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Tema: Nietzsche moral

  1. #1
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    Predeterminado Nietzsche moral

    Cuando se habla de Friedrich Nietzsche se cae en el peligro de decir algo de más y, sobre todo, de decir algo de menos. El segundo problema, que dejemos tirados asuntos de importancia, es más grave en cuanto a una interpretación, pues Nietzsche fue especialmente fértil mostrando problemas de raíz, problemas que no se miran a la cara y necesitan una interpretación de los mismos para ponerlos en su lugar: en qué van a ser históricos, cómo van a formar parte de una filosofía y cómo debemos superar dicha filosofía.

    El problema moral es el asunto más importante de los hombres. Hay otros asuntos de importancia, pero ningún otro problema es comparable a este. Para empezar, porque todos los problemas radican en una continuidad que hace la moral.

    Cuando hablamos de moral hablamos de lo relativo a la conducta y, principalmente, la conducta de los demás y hacia los demás, la que hace la costumbre; la moral la hace el otro, su encuentro. La moral, por tanto, no es sólo un problema de normas, tal y cómo como se ha entendido en el pasado de la reflexión ética; la moral es un problema de fondo, radical, que afecta a la visión del hombre en el mundo y, por consiguiente, del hombre y lo que define principalmente a éste: el otro hombre.

    Las principales cuestiones de la reflexión de Nietzsche giran una y otra vez alrededor de la moral. Nietzsche piensa quién es el hombre en este mundo y qué define su porvenir. El otro, la moral, es un prejuicio, una especie de vicio del pensamiento que sigue su propia inclinación. El pensamiento es perezoso, y la moral es una enfermedad de la comodidad de pensamiento, su estancamiento.

    Nietzsche escribió obras con el sentido moral anticipado en su título, pero en todas sus obras hay una recurrencia del problema moral independientemente de que figurase lo moral en su título. La razón por la que Nietzsche fue un pensador extraordinario y, en cierto sentido, único en la historia fue que pensó la moral como sello de lo humano, su estampa y característica esencial.

    La obra de Nietzsche es especialmente compleja y rica. Uno de los problemas de mayor en*****dura con su obra es la falta de auténticas interpretaciones de su obra. Un autor que escribió pensando en el mañana mucho más que en la actualidad y con clara conciencia de estar escribiendo para los que supiesen leerlo, hay que ponerlo a la altura de una constante contradicción de términos aún no escritos. No nos debe sorprender lo acertado de algunas de sus profecías. Particularmente, no doy ningún valor a los visionarios, pero admito la lógica del necesario devenir que siguió Nietzsche con su pensamiento, pues pensó los problemas como problemas más allá del tiempo, esto es, en qué radicaba su constante, por qué eran una y otra vez problemas.

  2. #2
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    Predeterminado Respuesta: Nietzsche moral

    La apertura de esta sección me parece muy oportuna

    Particularmente, debo decir que hay ideas básicas en Nietzsche con las que coincido, además de su actitud general hacia todo lo convencional, actitud que siempre ha sido la mía

    Su crítica sobre los comportamientos guiados por la compasión, la piedad... y otros similares me parecen muy pertinentes en cuanto son críticas a una moral impuesta por Mandamiento

    En este sistema de valore morales, postulo que el Ser religioso obra por ansia de recompensa (El Paraíso) y miedo al Castigo (El Infierno)

    Planteo que esa moral es la inmoralidad llevada al extremo, pues el Homo religioso no obra porque está en su ser obrar de ese modo (o decir que obra de ese modo, que es lo más común) sino guiado por el dueto Castigo-Recompensa

    Es por eso que al escribir mis obras, la visión de un Nietzsche, combatiendo la moralina de su tiempo, me sirve de impulso adicional, para denunciar una escala de valores que convierte en virtudes sublimes las peores ignominias del ser humano: la hipocresía y la astucia

    Por supuesto que no tengo nada en contra de quienes honestamente tienen fe en una creencia religiosa, pero creo que ellos conforman un pequeña, muy pequeña, minoría

    Hay que seguir a Nietzsche; no al pie de la letra, pero por lo menos, al pie de la trinchera. Los verdaderos creyentes, para que sus creencias no sean deformadas; los demás, para que usemos las ideas y los argumentos en contra de la hipocresía y de la astucia en todas sus formas

    ****

    El hielo deshiela
    las tundras y las almas



    Rojo
    Negro
    Rojo Negro y Estaño

    A la sombra del fuego, en el fondo de la cueva
    las sombras penetran la piedra

    Fondo hondo, eco sordo, profundo hoyo
    para el bisonte torvo

    Denso oscuro, que guarda la figura atrapada del hombre

    Manchas que se transmutan, en presagios de sangre
    que aprenden las profecías del luto

