Página 5 de 6 PrimerPrimer ... 3456 ÚltimoÚltimo
Resultados 41 al 50 de 51

Tema: Guerra contra la Triple Alianza, o por los brasileños Guerra do Paraguai ¡¡¡

  1. #41
    Forero inexperto
    Fecha de ingreso
    24 nov, 10
    Mensajes
    77

    Predeterminado Respuesta: La masacre de los niños paraguayos en Acosta-Ñu

    Cita Iniciado por PHILIPPEMOR Ver mensaje
    This text will be replaced



    AL HONORABLE PUEBLO PARAGUAYO DE AQUELLA EPOCA.
    En este vídeo se declara que los niños que se sacrificaron --yo diría mejor: fueron sacrificados-- para permitir la retirada del Mariscal-Presidente, y que utilizaron palos tallados para simular fusiles. Además --esto no lo dice el vídeo pero se sabe de otras fuentes inobjetables--, se les procuraron barbas postizas confeccionadas con crin de caballo para aparentar adultez.

    Pregunto: ¿eso fue culpa de los aliados? ¿Éstos podían saber a priori que peleaban contra niños inermes, cuando el mando paraguayo pretendía hacerlos pasar por adultos y bien armados? Implícitamente, según el vídeo, los aliados debieron condolerse de los pobres niños, que lo único que habrían pretendido era detenerlos con una inocente e inútil travesura; y quizás tirarles las orejas, o retarlos, o ponerlos en penitencia, rodearlos y seguir de largo en busca de su verdadero objetivo: el Mariscal-Presidente.

    Por otra parte, buena parte de las tropas brasileñas que participaron eran esclavos libertos, sin ningún interés personal en la guerra. Para ellos, era una forma de esclavitud peor que las fazendas, porque los sometía a la directa eventualidad de la muerte inmediata. Tampoco, por lo mismo, eran muy patriotas que digamos. Según se quejaba el Jefe brasileño Mariscal marqués de Caxias, estas tropas se desbandaban y huían fácilmente aún a la vista de la fuga de sus enemigos, y cuando quedaban claramente vencedores, se desquitaban bárbaramente de sus propias desdichas con los prisioneros y heridos enemigos que caían en sus manos, fuera del control --o no-- de sus superiores (ver: Doratioto: "Maldita Guerra"; págs. 351-352, y 399-400). Debe observarse que las tropas brasileñas en general, a esa altura (1869) estaban hartas de la guerra, y exasperadas por su inútil prolongación.

    Menciono a los brasileños porque es a quienes se acusa de la matanza.

    Ludoviko

  2. #42
    Forero avanzado
    Fecha de ingreso
    22 jun, 09
    Ubicación
    ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE JALISCO
    Mensajes
    282

    Predeterminado Respuesta: Guerra contra la Triple Alianza, o por los brasileños Guerra do Paraguai ¡

    Tengo entendido que en las tropas argentinas hubo muchos esclavos negros tambien,,, es una ironia que actualmente la poblacion negra haya desaparecido de la argentina.

  3. #43
    Forero inexperto
    Fecha de ingreso
    24 nov, 10
    Mensajes
    77

    Predeterminado Respuesta: Error en el dato de la toma de Asunción.

    Cita Iniciado por PHILIPPEMOR Ver mensaje
    En 1870, durante la presidencia de Sarmiento las tropas aliadas lograron tomar Asunción poniendo fin a la guerra. El Paraguay había quedado destrozado, diezmada su población y arrasado su territorio.

    EL AUTOR ES FELIPE PIGNA, HISTORIADOR ARGENTINO...
    En realidad, la toma de Asunción por las tropas aliadas ocurrió en enero de 1869, o sea un año antes del dato consignado. Si no se ha deslizado un error de transcripción, la falla es del historiador referido.
    Los aliados suponían que la guerra había terminado. Sin embargo, la tosudez del Mariscal-Presidente prolongó inútilmente la tragedia un año y tres meses más, con la consecuente miseria y desdicha de su pueblo.

    Ludoviko

  4. #44
    Forero inexperto
    Fecha de ingreso
    24 nov, 10
    Mensajes
    77

    Predeterminado Respuesta: Esclavos negros en las tropas argentinas.

    Cita Iniciado por PHILIPPEMOR Ver mensaje
    Tengo entendido que en las tropas argentinas hubo muchos esclavos negros tambien,,, es una ironia que actualmente la poblacion negra haya desaparecido de la argentina.
    En Argentina ya no había esclavos, porque habían sido liberados por la Constitución de 1853. No obstante, la población negra era muy preferida para surtir las filas militares, dada su indefensión cultural y el racismo inmanente en la sociedad argentina.

    Desde la guerra de la independencia, se apeló a la manumisión de los esclavos para dotar los ejércitos independientes. Si lograban sobrevivir, quedaban libres. Desde luego éstos fueron minoría. En ésto, la Argentina no difirió de sus vecinos, Paraguay incluido, y con mayor razón el Brasil que recién dispuso la liberación de sus esclavos bastante después de la guerra.

