Elvis ha tenido la gentileza de situar el problema de Kant en sus antecedentes, y si no quiere hacerse pajas, si quiere ver algo más que lo que no ve y no quedarse a solas viendo siempre lo mismo, busque qué querían ver Newton, Leibniz y Hume. Se lo están diciendo y usted va a lo suyo, que no ve con claridad.
No puede pretender entender a los filósofos sin entender qué pensaban y a qué problema querían dar solución. Su paja consiste básicamente en que no tiene un problema en mente, y la paja apenas pesa. Usted está vacío de mente y no tiene qué pensar. Como no piensa lo que piensan los filósofos, piensa usted por sí mismo; y no piensa nada porque cree que pensar es no tener nada que pensar; usted hace filosofía de palabras. Si en lugar de pensar las palabras que no entiende pensase de qué son palabras todo le parecería más claro. Usted quiere que los filósofos hagan la digestión por usted, pide que le pongan las cosas en claro y se las mastiquen, que sea evidente lo que ha de pensar; no quiere pensar, quiere que otros piensen por usted.
La genética referida por Elvis es cierta, aunque la filosofía moderna puede ser vista sobre todo desde Descartes, que fue quien propuso poner en duda las cosas desde la duda a la que la razón podía dar solución.
El mundo de la razón permite un desdoblamiento simétrico que hace de dos partes una por su igualdad: lo que es y lo que se representa.
El orden de Spinoza, duramente criticado por mí, es: todo tiene un sitio desde el que es parte de un todo. Y Spinoza quiso hacer físico lo que a priori no era físico; la física no es la filosofía primera. Confundía un principio con su identidad final, una formalización de espacio del pensamiento que hacía de todo lo mismo, una falsedad, pues la mente siempre puede probarlo falso pensando cosas distintas y superiores; se piensa a sí.
La lógica de lo afectos spinozista no se podía conocer a priori y por medio de una axiomática porque el tiempo anterior, el que venía condicionado a priori por la mente, no era necesario con el final sino mediante una diversidad de tiempos que se vaciaban de contenido al poner sobre ellos una misma forma; abstraía su objeto próximo y por lo que tenía razón de ser. Si el tiempo es discursivo, el tiempo discurre y no es, por tanto, el mismo sino que es de alguna otra manera un tiempo distinto; no son idénticos. Uno hace muchas cosas distintas que guardan cierta identidad causal con uno, con uno psicológico con el que no se puede hacer de buenas a primeras una síntesis a priori y necesaria con un criterio superior de la razón.
Es con lo que se ha puesto en otro foro a hablar de ciencia del cerebro sin pensar acaso qué validez a priori puede tener esa ciencia. La síntesis de sus hemisferios, con lo que el cuerpo calloso hace unidad, no es idéntico con el tiempo de lo que no es cerebro. Todas las representaciones están un poco desplazadas por un tiempo que rellena la mente con la incertidumbre de una expectativa siempre y a priori incierta; si no, no habría ninguna duda de nada. ¿Cómo habría incertidumbre si todo fuese cierto?
El cerebro tiene cierta coordinación con el mundo externo al cerebro, pero no son el mismo mundo. La parte superior, Emeric, determina la inferior; ponga en claro cada parte, y no se confunda con que parte y todo son lo mismo; para la mente no lo son y es por lo que puede actuar con cierto retraso sobre todo ello. ¿O hay plasticidad cerebral como consecuencia de la certidumbre? Lo he explicado tantas veces en estos foros desde una misma postura de distintos filósofos (Descartes, Kant, Peirce, Husserl, Popper o yo mismo) que hablar de claridad no es más que agarrarse a una falta de crítica para tener una crítica, el clavo ese que sigue sin soltar aunque le esté quemando; no se da cuenta al ser un ingenuo sin peso que carece de crítica y busca hacerla idéntica a lo que no ve.
Desde hace unas días es la característica del ruido que va haceido el foro de filosofía. Ya se lo dije, ¿busca provocar, o tiene algo que decir?. Por lo que yo leo de usted está haciendo comentarios sin interés alguno; debe estar filosóficamente muy aburrido.
La mónada de Leibniz hacía un infinito inteligible, que dos putos cualesquiera podían ser puestos en relación por una razón de la que dependían.
Hume nunca se interesó verdaderamente por Spinoza, muy al contario que Leibniz, y su modelo era Newton. La necesidad racional que Descartes ponía en las cosas a conocer, Hume la redujo a una construcción de la mente engañándose a sí mismo con una falta de necesidad. Lo que Hume hizo relativo a una costumbre Kant lo hizo necesario con la experiencia formal de dicha costumbre. Es lo que Kant se propuso superar: un prejuicio psicologista no a priori con las cosas.
Es un tema de no poca importancia porque la mente era un cúmulo de sentidos para unos, los empíricos, y una diversidad de una misma razón, para los otros.
La razón de la síntesis de Kant era por la que lo empírico era la ordenación de los sentidos de acuerdo con el esquema inteligible a partir del que podía ser pensado; y no sólo pensado sino conocido científicamente.
La diversidad del tiempo era la multiplicidad de un mismo tiempo con muchas subjetividades posibles que terminaban racionalmente en un mismo tiempo. Para que haya muchos tiempos tiene que haber algún tiempo que pueda ser distinto. Lo que Kant hizo es hacer del tiempo algo necesario de acuerdo a una razón estricta.
Por otro lado, esto se puede relativizar subjetivamente por medio de una razón inferior, sujetiva, que se ve superada por una razón superior.
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