    Rojo Rojo
    Negro Negro
    Estaño Estaño

    Duplica la lluvia
    Duplica, duplica

    Tam-tam tam-tam, en los días de las horas
    En las noches de los miedos

    que retumban en las entrañas

    Bum-bum; bum-bum entretejen la mortal hipnosis
    El son ha recibido al alma

    La realidad trasmiga el sueño
    separa el hueso del sentido

    para dejar inerte el cuerpo

    El ritmo es terrífico, hipnal
    las contorsiones modulan las sombras

    que luego escapan del cuerpo dormido

    Flechas, lanzas, puntas de piedra
    aprisionan en la caverna pétrea

    las entrañas de las entrañas

    Los remolinos de las gargantas
    con los ojos salto-saltones

    nominan la criptografía de las cosas

    Nacen los rostros sin rostros
    Un nuevo mundo fue traído

    al oscuro de tundra amurallada

    Mímica y estertores aturden y seducen al espíritu
    del remolino en el agua

    Aullidos, gruñidos, ululares arrebatan
    Se adueñan del alma de la cascada

    Menhires, Totems, Monolitos
    agarran en tremenda zarpa

    la arquitectura de la montaña

    Nace el primer símbolo del Todo
    arcillado por el primer mago

    en el hígado de las cabras

    (Y en las sombras de la cueva
    al mandato del gran rayo
    tatuado en el Rojo del fuego

    Con el primer hacha de guerra
    de los primeros Vulcanos

    el primer Dios fue forjado)

    Rojo
    Negro
    Rojo Negro y Estaño.


    *****

    Saludos cordiales
    Blacutt
    Última edición por Blacutt; 22/10/2010 a las 16:30

  3. #3
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    Predeterminado Respuesta: Nietzsche moral

    El mayor interés que encuentro en Nietzsche, en lo que no es comparable a pensador alguno, es en una visión de la moral retorcida, extremadamente reflexiva y consciente de un problema profundo, un problema que es, pues, radical. Sacó la moral de su sitio, del puesto que la sociedad tenía para ella; la puso bajo otra luz, o, mejor dicho, bajo varios tipos de luces. Nietzsche hizo una nueva metafísica a partir de una reflexión sobre la moral que la dejaba al desnudo, qué era la moral independientemente de las formas con las que se adornase.

    Nietzsche metafísico era Nietzsche moral. ¿Qué es ser hombre y en qué ello es distinto de ser moral?. La pasión del otro, según Nietzsche, es cosa suya, no de uno. Pensaba que las conciencias estaban separadas por abismos irresolubles, eternos retornos no morales, sin orientación moral. Seríamos hombres distantes los unos de los otros por su pasión de distancia, una voluntad de poder que no quiere al otro sino como medio para lograr distanciarse de él. ¿Y quién es ese otro hombre? ¿hay otro hombre a priori del que no pueda saber algo que sea suyo e inmediatamente mío?, ¿hay un hombre a priori sin peso alguno de un prejuicio?, ¿podría dicho hombre hacer de una necesidad (un propio o a priori) otra cosa que una moral?. Dicho de otro modo, ¿ser hombre no es sino ser un hombre con otros hombres, ser, en definitiva, un hombre moral?. ¿Somos hombres íntimos en lugar de hombres distantes?, ¿somos íntimos sin historia, pues tomamos nuestra libertad por una contradicción con el sentido de una historia efectual que se contradice no sólo consigo misma sino con el principio de lo íntimo? Por supuesto, esta va a ser, por mi parte, la principal razón de la teoría que critica el desprecio filosófico hacia la compasión, el único sentimiento radicalmente moral que los filósofos han convertido en la raíz inmoral de su moral.

    Nietzsche se centró, sin duda alguna, en desfundar la compasión con una extensión que no encontramos en maestros de la ética que Nietzsche tuviera en mente como fueran Spinoza y Kant, filósofos, por otro lado, muy admirables que considero éticamente despreciables con plena justicia, pues buscaron fundamentar una ética en la razón y no en el sentimiento que toda ética tiene como origen. Los tres son algunos de mis maestros fundamentales, y el respeto que siento por ellos es la mejor razón para hacer una crítica de su inhumanidad.

    Spinoza racionalizó una ética absurdamente geométrica, Kant solucionó el problema de la ética imponiéndola y quitándole, pues, toda razón (como ya mostré, Kant no solucionó nada de lo que quiso solucionar), y Nietzsche no sólo negó la moral propia de la compasión sino que se opuso incondicionalmente a ella como principio de una evolución que no puede ser históricamente sino moral. Schopenhauer, por el contrario a todos estos filósofos de la moral distante, y el principal molde filosófico del que se sirvió Nietzsche, fundamentó toda ética en una pasión del otro hecha mía inmediatamente.

    Toda la ética de Spinoza es absurda porque infinitesimalmente, en los términos absolutos de Dios, no hay un principio sino como identidad con su fin; es una finalidad a medias, mediana, en resumidas cuentas, un medio y no un fin. Kant, por otro lado, pensó que el ser de la ética, el sentimiento moral, era un noúmeno práctico, una razón imposible y contradictoria; hizo del nuevo principio para una filosofía rigurosa, de una razón pura, una incapacidad moral, un límite moral negativo. De cualquier manera, este asunto fue planteado por mí como el problema del pragmatismo: cómo puede una razón a priori conocer lo que no es a priori, conocer objetivamente lo que se conoce subjetivamente. ¿De qué absurdos hablan, pues, nuestros muy respetables maestros filósofos si confiesan entre líneas que no sólo no pueden conocer sino que niegan la razón primera para que conocer sea algo más que un continuo subjetivo?