    En Argentina, la población negra no ha desaparecido, sino que pasa desapercibida ya que no se la ha considerado en los censos. En el último censo nacional, precisamente de 2010, se incluyeron por primera secciones dirigidas a determinar ese origen. Ahora, por la calle uno puede advertir personas con rasgos que harían pensar en ancestros de ese origen. Hasta el presente, solo una minoría de las personas de origen afro reivindican ese origen. La mayoría se avergüenza. Actualmente la situación tiende a revertirse.

    También, algo poco conocido, es que el ejército de línea argentino de 6.500 hombres, previo al inicio de la guerra, comprendía 500 indígenas del sur con estado militar, e incluso oficiales indios. Éstos no participaron en la guerra, sino que permanecieron en la frontera sur.

    Ludoviko

  5. #45
    Forero inexperto
    Fecha de ingreso
    24 nov, 10
    Mensajes
    77

    Predeterminado Respuesta: Territorios perdidos por Paraguay a causa de la Guerra.

    Cita Iniciado por PHILIPPEMOR Ver mensaje
    This text will be replaced



    AL HONORABLE PUEBLO PARAGUAYO DE AQUELLA EPOCA.
    Prosigo con el tema de los territorios arrebatados al Paraguay a consecuencia de su derrota en la Guerra de la Triple Alianza. Estos territorios fueron: el sur del Mato Grosso que pasó a manos del Brasil, ­el nordeste de la provincia de Corrientes que pasó a manos argentinas y actualmente constituye la provincia de Misiones, y la región del Chaco austral y central, que pasaron a manos argentinas y actualmente constituyen las provincias de Chaco y Formosa. En cambio, el Paraguay pudo conservar el Chaco boreal. Esta última región fue objeto entre 1932-1935 de una guerra con Bolivia, y repartida entre ambas a razón de un 60 % para el Paraguay, y el 40 % restante para Bolivia.

    El territorio del sur del Mato Grosso, al momento de la guerra, estaba en disputa con el Brasil. No había un dominio efectivo por ninguno de los dos países, si bien el Brasil contaba con la aceptación mayoritaria de los habitantes indígenas de la etnia guaycurú, enemigos tradicionales de guaraníes y paraguayos.

    El territorio nordeste de Corrientes estaba en disputa con Argentina, y retenido por los paraguayos desde la época de Rodríguez de Francia (1838-1840), a causa de su intervención en la guerra civil e internacional contra la Confederación Argentina dirigida por Rosas. Estaba poblado por indígenas de la etnia guaraní, pero más afines con los correntinos que con los paraguayos. Recuérdese que habían sido aliados de Artigas bajo la dirección del lugarteniente de éste Andrés Guazurarí, y objetos del ataque mancomunado de luso-brasileños y paraguayos.

    El territorio del Chaco era reclamado por Paraguay y la Argentina, pero ninguno de ellos había ejercido acto de dominio sobre el mismo. Estaba poblado por diversas etnias indígenas: wichi, nivaklé, pilagá, qom, etc., todas ellas correspondientes al tronco guaycurú, y entonces enemigas del estado paraguayo. El término guaycurú es guaraní, y connota: “salvaje”, “bárbaro”. La única localidad paraguaya a la derecha del río Paraguay, era la Villa Occidental, situada cerca de la confluencia del río Pilcomayo con aquél; en la actualidad se llama Villa Hayes, en homenaje al presidente norteamericano que laudó la disputa con la República Argentina, otorgando al Paraguay el Chaco boreal. Desde la confluencia del Río Paraguay con el Paraná, hacia el sur, considerado como continuidad de aquél, se encuentra sobre su margen derecha la provincia de Santa Fe. El Chaco boreal fue en definitiva, el único territorio en disputa que logró conservar el Paraguay tras la Guerra de la Triple Alianza. En la actualidad forma los departamentos de Presidente Hayes, Boquerón y Alto Paraguay, todos ellos muy despoblados aún.

    Es normal que todos los países reivindiquen los territorios correspondientes a su máxima extensión histórica, que generalmente no coincide con la presente. Los territorios perdidos siempre fueron injustamente arrebatados por conjura internacional, traición, etc. Sin embargo, suele pasarse por alto que tales territorios atañen a otros países que dicen exactamente lo mismo de sus propios territorios.

    Los argentinos nos consideramos herederos del Virreinato del Río de la Plata, una división administrativa creada artificialmente por la corona española y que duró de 1776 a 1814, o sea un total de 38 años. Esta fugacidad impidió que se consolidara como entidad económica y cultural. Llegó a comprender los territorios de la actual Argentina, Uruguay, Paraguay, la mayor parte de Bolivia, partes del sur de Brasil, las islas del Atlántico Sur, y hasta las islas africanas de Fernando Poo y Annobón hoy pertenecientes a Guinea Ecuatorial. Es decir que si miramos nuestro actual territorio los argentinos tenemos para llorar un rato largo. No obstante, como ya señalé en otras intervenciones previas, nunca el virreinato logró imponer su dominio sobre el Chaco ni sobre la Patagonia, ni sobre las islas africanas. Ni bien empezó la guerra de la Independencia, el Paraguay se separó de hecho, el Uruguay virtualmente, y tras esa guerra, Bolivia se separó a su vez. Sobre las islas del Atlántico Sur, el dominio tanto del virreinato como de su sucesora Las Provincias Unidas del Río de la Plata, fue muy precario, así que sin mayor esfuerzo quedaron bajo dominio británico hasta hoy.

