Esto va a ser interesante, pues avanza; y querría ver hasta dónde lleva una filosofía a ciegas, pues niega, y se desdice según venga al caso, los principios para una filosofía, los que se corrigen a la luz de ideas de otros como nosotros. Vaya con cuidado, pues.
Eso del bebé, que no tiene capacidades prefiguradas, lo que yo afirmo, ¿es bajo el principio de una filosofía con la que se salta toda condición moral a priori al hacerla relativa a una historia que precipita sin una razón a priori para ella? ¿adónde quiere llevar lo que no sabe adónde va a llevar?. ¿O sólo quiere experimentar con historias erróneas que repiten los errores de su historia?.
Los bebés tienen montones de capacidades predispuestas, y así es que aprenden tanto; su capacidad es extraordinaria porque es cuando más predispuestos están para aprender. No nacen sabiendo, pues nadie sabe en sentido estricto y en absoluto, si bien es cierto que en esa época están más preparados por una predisposición; no aprenden sólo de la experiencia, sino que vienen al mundo con algunas tareas ya hechas, en el sentido de predispuestas y no en el de terminadas. Mire, si no, cómo la actividad neuronal de un bebé no es como la de un hombre adulto; el bebé está muchísimo mejor capacitado para aprender que el adulto.
¿No es, por ejemplo, un acto de predisposición moral que un bebé dependa de su madre o que llore cuando necesita alimento? ¿o la predisposición moral basada en la necesidad de una ley superior es también cuestión de una moral que mueve a los débiles de espíritu que no saben seguir una moral por ellos solos? ¿o no es la madre la forma que toma la ley para que actúe compasivamente hacia el bebé (las madres se descomponen al oír llorar a sus bebés)? ¿será que al negar la compasión nos hacemos moralmente absurdos y negamos poder conocer aquello a conocer?. Mario, sin compasión no habría hombres.
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