En una admirable colina
reposa tu alma enardecida
agazapando sueños,
donde me trepo en un rinconcito
para robar una fracción de tu tiempo.
Te quedas en el vacío
mientras respiro de tu silencio
aguardando una o mil letras
que me hablen de ti,
que me hagan imaginar
tu imagen serena
que reposa cadenciosamente
en mi lienzo.
Me basta cerrar los ojos
para volar por las laderas de tus latidos,
contagiarme del derroche de sensibilidad
y naufragar en tu sinfonía
que me estremece al soñar
con una suave caricia.
Si no te veo atrapo tu voz
que me trasporta, me arrulla,
a tu manantial dulce y fresco.
Germinas de la nada
con tu cálida compañía
endulzando mis tardes vacías.
Marcadores