    En base a los mismos criterios por los cuales el vídeo deplora los territorios perdidos por Paraguay, los argentinos podríamos deplorar que el Paraguay no sea hoy parte efectiva de la Argentina. ¡En fin!

    Postergo para una intervención posterior, analizar el Tratado de la Triple Alianza y su incidencia sobre los participantes en la guerra.

    Ludoviko

  6. #46
    Forero inexperto
    Fecha de ingreso
    24 nov, 10
    Mensajes
    77

    Predeterminado Respuesta: Guerra contra la Triple Alianza, causa nacional de los paraguayos.

    Cita Iniciado por PHILIPPEMOR Ver mensaje
    La guerra era para los paraguayos una causa nacional. Todo el pueblo participaba activamente de una guerra defensiva. Los soldados de la Triple Alianza peleaban por plata o por obligación. Esto llevó a los paraguayos a concretar verdaderas hazañas militares, como el triunfo de Curupaytí, donde contando con un armamento claramente inferior, tuvieron sólo 50 muertos frente a los 9.000 de los aliados, entre ellos Dominguito, el hijo de Domingo Faustino Sarmiento.

    EL AUTOR ES FELIPE PIGNA, HISTORIADOR ARGENTINO...

    Sugerir que para los paraguayos, la guerra era una causa nacional, importa forzar un tanto los hechos.

    1) Sería interesante conocer la opinión del soldado paraguayo anciano ante el cadáver de su joven hijo también soldado, retratado por José Ignacio Garmendia, sobre el sacrificio que ha ofrecido a su patria, para mantener “el equilibrio del Plata”. Ese fue el motivo de Francisco Solano López para atacar a sus vecinos y originar la guerra.

    2) No fue una guerra defensiva, al menos al principio. Como acabo de observar, se originó en el ataque paraguayo primero al Brasil y luego a la Argentina. Luego continuó en territorio paraguayo al negarse el Mariscal-Presidente a apartarse del mando, y dejar a su país que negociara una paz que seguramente hubiera sido mucho menos costosa que la guerra llevada a sus últimas consecuencias como ocurrió debido a su desastrosa obstinación.

    3) La guerra fue proclamada por el congreso paraguayo como ratificación de los actos consumados (invasión al Mato Grosso), y de la intención del Mariscal-Presidente de atravesar el territorio correntino para invadir Río Grande do Sul. El congreso paraguayo solo se reunía en condiciones extraordinarias, siempre para convalidar las decisiones del Ejecutivo. No se elegía por votación popular, sino a dedo, entre los miembros más conspicuos de la sociedad. La vez anterior que se reunió fue en 1862, para admitir la designación de Francisco Solano López como Presidente, realizada desde su lecho de muerte por Carlos Antonio López. Algunos de sus miembros que insinuaron un desacuerdo (como el padre Fidel Maíz, personaje de actuación muy controvertida y oscilante), terminaron en la cárcel. Así que los congresales estaban bien aleccionados acerca de sus conveniencias. El historiador argentino Antonio J. Pérez Amuchástegui (1921-1983), revisionista, nacionalista, simpatizante de F.S.López, dice:
    El 10 de diciembre de 1862, moría el presidente paraguayo. Y conforme a la vieja tradición hispánica, malgrado la Constitución, dejó un pliego de mortaja –es decir una voluntad escrita que debía cumplirse− por el que encomendaba a su hijo Francisco Solano el gobierno del Paraguay, medida que descontaba sería ratificada por el Congreso Nacional. A rey muerto, rey puesto. En el Congreso ni en parte alguna del territorio, había opositores de agallas que pudieran impedir el cumplimiento de la voluntad presidencial, sobre todo cuando el heredero era el jefe supremo de las fuerzas armadas y un auténtico caudillo popular. Una débil argumentación de algunos diputados con la aquiescencia de Benigno López –hijo también del finado presidente− se estrelló contra la decisión mayoritaria y la energía del gobernante provisional. Conforme al legado paterno, Francisco Solano López, con sus 36 años, su título de generalísimo y su fe incontrolada en los destinos del pueblo paraguayo, fue ungido presidente de la Nación.
    (Crónica Argentina, Ed. Códex, Bs.As. 1969, 4-LXI-LXII; negritas son mías), ¡Más claro…!

    4) Desde la época de la colonia, el pueblo paraguayo estaba acostumbrado a un rígido estado paternalista, tanto desde sus gobernantes españoles o criollos, como de parte de los misioneros jesuitas. Aunque toda o la mayor parte de la población supiera leer y escribir, no constan noticias de obras literarias o de desarrollo intelectual ni político, como sí las hubo en el mismo período en Argentina por lo menos. Todas las escasas publicaciones periodísticas existentes eran propiedad del gobierno.

