Todavía se me nota entre la lluvia
que te quiero demasiado.
Entre las callejas, tan grises de olvido
y en la melancolía que mira de soslayo.
Se me parece esa quietud intrusa
que tienen los astros cercanos.
Soy como la germinación triste
que brota en todas las despedidas.
Se me nota en la monotonía
que acompaña mis premuras,
o cuando puedo amarte con la dulzura
que tiene un pétalo en el prado.
Soy como la luna latente,
igual que el arlequín frecuente
de la travesura de tus brazos.
Se me nota en el rostro calmo
que grita tu nombre en secreto,
en el íntimo silencio
del corazón temblando solitario.
Se me nota mucho que te quiero tanto.
Se ve en la transparencia de mis ojos
tan húmedos de inviernos.
En el deambular casi eterno
que tienen mis besos amargos.
Se nota en la viudez
de mis lágrimas con el destino,
en el delicado toque albino
que tiembla siempre sobre tus manos.
Se me nota que te amo
cuando me abrigo con tu recuerdo,
mientras finjo que te pierdo
pero solo para mis sueños te guardo.
Se me nota mucho, se nota demasiado.
¿Se nota tanto que te amo?
Se me parece esa quietud intrusa
que rocía en los astros cercanos.
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