    La representación del otro no es del otro sino que es una cosa en sí del otro que se da inmediatamente en mí y mediatamente en mí; no es, pues, una cosa en sí sino una cosa en mí.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 24/10/2010 a las 06:50

  4. #4
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    Predeterminado Respuesta: Nietzsche moral

    La gran diferencia está en que "la cosa en mí" es una transformación de la percepción sensorial de la cosa-en-sí, materia prima de la Ontología

    No veo en Nietzche una preferencia revelada por lo ontológico, tengo la impresión de que huye de las esencias y de las sustancias con gran convicción

    Pero en él fermentan todas las energías del Ser, en su necesidad imperiosa de Ser, mas, a condición de que se sepa qué es y quién es siendo lo que es

    Su denuncia del apartidismo en pro de una neutralidad ante la vida ("Ecce Homo") es lo que me mantiene con el vigor para denunciar al Ser

    Cuando empieza la primera parte de la obra citada dice: Por qué soy tan sabio

    Al decirnos así, nos inspira para denunciar que la Humildad es para los harapos y la Soberbia es para la Estupidez. En el medio está la Dignidad, campo desconocido por el hombre-rebaño

    Pregonar la Humildad por el mundo y encontrar gente, la mayoría, que alaba el pregón, es darnos cuenta de que el hombre continúa en la fase de animal

    No importa que haya bajado del árbol; sigue siendo animal de rebaño; de ahí su necesidad de elegir un "Pastor" al que le da título de Hombre y él se autoproclama oveja del rebaño

    Todas las congregaciones son las manifestaciones de un atavismo primigenio que el Hombre se niega a olvidar: quiere ser rebaño, por eso exige pastores

    Los curas lo saben muy bien
    Nietzsche lo sabía muy bien

    Yo lo sé muy bien
    Pero también sé que El Ser Complementario acabará con el rebaño y con los pastores

    El Ser Complementario acabará con el eslabón perdido entre la bestia y el Hombre, esto es, acabará con el hombre de rebaño

    Acabará con el comportamiento por ansia de recompensa y temor al castigo

    Aplastará al hombre-caballo, al que el domador recompensa con un terrón de azúcar si realiza bien el acto circense o lo castiga con un latigazo si no lo hace bien

    Mientras la moral siga siendo depositada en la entrepierna femenina, no dejaremos de ser sino seres-bestias, animados por la codicia de una falda levantada

    Si merecemos morir, al menos lo hagamos denunciando la astucia y la hipocresía del hombre-rebaño; vayamos a la fosa llevándonos la moral de las multitudes

    Esas son algunas de mis expresiones en la Introducción a mi obra LA VOLUNTAD DE SER; las más suaves

  5. #5
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    Predeterminado Respuesta: Nietzsche moral

    La huida de Nietzsche es interesante. Los términos, los conceptos, las palabras, etc., tienen una deuda olvidada, una deuda con una sensibilidad primera que hace que su historia sea olvidable; no se da positivamente mediante algo inmediato sino mediante algo que debe ser recordado.

    La voluntad está ordenada con sabiduría, con extrema sabiduría. ¿Así que por qué no va a ser la moral extremadamente sabia a la hora de llevar a cabo su intriga? La evolución del mundo no tiene por objeto al hombre, aunque sí tiene por uno de sus objetos a muchos hombres. No obstante, todo lo que evoluciona parece que lo hace por alguna imperfección.

    Hasta ahora, y como no es de extrañar, el hombre más exitoso ha sido el hombre moral, el hombre que nada en aguas en las que nadan otros hombres. El hombre solo, el hombre individuo, es un hombre límite consigo mismo; es, en términos evolutivos, un hombre idiota porque no tiene en sí lo que necesita para ir fuera de sí. Para llegar fuera de sí el hombre necesita de otro hombre, necesita a otro hombre. El hombre no es naturalmente moral, pero si no es moral es un pobre hombre.

    Hay unas predisposiciones morales en el hombre que hacen falsa la tesis de la falta de principios prácticos innatos. Los principios morales son innatos en su generalidad, no en su acción concreta.

    Al otro, como vengo a señalar con frecuencia, se lo espera, se lo estaba esperando; cuando llega, se lo estaba esperando, y así es como el otro entra tan bien en la representación que tenemos predispuesta para él.

    Hay que advertir que el otro cabe en su representación de forma general y no concreta. No puede ser verdad de manera extensiva si no es negando la concreción de su representación subjetiva, dando por verdad que un hombre es todo hombre, y ningún hombre representa perfectamente la totalidad de los hombres.

    Con la universalidad del hombre se puede hacer arte; con su totalidad sociología. Si Nietzsche no creía en la sociología era por el sentido moral implícito de Comte que pretendía dar solución a los problemas morales del hombre añadiendo a la sociología el sentido ético de un mejoramiento que no puede ser sino imperfecto.