    5) El Paraguay era el único de los países involucrados en el conflicto que poseía servicio militar obligatorio. Esto constituyó en principio una ventaja, pues tenía su ejército organizado, y además su servicio era gratuito. Los otros países: Argentina, Brasil, y Uruguay, debían partir de sus ejércitos de línea, formados por voluntarios y/o enganchados, a sueldo, o bien la guardia nacional también a sueldo. De ahí su carácter de “mercenarios”. La paga para el soldado raso en el ejército argentino era de 6 pesos por mes, casi siempre percibidos con mucho,…, mucho atraso. Existen testimonios irrefutables al respecto. Después de la batalla de Yatay y la rendición de Uruguayana (1865), el ejército argentino incorporó a 1.030 voluntarios paraguayos, de los cuales unos 300 fueron destinados a la frontera sur, donde su rastro se pierde. De los restantes, muchos desertaron y se reintegraron al ejército paraguayo, aunque otros continuaron en el ejército argentino. En los sumarios labrados en el cuartel paraguayo en Paso de la Patria (fines de 1965, principios de 1866), estos soldados reincorporados informaron que se les pagaba idéntico sueldo que a los argentinos y también con mucho atraso (Doratioto, op.cit., pág. 176).

    6) La batalla de Curupaytí merece un tratamiento especial.

    Ludoviko

  7. #47
    Forero inexperto
    Fecha de ingreso
    24 nov, 10
    Mensajes
    77

    Predeterminado Respuesta: Pronóstico demasiado optimista de Mitre.

    Cita Iniciado por PHILIPPEMOR Ver mensaje
    Mitre había hecho un pronóstico demasiado optimista sobre la guerra: "En 24 horas en los cuarteles, en 15 días en campaña, en 3 meses en la Asunción".

    EL AUTOR ES FELIPE PIGNA, HISTORIADOR ARGENTINO...
    En efecto, el pronóstico de Mitre fue demasiado optimista. Sin duda obedeció a la intención de responder al entusiasmo de la multitud reunida ante su domicilio al conocerse la toma de la ciudad de Corrientes por los paraguayos. Implicó a todas luces uina "metida de pata".
    Pero a la vez, denota que Mitre no tenía mucha idea ni de las dificultades de la guerra en ciernes, ni de las características del pueblo paraguayo. Por ende, también milita en contra de la presunta conspiración internacional en contra del Paraguay, y de la preparación previa Argentina para someter a ese país.

    Ludoviko

  8. #48
    Forero inexperto
    Fecha de ingreso
    24 nov, 10
    Mensajes
    77

    Predeterminado Respuesta: La batalla de Curupaytí.

    Cita Iniciado por PHILIPPEMOR Ver mensaje
    La guerra era para los paraguayos una causa nacional. Todo el pueblo participaba activamente de una guerra defensiva. Los soldados de la Triple Alianza peleaban por plata o por obligación. Esto llevó a los paraguayos a concretar verdaderas hazañas militares, como el triunfo de Curupaytí, donde contando con un armamento claramente inferior, tuvieron sólo 50 muertos frente a los 9.000 de los aliados, entre ellos Dominguito, el hijo de Domingo Faustino Sarmiento.

    EL AUTOR ES FELIPE PIGNA, HISTORIADOR ARGENTINO...
    La batalla de Curupaytí ha sido objeto de minuciosos estudios, desde contemporáneos de la guerra a posteriores, tanto paraguayos, brasileños, argentinos y de otros países. Constituyó la más grave derrota de los aliados a lo largo de toda la guerra. Se ha discutido profusamente, y probablemente se continuará en el futuro, la responsabilidad e importancia de las pérdidas ocasionadas.

    En el contexto internacional, comprendió uno de los primeros ejemplos de la llamada “guerra de posiciones”: amplias extensiones de trincheras, fuertemente armadas, en posiciones convenientes. Ejemplos anteriores fueron la batalla de Balaclava con la famosa carga de la Brigada Ligera durante la Guerra de Crimea, o la defensa de Richmond por el ejército confederado durante la última etapa de la Guerra de Secesión. La etapa de la “guerra de posiciones” dominó las tácticas bélicas hasta la 2da. Guerra Mundial.
    Conviene ubicarse en la situación concreta. En septiembre de 1866, los aliados habían invadido el sector meridional del Paraguay, zona de confluencia entre los ríos Paraguay y Paraná. Enfrentaban un elaborado sistema de fortificaciones paraguayas, entre Itapirú y Timbó, con centro de gravedad en Humaitá, conocido como “el Cuadrilátero”. En ese sector de unos 50 km. de extensión, se estancó la Guerra de la Triple Alianza durante más de 2 años.

    El ejército aliado se componía de unos 40.000 hombres, bien equipados, y más el apoyo de la escuadra brasileña, la más moderna y poderosa del subcontinente. Frente a ellos se emplazaba el ejército paraguayo de unos 20.000 hombres. Ya no era el ejército del principio de la guerra: tras las tremendas pérdidas sufridas hasta entonces, comprendía una alta proporción de reclutas demasiado jóvenes o demasiado viejos, y esclavos recientemente manumitidos, de gran espíritu de lucha, pero de bajo nivel de instrucción, y armamento muy inferior en muchos casos obsoletos: fusiles de chispa, cañones de ánima lisa, coheteras congreve (invento inglés).

    La defensa de Curupaytí fue encomendada al general José Eduvigis Díaz, al frente de 5.000 hombres con 49 cañones. La preparación de las trincheras comenzó el 3 de septiembre. Los paraguayos trabajaron de noche, en el mayor de los silencios debido a la proximidad de los aliados. Los trabajos fueron supervisados por el ingeniero inglés George Thompson, al servicio de los paraguayos.

