Adorar a Dios no implica no trabajar; al contrario, implica trabajar mejor sabiendo que contamos con la bendición de Dios en todo cuanto hacemos.
Los verdaderos adoradores buscan a Dios y sus Palabras , y se mueven en obediencia a ella. Todo el que se mueve en obediencia a la Palabra de Dios obtiene la bendición y el favor de Dios en todo cuanto emprende.
El trabajo no es una maldición, sino una bendición; Dios puso al hombre en Edén para que trabajase y labrase el Huerto de Dios. El trabajo es una tarea que cuando se realiza para Dios produce una gran satisfacción.
La adoración a Dios quedó establecida en el llamado Día de Reposo , pensado para ser un día de regocijo y de alabanza y gratitud a Dios quien nos da todas las cosas para que las disfrutemos.
En Edén no había tal cosa como la enfermedad, y el hombre no conocía tal cosa como la muerte; y el hombre no tenía necesidad de vestido de ningún tipo. Y es ahí precisamente a donde el evangelio de Cristo quiere volver a llevarnos cuando los cielos nuevos y la tierra nueva hagan su aparición y ocupen el lugar y el espacio que ahora ocupan los actuales .
Los hombres entonces no tendrán necesidad de nada; no habrá llanto ni dolor y el gemido y la tristeza huirán.
El hombre no tendrá ya más necesidad de la luz del Sol, ni de su calor, porque estará bajo la Luz y el resplandor de la Gloria de Dios.
Así que el hombre actual debería prepararse para alcanzar la limpieza de sus pecados e inmundicias que Dios ofrece por medio de la Sangre de su Hijo Santo, y debería a lo menos reservar un día para reunirse con los que de corazón limpio invocan a Dios y le adoran y le dan gracias y se presntan ante él para que la Sangre de su Hijo les rocíe y les limpie de sus pecados , y les dé libre acceso al Trono de Gloria para alcanzar el favor de Dios y ser guardados y preservados para cuando el gran dia del juicio venidero llegue sobre todos los moradores de ésta presente y actual tierra.
Si alguno no quiere sufrir y padecer la sequía, debe venir a la Presencia del Señor para ser rociado y empapado en el Espíritu con la Sangre del Cordero Celestial . ( Hechos 2 ). Es necesario pues, reunirse unánimes juntos. Es lo mejor.
PUNZÓN
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