    Hay que empezar a admitir cierto cinismo en ética y un pesimismo a priori de su razón ética. El mejor de los mundos para todos los hombres está escrito por hombres que no viven entre los sentimientos de los hombres. Los sentimientos de los hombres son contradictorios con esos mismos hombres y con otros hombres.

    Cuando Kant, por ejemplo, hizo filosofía de las costumbres de convivencia con otros hombres, impuso esa moral de hombre racional moralmente bruto que no sabe nada de por qué los hombres son un conflicto para sí mismos en cuanto a la representación del otro. El otro es a priori porque está predispuesto, y no porque su síntesis esté predispuesta, ya que requiere de su experiencia, con qué crear una distancia con uno. Como ya he señalado, la moral práctica de Kant es una razón fracasada, pues la ha de imponer; hace del principio moral de uno el mismo que el del otro, una expectativa moral que impone incondicionalmente aun cuando está subjetivamente condicionada. Kant declina mal el lenguaje moral porque lo declina con una filosofía racional, y no con una filosofía del sentimiento moral; culpa al sentimiento moral de falta de razón, lo que él amplía con su artificio. Así, siguiendo con el ejemplo, las riñas serían efecto de la falta de principios en una relación. Paradójicamente, eso lo dijo el mismo hombre que se inventó sofismas increíbles sobre el carácter inteligible y trascendental de las acciones humanas. El noúmeno no puede ser práctico sino imperfectamente, pues su representación no tiene la razón que mueve el límite de su discurso; no es infinita sino límite con el otro. No hay noúmeno moral sino una experiencia moral limitada a la representación el otro.

    La complementariedad moral, cómo un hombre se apoya en otro hombre por medio de un ser tercero que representa su unión, olvida el conflicto primero de toda representación moral. La representación tercera no contiene toda la diversidad posible de representaciones de A y de B. Sus sentimientos no son causados por ellos mismos sino que son causados por algo que no son ellos mismos. La causa de un sentimiento no es idéntica con su efecto; si lo fuese, no habría conciencia de dicho sentimiento. Los sentimientos son históricos y su conciencia se da tardíamente, esto es, cuando su identidad no es tal.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 27/10/2010 a las 11:38

  6. #6
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    Predeterminado Respuesta: Nietzsche moral

    Un error acostumbrado en Nietzsche es confundir un prejuicio con un principio. Un principio es aquello que determina las cosas por sí mismas y en el primer grado de su sustancia; un prejuicio es un juicio sobre el principio segundamente, por medio de su representación.

    Si veo que te caes y te haces daño, hay una impresión en mí que me lleva a que comparta tu dolor. El que se ha caído has sido tú, pero yo también he sentido tu caída; no es una consecuencia motora sino emocional. Tú te has roto el tobillo, y yo no; te has caído y te ha dolido, y a mí me ha impresionado tu dolor.

    Podríamos hacer un experimento a este respecto que consista en forzar la caída de un sujeto que se dé un fortísimo golpe, si es posible con efectos dramáticos como gritos de dolor; y la mayoría de ustedes no permanecerá impasible sino que se quedará impresionada. Esto sucede porque sienten compasión por él, son conscientes de su dolor y no sienten dolor físico alguno.

    Cuando Nietzsche critica la compasión, por ejemplo, lo hace por ser una fuerza debilitadora. La compasión es una pasión de otro hecha mía sin mí como mediación; no es una cuestión del sujeto de la representación sino de su inmediación. No me pasa directamente a mí sino que le pasa directamente a otro como si me hubiese pasado a mí. En la inmediación nos hacemos sujetos de una misma pasión, somos compasivos. Si veo que estás dolorido porque has sufrido un fuerte golpe, en cierto modo, yo siento tu dolor; no sólo me imagino tu dolor sino que hay una evocación volitiva en mí. Dentro de mí siento que te has hecho daño porque mi sistema emocional se ha puesto alerta como si yo hubiese sufrido la caída. El dolor no es producido en mí por la capacidad imaginativa que haga mío el dolor de otro por un idealismo representativo; el dolor es producido como una consecuencia emocional, y no siento el dolor sino las consecuencias emocionales del mismo. Te puedes estar retorciendo de dolor que yo no tengo ningún dolor físico como consecuencia de la caída. Yo siento emocionalmente que te has caído; tú te has roto el tobillo, y yo no.

    Gracias a esta intriga te siento no sólo cuando te caes sino también cuando miras hacia un sitio. La mayoría de las cosas que hacemos, si no su totalidad, son las cosas que hacen los demás, quienes dan forma a nuestra historia. La imitación está basada en una misma afección. Te veo y salta en mí una solidaridad inmediata. La compasión es la unidad primera de toda representación intersubjetiva. Contigo tengo conjuntamente hijos, me voy de caza y te cuido cuando estás enfermo; y te robo la mujer, te robo el alimento y te mato. Las categorías de la experiencia del hombre son principalmente morales porque la acción moral, la acción orientada al otro, es la única que tiene una ampliación significativa que no se reduce al cómputo de sus términos. Esto es, no es una experiencia analítica sino sintética; o, dicho de otro modo, no es lo que sea, una identidad cualquiera, sino que es más, un principio relacional.