    El día 12 de septiembre, a pedido del Mariscal López, se entrevistaron éste con el jefe del ejército aliado General Bartolomé Mitre. Participó fugazmente el jefe uruguayo General Venancio Flores, quien se retiró disgustado al ser culpado por López de haber sido causa de la guerral. El jefe brasileño, Mariscal Polidoro se abstuvo de participar, por delegar su representación en el general Mitre. La entrevista fue un fracaso, pues López no aceptó las condiciones impuestas por los aliados según el Tratado de la Triple Alianza, y Mitre recibió y trasmitió a los aliados la propuesta de López, también de términos inaceptables para éstos. Se especula con que esta entrevista haya sido en realidad una maniobra dilatoria para posibilitar el progreso de los trabajos de defensa, ya que era evidente que el siguiente objetivo aliado sería ese reducto.

    El plan aliado consistía en un ataque previo de la escuadra brasilera que debía destruir, o inutilizar la artillería paraguaya, y crear cráteres aptos para facilitar la protección de los atacantes. Una vez completada esa fase, comenzaría el avance frontal de la infantería aliada, dirigido a tomar las trincheras y parapetos. Estaba previsto también un movimiento envolvente de un cuerpo de caballería brasileño de 3.000 hombres, que debía atacar la izquierda paraguaya a fin de practicar un reconocimiento de fuerza, y eventualmente un ataque que distrajera o aliviara la presión defensiva sobre el ataque frontal principal.

    La operación había sido fijada para el 17 de septiembre, pero debió suspenderse a causa del mal tiempo que persistió hasta el 20. El terreno de suyo anegadizo quedó convertido en un lodazal.

    Finalmente, el día 22 de septiembre se concretó el ataque. El cañoneo de la escuadra duró unas 2 horas y fue totalmente ineficaz, pues apenas logró inutilizar un cañón. Es probable que esta ineficacia se debiera a la falta de conocimiento del terreno, de suerte que la escuadra cañoneaba a tientas, muy por encima del objetivo que estaba emplazado a una altura de 9 metros sobre el nivel del río. El jefe de la escuadra, el Vicealmirante Tamandaré, era veterano y no conocía acabadamente las posibilidades de la moderna tecnología de su escuadra; desconfiaba de los argentinos desde la época de la guerra argentino-brasileña de 1825-1828, y sospechaba que éstos pretendían destruir la flota. Esta fue la razón principal de su persistente inactividad y del desaprovechamiento del potencial naval, mientras las fuerzas de la alianza estuvieron bajo el mando de Mitre.

    Tras el bombardeo, se pasó al ataque terrestre. Las defensas estaban prácticamente intactas y resistieron todas las oleadas de avances aliados. El reconocimiento de flanco no se concretó.

    Las pérdidas paraguayas fueron menores a 100 entre muertos y heridos. Subsiste la polémica acerca de las bajas inferidas a los aliados. Las estimaciones más fiables las sitúan entre 4.000 y 9.000 entre muertos y heridos, fundamentalmente brasileños y argentinos. El historiador argentino José María Rosa, ferviente anti-mitrista, eleva las pérdidas hasta 10.000 hombres, pero esta cifra parece exagerada. Aparte culpa a Mitre de no haber realizado exploraciones previas del terreno, pero eso no se ajusta a la verdad, pues realizó incluso dos reconocimientos personales. Su error pudo deberse a los cambios en la profundidad y consistencia de los bañados producidos por las recientes lluvias. Además, Mitre presenció el desarrollo de las acciones a tiro de cañón de las defensas paraguayas al punto de que su caballo fue herido por una esquirla y debió cambiarlo (Doratioto, op.cit. 233). Teniendo en cuenta que la fuerza de ataque fue de unos 20.000 hombres, las bajas fueron sumamente significativas.

    Debe tenerse en cuenta, que aparte de las pérdidas de tropas, cayeron muchos cuadros de oficiales y jefes, lo cual redundó en la necesidad de reconstituir las unidades.

    Doratioto (pág. 235), citando al Tte. Cnel. Ing. George Thompson, dice:

    Cuando terminó la batalla, de las trincheras de Curupaytí salió un batallón para re***** las armas y despojos que habían dejado los aliados en el terreno, así como también para apresar a los heridos. Los soldados paraguayos les preguntaban a los argentinos y brasileños heridos si podían caminar, y mataban a quienes respondían en forma negativa. Eran pocos los que conseguían caminar, pues de lo contrario hubieran retrocedido para encontrarse con sus compañeros; de esta forma, apenas hubo “una media docena” de prisioneros. Los soldados del batallón paraguayo volvieron a la trinchera vestidos con los uniformes argentinos, con relojes de los muertos y con libras esterlinas, pues hacía poco que los aliados habían recibido el sueldo. Posteriormente, esas libras fueron “compradas” por Elisa Lynch con papel moneda paraguayo. Varios batallones paraguayos se vistieron con los uniformes de los aliados muertos y se armaron con los 3 mil fusiles capturados. Los entrecomillados son del original; las negritas son mías.

