Poco a poco, el Hombre con los nuevos descubrimientos, y los que aparecerán, va entendiendo mejor las sagradas escrituras.
En la Biblioteca del Vaticano, hay cientos y cientos de documentos que todavía no han podido ser estudiados. Además, hay que reconocer, que al no vivir en esos tiempos, podemos observarlos muy alejados de su realidad histórica, su vida a vida cotidanea; siempre habrá un margen de error en las apreciaciones que se puedan tener hoy de aquellos tiempos.
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