    El prejuicio de Nietzsche consiste en que critica la compasión como una consecuencia de la representación cuando es una consecuencia de la inmediación. La compasión, dicho así, está dictada en los genes, no en la forma que tome la compasión; la inmediación es temporalmente justo anterior a la representación que la tiene por objeto. En este sentido, Nietzsche no ha sido denunciado como portador de una teoría primeramente falsa y sólo segundamente valiosa como crítica de la representación moral; la compasión es el principio de toda vida conocida por el hombre que haya llegado a algo.

    Hace tiempo la compasión era una especulación metafísica. La compasión era característica de muchas religiones y de la filosofía de Arthur Schopenhauer que fundamentó en ella la ética.

    Por lo general, al hablar de compasión se omite la complejidad de la unidad de sentimiento de varios sujetos distintos. No existe unidad en la representación de un mismo sentimiento sino formalmente, y no internamente; los sentimientos se producen subjetivamente, a partir del sujeto que los representa, y sólo salen de la subjetividad a partir de una forma no subjetiva de mediación como pudiera ser una misma forma de percepción. El dato perceptual es subjetivo, pero no lo es lo visto, que es, principalmente, lo que varios sujetos pueden ver.

    Hoy en día, se ha comprobado que la compasión es algo que no se da por un prejuicio, como un código ético que diga que hay que amar al otro hombre, al prójimo, sino que se da sin código alguno de por medio.

    El prójimo no es la representación del otro sino que el otro es un ser que está conectado conmigo. Mi sistema emocional está predispuesto hacia él. Si estoy muerto de dolor o aterrado de miedo, tu presencia me calma. El dolor es más soportable en compañía, y el miedo, igualmente, actúa menos vorazmente. El catálogo de fenómenos que crecen de esta unidad primera de representación va desde el cuidado materno, pasando por el lenguaje, hasta el sentimiento que determina la envidia.

    Siguiendo la lógica de Nietzsche, por ejemplo, nos encontramos con especulaciones alarmantes sobre el origen de la culpa confundiendo filología con fisiología que envenenaron mentes de muchos hombres que las tomaron por verdad al parecer juicios del hombre superior que se cuestiona a sí mismo sin tener la razón primera de sí mismo. Así, no son pocos los filósofos que han sostenido que el hombre es un perfecto aislado que no puede conocer nada del otro; el otro sería un mundo aparte al que sólo nos podríamos acercar mediante el artificio de su representación, el contenido al que daría forma el error moral.

    La unidad afectiva es el fundamento de una ética no neutral que anticipa al otro como la finalidad preferente de lo humano. Por otro lado, una ética no neutral que ponga al otro como inclinación preferente no es una ética definida en términos concretos como los de un código ético. La ética de los códigos es una ética irresponsable porque define normas particulares que generalizan condiciones subjetivas y sociológicas no generalizables. Este problema es el que la ética debe superar hasta llevarlo a una ética responsable; no debe ser una ética subjetivamente conflictiva sino trascender el límite en el que descansa, cuando no es subjetiva. El problema podría ser planteado de la siguiente manera: ¿cómo una condición subjetiva podría ser mínima en su dialéctica con su máximo social, y cómo su máximo puede comprender el conflicto de su mínimo?. Este problema, por mi parte, no se puede solucionar sino admitiendo que la relación intersubjetiva es conflictiva por principio, por eso conviene ver en qué radica el conflicto subjetivo y a partir del que se crea una distancia con su máximo social.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 29/10/2010 a las 13:40

  7. #7
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    Predeterminado Respuesta: Nietzsche moral

    Yo concuerdo en algo con la opinión de Nietzsche sobre la Compasión y la Caridad

    Yo postulo que las religiones toman en su rebaño a seres inherentemente débiles con una gran falta de autoconciencia de su Voluntad, los toma, digo, para hacerlos más débiles

    Independientemente del derecho que tiene una persona de elegir la Fe que le parezca más conveniente, afirmo que la Caridad y la Compasión son concepciones contradictorias

    Las religiones aumentan la debilidad del ser y luego le ofrece migajas, en forma de caridad y de compasión, para introducir en él el comportamiento sujeto al dueto castigo-recompensa

    La Caridad y la Compasión son extremos intolerables de la actitud hacia el Ser; en mi filosofía estos dos conceptos están soldados en uno solo: la Empatía

    Por mi sentido de Empatía, yo no ayudo a alguien porque espero una recompensa, es decir, por caridad o compasión: yo lo ayudo porque está en mi Voluntad de Ser el sentido de Empatía por todos los seres humanos que están en mi horizonte cognoscitivo y moral

    Yo no podría sentir empatía por un torturador, un secuestrador,un violador o un asesino en serie; para todos ellos guardo mi sentido de Repulsión

    Nietzsche, al parecer, tiene la misma impresión de la caridad y de la compasión; pero hay una diferencia entre su percepción y la mía

    Para él, la caridad y la compasión son muestras de la debilidad del ser que los practica y que el Cristianismo extiende

    Para mí, la caridad y la compasión son utilitarias, pues siempre implican un sentido de recompensa incluida en un mandato de cualquier catecismo

