Sobre el último santo, no puedo evitar decir que no sería precisamente el patrono del progresismo político. A propósito de sus visiones y hablando en términos religiosos, podríamos decir que cada uno ve el mundo desde sus propios demonios.
Hay un santo, que desde mi punto de vista de lego, independientemente de la importancia reconocida por los estudiosos, me simpatiza (la imagen que tengo de él): Santo Tomás de Aquino. Se dice que podía estar dictando a sus escribanos varios libros a la vez, en simultánea. Lo asocio con el regocijo del intelecto (¿será pecado?) y la estructuración del conocimiento. Más adelante espero escribir algo más, y si alguien ayuda a la obra, bienvenido.
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