Uno de los aspectos típicos del cristianismo el andar provocando "guerras" por ahi, ya que parece la única receta para imponer su evangelio, una bonita y duradera guerra de exterminio, que de paso, limpie de la faz de la tierra a los adoradores de demonios extranjeros y asi poder dedicar el sacrificio en masa al dios de los ejércitos, que por una odiosa casualidad puesta por el diablo, tambien es extranjero, por las dudas los testigos de vaya saber quien, prefieren no testificar en las guerras y aducen conflictos de conciencia y de fe para rehuir sus deberes militares, ¡animemonos y vayan!!! deber ser su lema guerrero.
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