    Desde luego, con esos datos, muchos de los heridos habrán sido considerados como fallecidos en combate y deben haber incrementado sensiblemente la cantidad de bajas fatales.

    A partir de esta derrota aliada, la guerra ingresó en un impasse, que se extendió hasta junio de 1867.

    Ludoviko

  9. #49
    Forero inexperto
    Fecha de ingreso
    24 nov, 10
    Mensajes
    77

    Predeterminado Respuesta: La batalla del Pozo de Vargas.

    Cita Iniciado por PHILIPPEMOR Ver mensaje
    La impopularidad de la Guerra de la Triple Alianza, sumada a los tradicionales conflictos generados por la hegemonía porteña, provocó levantamientos en Mendoza, San Juan, La Rioja y San Luis.

    El caudillo catamarqueño Felipe Varela lanzó una proclama llamando a la rebelión y a no participar en una guerra fratricida diciendo: "Ser porteño es ser ciudadano exclusivista y ser provinciano es ser mendigo sin patria, sin libertad, sin derechos. Esta es la política del gobierno de Mitre. Soldados Federales, nuestro programa es la práctica estricta de la Constitución jurada, el orden común, la amistad con el Paraguay y la unión con las demás repúblicas americanas".

    A pesar de contar con un importante apoyo popular, Varela fue derrotado por las fuerzas nacionales en 1867. Como decía la zamba de Vargas, nada podían hacer las lanzas contra los modernos fusiles de Buenos Aires.

    EL AUTOR ES FELIPE PIGNA, HISTORIADOR ARGENTINO...
    [SIZE=3] [/SIZE]

    Los levantamientos citados se produjeron a fines de 1866, y tuvieron su momento álgido en abril de 1867. Se conocieron como la revolución de los colorados.

    El primer levantamiento ocurrió en la cárcel de la ciudad de Mendoza el 9 de noviembre de 1866. Fue protagonizado por gendarmes más 280 hombres reclutados para el frente de la guerra del Paraguay. Recuérdese que menos de 2 meses antes, había sucedido la derrota de los aliados en Curupaytí. Al amotinarse, liberaron a algunos presos entre quienes se encontraba un destacado político federal puntano (es decir: originario de la Provincia de San Luis): el Coronel Carlos Juan Rodríguez. Éste se hizo cargo de la dirección del movimiento. A fin de evitar la intervención del gobierno nacional, intentó en un principio reducir sus alcances a la esfera local, o sea: contra el gobierno de la Provincia de Mendoza a cargo Melitón Arroyo, a quien se achacaba su elección por medios fraudulentos. Esta motivación fue admitida unos meses más tarde por el propio General Mitre al Vicepresidente Marcos Paz, cuando comentó que a las conmociones del interior han “…contribuido no poco los malos Gobiernos locales, que como en Mendoza habían llegado a anular el sistema representativo, aboliendo la elección y dando así mayor asidero a la anarquía, proclamando el desorden desde lo alto del Gobierno.” (ver: Ruiz Moreno I.J.: Campañas Militares Argentinas; Tomo 4, pág. 187). Esto no quiere decir que Mitre fuera un dechado de respeto a la voluntad popular, pero al menos lo dijo.

    Esta disconformidad por razones locales, y la resistencia a luchar en el Paraguay, pronto se conjugó con el recuerdo de la violenta represión del interior, más la muerte del Chacho Peñaloza, ocurrida apenas 3 años antes. Así pues, a poco andar, la situación se fue de madre, y la sublevación se extendió hasta la Provincia de San Luis.

    Paralelamente, en diciembre de 1866, ingresó el Coronel Felipe Varela, desde Chile, con una columna de 150 hombres, la mitad de ellos chilenos. Operó desde el noroeste de San Juan, oeste de la Rioja y Catamarca. Pronto llegó a reunir un ejército de unos 5.000 hombres.
    Ambos focos rebeldes, sin embargo, nunca llegaron a organizar un plan coordinado, ni a definir objetivos claros. Operaron independientemente.

    Mitre dejó el mando del ejército aliado en el Paraguay y regresó al país en febrero de 1867, con tropas retiradas el frente. La reacción del gobierno nacional ocurrió en dos (2) frentes: en San Luis, con las tropas retiradas del frente bajo el mando del General Paunero, y en Santiago del Estero, Tucumán y Catamarca, con fuerzas bajo el mando del caudillo mitrista el santiagueño Antonino Taboada.

    El 1 de abril de 1867, los federales provenientes de Mendoza, bajo el mando del General Felipe Saá, se enfrentaron a la división del Coronel Arredondo en San Ignacio, cerca de la ciudad de San Luis. Los federales eran unos 3.500 hombres, de ellos 2.500 jinetes, con 10 cañones; o sea: un ejército en regla y no una montonera. Los nacionales eran unos 1.600 hombres, de caballería, infantería y dos (2) piezas de artillería. El encuentro fue muy reñido, y los federales estuvieron a punto de vencer. La decisión recayó en una carga a la bayoneta dirigida por el Teniente Coronel Luis María Campos, que causó el desbande de los federales. Con esta batalla concluyó la insurrección en Cuyo (Mendoza, San Luis y San Juan). Los federales huyeron y se refugiaron en Chile.

