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Brasil, la Argentina y el nuevo gobierno uruguayo firmaron en mayo de 1865 el Tratado de la Triple Alianza, en el que se fijaban los objetivos de la guerra y las condiciones de rendición que se le impondrían al Paraguay.

Por el tratado de la Triple Alianza, se establecía que los aliados respetarían la integridad territorial del Paraguay. Terminada la guerra, los ministros diplomáticos de los tres países se reunieron en Buenos Aires. El ministro de Relaciones Exteriores de Sarmiento, Mariano Varela expresó: "La victoria no da a las naciones aliadas derecho para que declaren, entre sí, como límites suyos los que el tratado determina. Esos límites deben ser discutidos con el gobierno que exista en el Paraguay y su fijación será hecha en los tratados que se celebren, después de exhibidos, por las partes contratantes, los títulos en que cada una apoya sus derechos".

EL AUTOR ES FELIPE PIGNA, HISTORIADOR ARGENTINO...
Debe partirse de la tradicional desconfianza imperante entre el Brasil y la Argentina ya desde la época colonial. Esta desconfianza degeneró en guerra abierta por la cuestión de la República Oriental del Uruguay, entre 1825 y 1828. En esa guerra, el ejército argentino y uruguayo, logró importantes victorias terrestres. Pero en el mar la ventaja quedó para el Imperio, pues contaba con una flota mucho más poderosa que la argentina. En definitiva, la guerra terminó en un virtual empate, pues la flota brasileña bloqueó el Río de la Plata y asfixió a la Argentina. Además, los argentinos se dividieron en primero en una guerra civil intermitente entre federales y unitarios. Esto obligó a ambos países a concertar la paz, y admitir la independencia del Uruguay, de cual ambos se convirtieron en garantes.

Sin embargo, allí apenas había empezado el problema. Siguió un período de más de treinta años en que Brasil y Argentina, o sectores políticos de ambos países se involucraron en los conflictos internos de la zona. Ej.: Guerra de los Farrapos; Guerra Grande del Uruguay; Intervenciones Francesa y Anglo-Francesa en el Paraná; guerras civiles argentinas.

Para la diplomacia brasileña el problema más importante era evitar la consolidación y crecimiento de la República Argentina. La situación de las relaciones con el Paraguay era un problema secundario.

Para algunos sectores argentinos, el Paraguay era una provincia argentina que se había separado ilegalmente. El más conspicuo de los dirigentes argentinos que mantuvo esa tesitura fue Juan Manuel de Rosas. Otro cuya posición iba en ese sentido fue Domingo Faustino Sarmiento, quien en su etapa de periodista en Chile en 1844, defendió la unidad de la Argentina, Uruguay y Paraguay, y sugería como capital a la isla de Martín García. En la época del inicio de la Guerra de la Triple Alianza, aún existían sectores políticos importantes favorables a la integración de ambas naciones menores a la Argentina. Puede imaginarse la importancia política y económica que habría llegado a ganar semejante bloque en el Sur de América.

Es decir: la preocupación del Brasil era evitar la absorción del Paraguay por la Argentina.

He examinado el texto del Tratado de la Triple Alianza en su versión de Wikisource, y no he advertido nada de vergonzoso. La parte inicial establece las características de las operaciones militares a iniciarse, la dirección, los abastecimientos, etc.; la declaración de que la guerra se realizaba contra el gobierno y no contra el pueblo del Paraguay; el respeto de la independencia, soberanía e integridad territorial del Paraguay; la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay para los buques mercantes o de guerra de los aliados; la delimitación de las fronteras pretendidas por los aliados mayores; la obligación de los aliados de no establecer la paz por separado; de la mutua asistencia de los aliados en sus negociaciones; y de las indemnizaciones a exigir al Paraguay. Preveía el mantenimiento de la condición secreta de todas las secciones del tratado que no requirieran ratificación por los poderes legislativos de los respectivos países aliados. Estuvo fechado el 1 de mayo de 1865.

