No sorprende para nada. Como bien sabemos, Dios existe sólo en la imaginación, en la mente de las personas, y si ellas no hablan de Él ni siquiera hablaríamos del tema.
El error está en creer que gracias a Dios esos mineros fueron salvados puesto que si seguimos la filosofía de Él tendríamos que dedicarnos a predicar su evangelio, nada de capacitarnos y buscar soluciones a nuestros problemas (enfermedades, por ejemplo), ya que es Él quien nos proveerá de todo lo que necesitamos. Pero gracias a no hacerle caso podemos hoy contar con tantas tecnologías, entre las que podemos encontrar las que posibilitaron salvarle la vida a los mineros.
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