    En el otro frente, los nacionales de Taboada tomaron la ciudad de La Rioja y la sometieron a saqueo. Varela se encontraba en Catamarca, al norte. Al conocer la presencia de Taboada en La Rioja resolvió enfrentarlo. Esta medida fue un grave error, ya que debió emprender una larga marcha carente de la mínima provisión de agua. Los nacionales conocían esa situación y la aprovecharon. Se fortificaron a la entrada de la ciudad, en el lugar conocido como Pozo de Vargas, única fuente de agua de la zona.
    El ejército de Varela consistía de unos 4.000 hombres, fundamentalmente de caballería, 4 batallones de infantería y 2 cañones de pequeño calibre. Según un testigo del ejército nacional: “No es una montonera sino un verdadero Ejército de las tres armas, perfectamente armado, equipado y organizado. Su armamento de caballería e infantería es excelente: muchos de los fusiles son rayados, y creo que alguna parte de su infantería pertenece a los cuerpos de línea de Chile.” Existen discrepancias sobre el número de chilenos integrantes del ejército de Varela; éstos fueron no menos de 40, y estaban bajo el mando del Coronel chileno Estanislao Medina. Pero la verdadera debilidad de los federales fue la sed. Su caballada estaba debilitada por ella y por la extensa marcha previa.

    La batalla se concretó el 9 de abril de 1867, apenas 8 días después de la de San Ignacio.

    Los nacionales contaban con unos 1.600 infantes y 800 jinetes. La infantería se atrincheró delante del pozo de agua.

    La caballería federal llegó a realizar múltiples ataques, destrozó a la caballería nacional, pero no pudo romper el cuadro de la infantería. En un determinado momento tomó el parque y hasta la tienda del jefe nacional. Finalmente, los jinetes federales entraron en la ciudad, y allí se desbandaron en la búsqueda de agua, y algunos hasta se emborracharon.

    Las pérdidas federales resultaron en unas 1000 bajas, más otro millar de prisioneros. Felipe Varela se retiró apenas con 180 hombres. Los nacionales perdieron unos 200 hombres, pero quedaron tan maltrechos que no pudieron perseguirlo. Es curioso, pero en cierto modo la batalla del Pozo de Vargas se asemeja a Curupaytí, con un ejército inferior firmemente atrincherado en espera de otro más numeroso y obligado a atacar de frente.

    Se discute por qué Varela intentó tomar la ciudad de La Rioja. Quizás trataba de unirse con el otro grupo revolucionario que acababa de ser derrotado en San Ignacio, aunque él lo desconocía. Su mejor opción habría sido consolidarse en Catamarca, y extenderse a Salta y Jujuy. De hecho ambas provincias se sublevaron después de la batalla del Pozo de Vargas. Felipe Varela pudo resistir hasta 1869 en esas provincias, pero nunca pudo reorganizar un ejército como el derrotado en Pozo de Vargas. Incluso llegó a tomar fugazmente a La Rioja, Salta y San Salvador de Jujuy. Además, Bolivia bajo la conducción del General Manuel Mariano Melgarejo, amagaba con atacar a la República Argentina en apoyo del Paraguay y de los federales, lo cual en definitiva no ocurrió.

    Finalmente, Varela terminó asilado en Chile, donde murió de tisis en junio de 1870.

    En otra intervención trataré el tema de la zamba de Vargas.

    Ludoviko

  10. #50
    Forero inexperto
    Fecha de ingreso
    24 nov, 10
    Mensajes
    77

    Predeterminado Respuesta: La Zamba de Vargas: lanzas contra fusiles.

    Cita Iniciado por PHILIPPEMOR Ver mensaje
    A pesar de contar con un importante apoyo popular, Varela fue derrotado por las fuerzas nacionales en 1867. Como decía la zamba de Vargas, nada podían hacer las lanzas contra los modernos fusiles de Buenos Aires.

    EL AUTOR ES FELIPE PIGNA, HISTORIADOR ARGENTINO...
    Este comentario se basa en Wikipedia, artículos “Zamba de Vargas”, “Andrés Chazarreta” y “Juan Alfonso Carrizo”.

    La primera mención documentada de la llamada Zamba de Vargas, es del 10 de abril de 1906, es decir: casi exactamente 39 años después de la batalla del Pozo de Vargas (9 de abril de 1867), en un artículo periodístico de un veterano de la misma, el ex capitán de las fuerzas de Taboada (mitristas), Ambrosio Salvatierra. En esa mención se dice que cuando las fuerzas santiagueñas estaban a punto de ser vencidas, su jefe el general Taboada ordenó a la banda de música tocar la zamba, y a sus acordes los santiagueños reaccionaron y lograron la victoria sobre los riojanos de Felipe Varela (federales).