    No es pues, ni la caridad ni la compasión lo que hace bueno al Ser; más bien es la exteriorización de la Empatía en un ser concreto propio del Ser de la Voluntad por medio de lo que denomino la Acción de Voluntad

    Nadie le conmina a realizar un acto de Empatía; por lo tanto lo realiza porque lleva en sí ser como es y no de otro modo, en su ansia de ser lo que debe ser por su Voluntad de Ser

    Saludos
    Blacutt

  8. #8
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    Predeterminado Respuesta: Nietzsche moral

    La compasión no es algo de filosofía alguna sino de una predisposición, por supuesto, con la que se puede hacer filosofía; se la muestra a priori. Esto refuta, en cierto modo, el a priori inmoral en el que Nietzsche se asienta, pues pone a priori la cara del otro por delante de toda representación que quiera ser superior. Nietzsche parecía intuirlo de alguna manera y se opuso a ello con un sentido extramoral que superaba el sentido moral inmediato.

    La negación de la compasión no sólo es una idea terriblemente peligrosa, como lo son todas las ideas inmorales, sino que es segunda y representativa, pues, y no primera, inherente y sustancial. O sea, que Nietzsche superaba la moral con un artificio negativo que, en definitiva, era una historia tardía, representaba algo que le era primero y que su representación negativizaba. La compasión pertenece a la primeridad de ser humano.

    Si hablé de Schopenhauer fue porque Nietzsche se centró mucho en él. Lo hizo con él, con Paul Rée y con Darwin, este último, por cierto, quien escribió la obra más importante sobre moral jamás escrita, La expresión de las emociones.

    No querría entrar en el problema lingüístico de si se trata de compasión, empatía, caridad u otro término que hable de lo mismo; son objetivamente lo mismo. El problema no está en qué nombre se le dé; el problema es la primeridad de la orientación al otro, la que está predeterminada. ¿Quieren genealogía moral?, pues a las causas que desencadenaron la moral, y dejen apartados los nombres que se dieron a esas causas.

    Uno de los filósofos que más daño lingüístico ha hecho a la reflexión filosófica ha sido el Nietzsche filólogo. El Heidegger lingüístico, su bastardo hegeliano, el de la morada de ser, es el fracaso de un lenguaje propio que no supera un retorno porque no comprende que la lógica histórica no es una preferencia histórica sino siendo un porvenir. Por el contrario, hay filósofos como Wittgenstein y Peirce, este último muy por encima del resto, que desmitificaron la acción del lenguaje con una representación a priori que se cierra y culmina hacia sí misma; se hace límite moralmente. Peirce, como he señalado, desarrolló una lógica sintética a priori para la moral, la terceridad, la superación de la irracionalidad de las partes que dependen de una mónada (primeridad) sin relaciones (segundidad).

    Nietzsche podría ser llamado filólogo metafísico. Entendió que la filosofía era un problema de términos con un mecanismo verbal que conducía a una moral. El lenguaje es una herramienta que expresa una moral, un esquema de aprehensión de cierta realidad conjunta, lo que Nietzsche llamaría rejilla, que enreda un conjunto de objetos con una trama; también repetiría con frecuencia esta imagen como tela de araña. Empero. Nietzsche, también es cierto, sentó las bases de una nueva interpretación de la acción, una hermenéutica. Para decirlo resumidamente, urgió a releer los acontecimientos, a hacer la historia profunda.

    Lo peligroso de su finísima reflexión es que no tomó plena conciencia de que la individualidad no era ilimitada; no estaba incondicionalmente bajo el amparo de la superioridad de una ley eterna, sino que estaba limitada por la misma forma por la que se daba a sí misma; era una sucesión anticipada como pre-historia, lo que Heidegger confundió con el pre-existente. A priori es la condición lógica necesaria para que el ser primero pueda ser segundo; no hay ninguna historicidad de otra forma; todo sería, pues, un inconsciente informe que se desenvolvería como un continuo absurdo, como decimos, sin forma, tardío e irracional. Este gravísimo problema lo arrastra la hermenéutica hasta nuestros días porque no se comprende que no hay historia sin sujeto, pero la historia sólo la hacen sujetos comunes, los que estudia la sociología y no la hermenéutica.

    A este respecto, soy a fiel a mi kantismo, pues la analítica de un todo se constituye en una pre-experiencia con preferencia bajo el principio de una conexión sintética entre las intuiciones. Y por esta razón, mi nuevo antikantismo, llamado desplazamiento, es distancia; no es historia a priori sino sólo historia moral a priori. ¿Si no, de qué estaríamos hablando, de seres y entes?. No; el principio es moral. El sujeto del juicio que hace la historia no puede ser sino compasivo con ella; no es sujeto sino de una historia objetiva, y no subjetiva.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 31/10/2010 a las 04:12

  9. #9
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    Predeterminado Respuesta: Nietzsche moral

