Quién es y qué confesó Luis Alfredo Garavito Cubillos?
Sí, yo los maté, pido perdón'...
El pasado viernes, el país se sorprendió al conocer, por boca del Fiscal General de la Nación, que un hombre confesó haber matado a 140 menores. ¿Quién es este asesino en serie? Esta es su historia.
De la REDACCIÓN JUDICIAL
La diligencia de indagatoria que había comenzado cinco horas atrás estaba por terminar. Eran cerca de las seis de la mañana del pasado viernes. En la cabina de la Fiscalía de Villavicencio estaba Luis Alfredo Garavito Cubillos frente a un fiscal especial y a un sicólogo. Las pruebas lo señalaban como el responsable de la muerte de no menos de 140 menores en Colombia entre 1992 y el presente año.
Garavito estaba aturdido y pidió la palabra: "Yo les quiero pedir perdón por todo lo que hice y voy a confesar. Sí yo los maté y no solo a esos, maté a otros más".
El sicólogo y el fiscal no le quitaron la mirada y esperaron atentos a lo que les podía contar. El sindicado sacó de su pantalón una vieja y pequeña libreta. Comenzó a escudriñarla. En las pequeñas y arrugadas hojas se destacaban unos números, eran las siglas de algunos años. Debajo de cada uno había varias rayitas, cada una correspondía a una víctima. Eran 140 rayitas.
]El hombre, que parecía normal, contó lo que había hecho y empezó por recordar quién era...
Hace 42 años, el 25 de enero de 1957, nació en la población quindiana de Génova. Hijo de Manuel Antonio y Rosa Delia. El mayor de siete hermanos; cuatro hombres y tres mujeres. Relató que tenía como profesión vendedor ambulante y vivía de eso. Estudió hasta quinto de primaria en el Instituto Agrícola en el corregimiento de Ceilán, cerca a Tuluá (Valle). Su cédula fue expedida en Trujillo (Valle).
La secretaria del despacho dejó consignado así sus rasgos físicos: mide 1.65 metros, de contextura media, color de piel trigueña, cabello castaño oscuro semiondulado, cejas pobladas, ojos color verde y bigote corriente. Como señal particular, escribió, presenta quemaduras en su brazo izquierdo y parte de la espalda.
Garavito relató en su indagatoria que desde muy pequeño le pegaban y nadie lo quería, además su padre lo maltrataba frecuentemente y no le permitía tener novia. Era una persona rebelde y nunca estuvo de acuerdo con su padre, quien lo echó de la casa en varias ocasiones.
Narró crudamente la manera en que fue violado varias veces por dos hombres diferentes cuando aún era menor de edad. Ellos vivían en la misma población. A los 16 años, después de un fuerte altercado con su padre, sale de su casa. Se dirige hacia Armenia y Pereira.
Consiguió trabajo como ayudante en una caja de compensación y luego en una cadena de almacenes. Recibió algunos estudios sobre mercadeo, pero comienza a tener problemas con los clientes, sus jefes y compañeros de trabajo. Los altercados llegaron hasta los golpes y perdió el empleo.
En 1978, a sus 21 años, tiene señales de alcoholismo y va a parar a una institución sin ánimo de lucro, especializada en este tipo de problemas. Luego acude al Instituto de Seguro Social y obtiene tratamiento sicológico durante cinco años en una clínica en Manizales. Quería suicidarse, presentaba signos altos de depresión.
Aparentemente, tras superar sus problemas, decide dedicarse a las ventas callejeras por todo el país.
Huella de muerte
Con documentos falsos, acude a instituciones religiosas para buscar alguna colaboración. Se presentaba como un servidor de fundaciones al servicio de los ancianos y de la educación infantil. De esta manera, logró llegar hasta algunos colegios.
Ya en los escritorios de la Fiscalía empezaban a reposar denuncias por desapariciones de menores en distintas regiones del país.
Sus recorridos comienzan por el Valle del Cauca. Llegaba a los pueblos, municipios y ciudades, siempre por tierra y utilizando apariencias distintas.
Se disfrazaba de monje, mendigo y discapacitado, o aparecía como un normal vendedor de imágenes del Papa, del Divino Niño y de la Virgen del Carmen.Su huella de la muerte estuvo en 11 departamentos. Visitaba distintos lugares, entre ellos: Soacha, Girardot, Fusagasugá, Ubaté, Bogotá, Tunja, Florencia, Villavicencio, Restrepo, Yopal, Acacías, Granada, San José del Guaviare, Duitama, Sogamoso, Ibagué, Espinal, Neiva, Garzón, Guadalupe, Armenia, Génova, Quimbaya, Calarcá, Pereira, Santa Rosa, Dos Quebradas, La Virginia, Santuario, Chinchiná, Supía, Manizales, Cartago, Tuluá, La Victoria, Sevilla, Trujillo, Río Frío, Roldanillo, Cali, Jamundí, Palmira, Buga, Restrepo, Florida, Caicedonia, Popayán, Santander de Quilichao, Pasto e Ipiales.
Por su relato, la Fiscalía supo entonces que el número de niños desaparecidos y posiblemente muertos podía aumentar. El sicólogo, por un momento interrumpió la narración de Garavito para pedirle que hiciera un dibujo. Le pasó un lápiz y una hoja en blanco para que pintara un niño. Así lo hizo.
Durante su confesión la Fiscalía confirmó toda la información y las pruebas que había recopilado un grupo especial del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía, al iniciar la investigación en todo el territorio nacional desde hace más de 18 meses.
Garavito, a comienzos de 1998, meses antes de su captura, había sido visto en Soacha y en el barrio 20 de Julio, en Bogotá; cojeaba, usaba muletas y pedía limosna. También vendía imágenes religiosas.
En Soacha fue reconocido por sus escándalos públicos en estado de embriaguez. Era altamente agresivo. No tiene hijos. Vivió con dos mujeres, mayores que él, en Pereira. Ellas tenían hijos de otras relaciones. Contaron que, a pesar de ser compañeros, jamás tuvieron relaciones íntimas con Garavito y que él era muy 'cariñoso y especial' con sus hijos. De su familia poco se sabe.pasado 22 de abril, unidades del CTI capturaron a Garavito en Villavicencio. La Fiscalía le inició la investigación por el crimen de un menor en Tunja (Boyacá) y ya lo llamó a juicio. Sin embargo, Garavito -hoy tras las rejas en Villavicencio- confesó al fiscal y al sicólogo su huella en la cadena de muertes de por lo menos 140 menores. Ahora, lo único que pide, mientras espera su condena, es que sea perdonado. "Sí, yo los maté, pero pido perdón".
La paradojica de esta historia es que este miserable esta proximo a salir de nuevo alas calle.
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