    La primera versión melódica se debe al folklorista y compilador Andrés Chazarreta, santiagueño (1876-1960), quien adujo su origen en el cantar de su abuela. En la batalla del Pozo de Vargas, participó también entre las fuerzas taboadistas un tío de Andrés Chazarreta, Manuel Antonio Chazarreta, quien tras esa batalla partió a luchar en la frontera del sur y no regresó. Este tío habría trasmitido las coplas a su madre, abuela del floklorista. Según el hijo del folklorista, Agustín, su padre le relató su vivencia infantil de este modo:
    -Cuénteme mama una vez más..., cuénteme lo que sabían recordar mi tío Manuel Antonio, don Ambrosio Salvatierra, el Negro Chagaray y los otros.
    -Carne de gallina se me hace el cuerpo cuando me imagino aquel mediodía en el Pozo de Vargas. El General Taboada desesperado veía perder la batalla. Muchos eran los chilenos de Varela y poca la gente de su tropa. La Virgen de la Montonera lo tiene que haber iluminado. "¡La banda,...la banda!", dicen que gritó como enloquecido. "¡Que el piquete de Brizuela toque la zamba!". Así sabía contar tu tío....
    Y la voz de la anciana se quebró y sus ojos secos se mojaron con el recuerdo de Manuel Antonio –el hijo ingrato- joven guerrero del Pozo de Vargas, que al volver de la batalla se enganchó en las tropas del sur y nunca más se supo de él.
    -Tome otro mate mama y perdóneme, yo tengo la culpa.
    -No hijo, me gusta complacerte y me gusta recordar. Dicen que cuando nuestros soldados oyeron la zamba, hicieron coro, y fusil en mano atacaron con más bríos, ganando la batalla.
    -¿Ese fue mama, el bautismo de la zamba?
    -¡"La Zamba de Vargas", hijo!, allí fue bautizada en el campo de batalla.
    Y canturreó una copla:
    Batallón de Varela,
    Pozo de Vargas
    La despedida es corta, mi vida,
    La ausencia es larga.
    Existe otra versión derivada de las investigaciones del investigador catamarqueño Juan Alfonso Carrizo (1895-1957). Éste recopiló múltiples coplas populares del noroeste argentino. Entre ellas recuperó tres coplas anónimas, que fueron identificadas por otro folklorista, Bartolomé Peralta Luna (s/d), como pertenecientes a la versión riojana, favorable a Varela. A este último autor, se debe un recitado que suele acompañar la ejecución de la zamba:
    Cuentan de los santiagueños,
    que al verse ya derrotados,
    su jefe mandó a tocar
    la zamba para animarlos.
    Y cuando vibrar oyeron
    la música de sus pagos
    volvieron cara, venciendo
    al ejército invasor.
    El tema es muy interesante y merecería todo un tema por sí mismo. Sucintamente, puede decirse:
    a. Ambas versiones contienen elementos claramente legendarios y míticos. Así se evoca que al escuchar la zamba, los combatientes santiagueños se pusieron a cantar, bailar abrazados a sus fusiles, y mientras tanto, volvían caras y derrotaban a los riojanos.
    b. Se señala que los riojanos (federales) eran invasores, cuando en realidad era al revés.
    c. Contienen coplas amorosas mezcladas.
    d. Se menciona como jefe santiagueño a Manuel Taboada, quien era jefe de uno de los batallones. El verdadero jefe era su hermano Antonino Taboada.
    e. Se cita la participación de Wenceslao Paunero, quien no intervino. En realidad se hallaba a cerca de 1.000 km de distancia.
    f. Los musicólogos argentinos contemporáneos estiman mayoritariamente que la zamba como género musical aún no había surgido, por la época de la batalla. La zamba como género, deriva de la zamacueca de origen afro-peruano, y de allí habría pasado a Chile como cueca.
    g. Algunos escritores revisionistas especulan que los chilenos que acompañaban a Varela pudieron traer ese ritmo. De hecho la versión riojana posee ritmo de cueca.
    h. Es posible que ambas versiones, santiagueña y riojana se hayan influido recíprocamente, y hasta que existan préstamos e intercambios de una a otra.
    i. Lo concreto es que ambos ejércitos contaban con bandas de música.
    j. Lo cierto es que la “Zamba de Vargas” es la más antigua que se conoce, y se la llama “madre de todas las zambas”.
    k. No he encontrado la versión que alude a “lanzas contra fusiles”, que alude supuestamente la glosa de Pigna.

    Desde mi punto de vista, la “Zamba de Vargas” en sus diversas variantes, indica la preponderancia de los caudillos, más que los valores en juego para cada bando. Eso lo adelanté en una de mis intervenciones previas.

    Ludoviko

Página 5 de 6 PrimerPrimer ... 3456 ÚltimoÚltimo

Temas similares

  1. Los niños ante el espectro de la guerra
    Por cafe20 en el foro Infancia
    Respuestas: 3
    Último mensaje: 24/05/2006, 09:35
  2. La Guerra no traera la Paz
    Por Gigabyte en el foro Foro Militar
    Respuestas: 9
    Último mensaje: 04/05/2006, 13:43
  3. necesito ayuda
    Por tacoremi en el foro Tesis y Tareas
    Respuestas: 1
    Último mensaje: 15/08/2004, 17:18
  4. lo que quiere verdaderamente el tio sam
    Por Rod_Man_Mx en el foro Tesis y Tareas
    Respuestas: 3
    Último mensaje: 30/01/2004, 16:00
  5. Contra la Guerra
    Por Frs en el foro De todo un poco
    Respuestas: 14
    Último mensaje: 22/02/2003, 13:57

Permisos de publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •