Lejanía que culpastede crimen tan horrendocuando fueron tus manosasesinas de esperanzas,las convictas que asfixiaronlos futuros, las promesas,para luego sofocarlesen mar de pesadumbres.
No te asomes a mis lamentosni inquieras en mis afanes,ya tu rostro es ignotoverdugo de efusiones...
Te olvido cada instante que te evocoy el viento de tu adiós bufa hacia afuera,se lleva el serrín de la pavuraabriendo la ventana que deja libre mis soledades...
y en remolinos de lasitudeleva el rastro de un amor lapidado,tu rastro,tu estela,tu tiempo.
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