Las características del Tratado están dentro de los usos y costumbres de la época. Incluso son similares a las alianzas de las naciones vencedoras en la 1ra. y 2da. Guerras Mundiales. Para la República Argentina, tal vez el aspecto más controversial podría ser la pretensión sobre la totalidad del Chaco.
De inmediato se creyó necesario incorporar un protocolo adicional que imponía expresamente la demolición de la fortaleza de Humaitá y la prohibición de erigir otras similares, a los fines de permitir la libre navegación del río Paraguay por los buques aliados; así como el modo de distribución del botín de guerra entre los países signatarios. Este anexo implica a mi juicio, una muestra del apuro con que fue confeccionado el tratado, ya que apunta a circunstancias si se quiere accesorias.

La discusión del tratado en el parlamento brasileño provocó serias críticas de la oposición conservadora, radicalmente anti-argentina. Se objetó que de entregarse a l Argentina todo el Chaco, nuestro país obtendría dos (2) extensas zonas limítrofes con Brasil: por el sur y el oeste, a Corrientes y Misiones, y por el sur y oeste el Chaco. Esos límites coincidían con dos (2) áreas muy sensibles del Imperio: Santa Catarina, y el Mato Grosso. Ello motivó la adición de una cláusula reversal al tratado, que no figura en el texto del mismo, y que establecía que el derecho argentino a la posesión del Chaco, estaría limitado al eventual derecho sobre el mismo de un tercer país, en este caso Bolivia. De esta manera relativizó de un plumazo toda la posible pretensión territorial argentina.

A comienzos de enero de 1869, los aliados tomaron Asunción. A los pocos meses instauraron un Triunvirato formado por paraguayos adictos. En ese momento, había asumido como presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento; éste era liberal, pero de tendencia anti-brasileña, al contrario de su predecesor Mitre. Los brasileños temían que el propósito de Sarmiento fuera la absorción lisa y llana del Paraguay por Argentina, de modo que maniobraron a fin de colocar en puestos clave del gobierno provisorio a paraguayos afines; incluso con el tiempo apelaron a ex partidarios de Francisco Solano López. Además, las insurrecciones del interior argentino, habían obligado al retiro de la mayor parte de las fuerzas argentinas, de modo que el peso de las operaciones recaía sobre el ejército brasileño, bajo el mando supremo del Marqués de Caxias.

Por su lado Sarmiento creía que la intención brasileña era la absorción del Paraguay, o bien la delimitación unilateral de sus fronteras. De ahí la célebre definición del canciller argentino Mariano Varela de que “la victoria no da derecho”. Esto fue interpretado por el Brasil para declarar la caducidad del Tratado de la Triple Alianza, y de ahí procedió a tratar por su cuenta con el gobierno provisorio y a anexionar el sector sur del Mato Grosso que pretendía.

Argentina había quedado en posesión de la Villa Occidental, sobre la rivera derecha del Paraguay, y al norte del Pilcomayo. Esto le daba un cierto derecho al Chaco Boreal. Pero encerrado por la propia declaración de Varela (el pez por la boca muere), en una condición bélica muy debilitada, con el Paraguay ocupado militarmente por Brasil, con la isla del Cerrito situada en la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná también en poder del Brasil, y con la escuadra brasileña desplegada en los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay, la Argentina no pudo hacer valer su pretensión al Chaco Boreal. Brasil alentó y respaldó al gobierno provisorio paraguayo para que arribara a un laudo arbitral sobre el Chaco Boreal. Este laudo estuvo a cargo del presidente norteamericano Rutherford B. Hayes, quien a fines de 1878, concedió al Paraguay el Chaco Boreal. Argentina debió evacuar la Villa Occidental, que pasó al Paraguay, renombrada como Villa Hayes.

Brasil cumplió su propósito de establecer un estado tapón que impidiera el excesivo engrandecimiento argentino.

En conclusión, el Tratado de la Triple Alianza fundado en las recíprocas desconfianzas de los aliados, permitió la subsistencia independiente del Paraguay.

Ludoviko