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    La Caridad y la Compasión son extremos intolerables de la actitud hacia el Ser; en mi filosofía estos dos conceptos están soldados en uno solo: la Empatía
    Con todo mi respeto, Mario, si digo que la compasión no pertenece a priori a la representación de sujeto alguno, sino que es continua con la inmediación que la produce, ¿en qué filosofía suya se basa para no tolerar lo que supera la representación, como digo, pues la determina en primer y último grado? ¿o no supera la empatía porque pone un principio emotivo predispuesto en forma del caso del otro y no sólo del mío?. Tesis inmorales de este estilo han llevado a una ideología basada en la primacía del ego que no sólo son falsas y argumentativas sino que buscan negar un sentimiento positivo sin el que no habría dignidad ninguna para el hombre. Nietzsche, por ejemplo, insiste repetidamente en que el hombre es naturalmente egoísta y no cabe en él sino una distancia, pathos de la distancia, que lo vuelve idiota debido su instinto gregario. Esto sería: somos compasivos por un interés que determina la semiótica moral, y no somos a priori morales sino siendo egoístas. Admiro a Nietzsche como a pocos pensadores, y muchas de sus críticas a la moral son de una riqueza y profundidad incalculables; no obstante, su crítica a la compasión se basa con demasiada frecuencia en prejuicios morales que él no supo poner aparte en su crítica.

    En el proceso que va desde Humano, demasiado humano y Aurora hasta Más allá del bien y del mal y Genealogía de la moral hay una constante en forma de crítica y desprecio por todo lo moral como si el ser moral no estuviese movido por otra cosa que bajezas y perezas del espíritu.

    El hombre de costumbres y de la ética de las mismas se ha desarrollado porque depende de otros hombres, y de su dependencia ha salido todo lo humano: la cooperación y la reproducción sexual inherente a esta en forma de descendencia, la capacidad simbólica a la que el otro lleva y con la que fuerza al lenguaje, todas las artes, etc. Todo eso está basado en la compasión, llámesela empatía, solidaridad, caridad, etc.

    Quien escribió cosas como que la compasión obstaculiza en conjunto la ley de la evolución, que es la ley de la selección (AC 7), debe ser visto bajo una crítica que lo muestre en extremo superficial y caprichoso con el uso que hace de la evolución moral. No se conocen los principios que mueven la evolución, puesto que toda evolución es teleológica y no se puede prever el curso de su propia evolución, pero sí se pueden conocer ciertas causas que hicieron preferentes ciertas inclinaciones; emergían en forma de a priori moral. Hoy en día es aceptado que la empatía surge de una variación del sentimiento maternal de los animales que cuidan de sus crías.

    No hace mucho hubo un descubrimiento antropológico de enorme importancia en este tema; se encontró el cráneo de un niño anormalmente débil que debió de ser cuidado por el grupo al que perteneció. La compasión viene de nuestros antepasados.

    Una de las características de la superioridad moral es que tenemos lo que se denomina perspectiva del otro, y se basa primeramente en que estamos sometidos a un mismo sentimiento que sólo es distinto en el sujeto de su apercepción; estamos, dicho así, coordinados y sincronizados los unos con los otros. No es una cuestión analítica de distintas impresiones sino de una síntesis moral predispuesta. Sin una misma forma de representación de la realidad estaríamos encerrados en nuestra representación; sería un solipsismo existencial. Contrariamente, la plasticidad de lo general hace posible una diversidad de representaciones que reproducen un mismo objeto de la primeridad que cristaliza a en el continuo subjetivo, este es, en el intersubjetivo.

    Estas cuestiones son las que digo que fueron fruto de la especulación de algunos filósofos del pasado. Actualmente el problema de la interioridad del hombre ya no es sólo cuestión de filósofos sino de lingüistas, biólogos, antropólogos, sociólogos, neurocientíficos, etc.

    Es en extremo irónico que Nietzsche dijese que algún día la moral la estudiaría la medicina y la fisiología. Actualmente estamos en ello, y ahora hay que releer a Nietzsche con una gran distancia moral, pues estaba peligrosamente confundido.

    Su principio de inmoralidad es, en mi opinión, de una riqueza incomparable con los pensadores morales; incluso he dicho que considero despreciable la ética spinozista y el imperativo kantiano porque carecen de compasión; son moralmente contradictorios y negativos con su razón; hacen filosofía de sombras y quieren estudiar la moral como una metafísica tardía.

    Nietzsche se apoyó en varias ocasiones del desprecio por la compasión de conocidos filósofos (Platón, Descartes, Spinoza, Kant,…). Por mi parte, es algo intolerable que no tengo problema en denunciar aunque se trate de algunos de los hombres a los que más debo intelectualmente y que han sido durante muchos años los moldes filosóficos más elevados a seguir.

    Spinoza, es cierto, está siendo redescubierto por neurólogos que nunca entendieron nada de filosofía, ni de los problemas de su historia. El caso más conocido de esto es el del famoso neurofisiólogo Antonio Damasio que es mundialmente puntero en el estudio de las emociones sociales junto a su mujer y el equipo que él dirige en una universidad californiana. Si Damasio no ha entendido a fondo a Spinoza, ¿qué vamos a esperar del abismo nietzscheano?.

