Que besas las manos que te tocan…
Es tu aliento como suave gota de rocío
que esparce el aroma salubre de las olas inquietas.
Es tu serena calma la me cobija.
Sin lugar a dudas
eres más que una buena compañía.
Te alimentas de suspiros fugaces
haciendo crujir al viento;
le danzas a la noche,
jugueteas con el día.
Susurras melodías y versos,
diseminas paz y armonía.
Te vas pero siempre vuelves…
Navegas por los mares
mitigando penurias.
Vuelas libre como un ave
sólo le perteneces al viento.
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