Alguna vez creí
rozarla en mi ceguera
en la noche cerrada sin luna
mi búsqueda ya no era.
Quizás ya no me quejo
porque mejor menos que más
la suprema razón de la vida
no quise el sueño vano.
Sin embargo, no doy por terminada
mi actitud de vuelo
buscando lo perdido
por tierra, mar y cielo
No seré de la partida
vanas entregas del alma
cielos encendidos
ya no me duele, la nada.
El sueño lejano
se ha ido
suprema razón de corazones
que se han dado
por vencidos.
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