    Una de las últimas obras de Damasio ha sido En busca de Spinoza, y trata de la naturaleza cerebral de los afectos. Cuando supe hace años de estudios de Damasio sobre las emociones, y sin saber quién era ese investigador, ni que se estaba haciendo muy popular por El error de Descartes, intuí una gravísima falta de mente problemática a la hora de estudiar los problemas de los hombres, los que Damasio llamara sociológicos con no poco descaro.

    Por otro lado, la ética kantiana, como estoy repitiendo en frecuencia, está mal por principio, como dije, al imponer a priori una razón moral que termina discursivamente en una contradicción consigo misma, pues se ha de hacer negativa; siempre requiere de una experiencia con la que hacer una síntesis para la que no tiene a priori su moral, y por ello la impone. En definitiva, cuando no haya moral, no habrá moral. ¡Kant era un cínico!

    Schopenhauer, por el contrario, erigió el fundamento de su ética superando la falta de razón por principio de Kant. Ese fundamento (El fundamento de la moral, en Los dos problemas fundamentales de la ética) me fue particularmente aburrido y tedioso cuando primeramente lo estudié durante un verano hace años. Y fueron mis inquietudes hacia una razón a priori moral las que me condujeron a repensar qué era la compasión.

    Por desgracia, en demasiados cursos de filosofía en los que se estudian los problemas filosóficos de la ética no se estudian conjuntamente el pensamiento de los grandes filósofos y el acceso a la intimidad que la ciencia moderna está haciendo posible. La filosofía tiene el deber moral de poner en orden el pensamiento de semejante cuestión.
    Última edición por ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO; 31/10/2010 a las 07:35

  10. #10
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    Predeterminado Respuesta: Nietzsche moral

    Voy a citar uno de los párrafos de mi anterior intervención:

    La Caridad y la Compasión son extremos intolerables de la actitud hacia el Ser; en mi filosofía estos dos conceptos están soldados en uno solo: la Empatía

    Pero usted simplemente se refiere a la parte en la que expreso mi desacuerdo con tales principios sin tomar en cuenta que los sustituyo por su equivalente: la Empatía

    Lo que para usted es Caridad y Recompensa, para mí es Empatía

    Reitero:
    La Compasión y la Caridad son inmorales; lo son porque provienen de un Mandato externo a la moral del Ser de la Voluntad

    Por ser un Mandato externo a la conciencia del Ser de la Voluntad, está sujeto a la dupla Castigo-Recompensa, lo que reafirma la inmoralidad de esos comportamientos

    En vez de Compasión y Caridad el Ser de la Voluntad tiene la [I]Empatía[/I], esa corriente de identificación con los demás seres, por la cual obra debido a que está en su ser obrar así y no de otro modo

    No ayuda a alguien con misereres y letanías, lo ayuda por la Empatía que siente por él, a través de la Acción de Voluntad, la que no ansía recompensa alguna ni obra por miedo a algún castigo

    A propósito, defino la libertad del siguiente modo:

    La Libertad es una Categoría Filosófica que exige la disponibilidad de alternativas para que el Ser de la Voluntad opte por la que le permita ejercer una Acción de Voluntad

    Esa definición parte de la Ética, aunque no necesariamente del catecismo

    La Empatía es algo inherente al Ser de la Voluntad, no es una imposición externa; en esto concuerdo con la percepción de Kant, de lo cual me alegro

    ¿De dónde saco estos conceptos? Pues de mi Filosofía
    Por naturaleza, inclinación y vocación yo no me contento con repetir lo que han dicho los demás

    El estructurar una filosofía propia me permite tener una concepción general del Universo, de la Sociedad, de la Historia y del Pensamiento propias

    Por supuesto que como toda filosofía que madura, hay conceptos que exigen ser más desarrollados que otros
    También los hay aquéllos que deber ser sustituidos

    Yo no podría participar en un encuentro verbal si es que no tuviera mis propias percepciones sobre los temas que están en mesa

    No me gustaba ninguna de las filosofía existentes
    Estructuré la mía: La Voluntad de Ser

    No me gustaba ningún método de conocimiento
    Estructuré el mío: La Dialéctica de la Voluntad de Ser

    No me gustaba ninguna de las ideologías existentes
    Estructuré la mía: Razón de Voluntad

    No me gustaba ninguna preceptiva literaria
    Estructuré la mía: El Ser Poético de la Voluntad de Ser

    No me gustaba el modelo neoclásico actual de la Economía
    Estoy estructurando mi modelo propio

    No me gustaba la forma en que presenten el Desarrollo Económico Local
    Estructuré mi propio modelo

    No me gusta ningún partido político actual
    Yo tengo el mío: Acción de Voluntad

    Yo no escribo para complacer a los demás; lo hago pensando en mí y en mis propias percepciones

    Por eso es que cuando se me pregunta de dónde surge una afirmación o una negación mías, debo responder: del conocimiento que emerge de mi Voluntad de Ser

    Ese conocimiento, logrado en el estudio de la realidad y de la lectura sistemática de obras que satisfacen mi curiosidad, está expresado en mis propias creaciones

    Claro está que aún tengo campos adicionales para la creación propia, todos derivados de mi Filosofía y el ansia de ser lo que debo ser por Mi Voluntad de Ser
    Última edición por Blacutt; 31/10/2010 a las 11:33

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