Elvis, mi enfoque es fenomenológico en el sentido que busca poder tener una forma para reconstruir a priori la experiencia de la psique; busca la forma preferente de su psique. Dado que la psique es incierta y no estrictamente a priori, hay que averiguar si su continuo, igualmente, es incierto; o si hay, por el contrario, una condición extensiva preferente. Toda mi reflexión sobre el a priori consiste en eso. Defiendo no sólo que hay un a priori, sino que deber haberlo para que haya una experiencia de conciencia de él. Lo contrario de esto, que es una idea demasiado común, es una idea absurda. Piénsese, si no, qué idea contradiría la tesis sobre el continuo formal sobre el que opera la experiencia de la mente (*).
Nunca estuve muy de acuerdo con la filosofía del a priori hasta que vi que su contradicción creaba demasiadas ideas disparatadas. Hace años lo intuí con cierta claridad con el fenómeno de la precipitación; hace cosa de un año tuve que concebir su a priori como un añadido que se debe dar en toda representación. La distancia psicológica era la forma con la que establecer el propio inmediatamente invertido por la condición extensiva a la que está predispuesta la psique. ¿O alguien cree que ve el mundo tal cuál es y sin distancias? Esa intuición misma es falsa (**).
Mis inquietudes eran entonces relativas a una filosofía de la sociología. Pero creo que no hay sociología sin psicología de por medio; o, dicho de otro modo, estoy en contra de las sociologías sin psiques.
Husserl remarcó la conveniencia de fenomenología para la psicología. No sólo no se hizo caso sino que se habla de fenomenología como si se hablara de psicología. Aunque tienen algo en común, no son lo mismo. Por otro lado, yo no puedo estar muy de acuerdo con Husserl porque para mí la lógica es muy incierta.
Las representaciones que no tengan una forma para dar cabida a su psicología van, por principio, erradas. Me temo que la psicología y la sociología carecen de lo que debiera ser su reflexión fundamental.
(*) Debiera quedar claro que esta contradicción es de enorme importancia. Ahora bien, una psicología contradictoria con su continuo requiere una extensión de la forma a priori de la mente que se aplique a ella. ¿Y sería esta forma cierta o incierta? Esta es la verdadera razón de la importancia fenomenológica del retraso fisiológico y la anticipación mental. ¿O alguien cree de veras en la identidad de tiempos de la experiencia psicológica y la de la totalidad biológica que la determina?.
Hace tiempo insistía a una amiga bióloga en el tiempo de los genes. A partir de mi reflexión fenomenológica sobre una experiencia misma de la mente que no sea estrictamente mental creo que se puede abrir paso a ideas psicológicas distintas (distantes).
En la obra de R. Dawkins El gen egoísta, Dawkins especula con lo que denomina el fenotipo extendido, una idea tan kantiana que me sorprende que no se haya hecho evidente la relación de la biología mental de Popper, el pensamientote Kant y la importante idea de Dawkins; está más que claro que Dawkins pone pensamiento biológico a una vieja idea filosófica. Si no se pone biología a las ideas de Kant es que no se tiene claro qué tenía Kant en mente.
Si Dawkins especula con la necesidad de un tiempo de los genes, ¿por qué no hacer de la condición a priori de la psique una condición a priori de los genes que determinen la psique?. La sociobiología, en mi opinión, carece de una filosofía de la psique social y la solidaridad que a priori la define.
No hay identidad a priori en la relación entre biología y psicología, pero hay un nuevo campo de relación dialéctica entre ellas. Mi postura al respecto no es biológica ni necesita de biología. Las teorías están disparadas si no se pone orden en ellas.
(**) Sería conveniente contradecir esta tesis con una intuición misma cierta, con una psicología de la intuición formalmente a priori que no se contradiga con la identidad de su experiencia. Semejante idea no es intuitiva; es un disparate. Para que dicha intuición se pudiera dar debiera ser un estado de intuición misma continua, un estado de intuición permanente. ¿Y sería esa intuición psicológica una intuición de un indiferenciado, o sería una intuición con una diferencia inapreciable, una intuición misma sobre un vacío psicológico? Una intuición misma sería una falsa intuición inmediata, una intuición con una filosofía del tiempo idéntica a su expectativa y su consiguiente experiencia psicológica, una psicología, dicho de otro modo, absolutamente a priori sin objeto que representar. Dicha teoría no llevaría a nada, sería una teoría vacía de principio a fin. Me temo que actualmente especulaciones de ese tipo son irracionales, esto es, disparatadas, cuando no son, sencillamente, falsas. Son falsas en cuanto se puede mostrar que se basan en una síntesis psicológica errónea. Se trata del problema con el que topa el psicologismo: olvida que toda acción de la psique conlleva una distancia. Si alguna psique no fuese distante, como un yo íntimo semejante a los estados de meditación, ese yo sería incomunicable.
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