Existen personas anticristianas que se alimentan en ofender, en causar dolor, hambre espiritual y física con falsedad o verdad selectiva. Ellos se alimentan de ello porque están vacíos y solo les consuela ver a otros más vacíos aún, por medio del dolor; es envidia. Esa es su psicología y la misma que comparten muchos anticristianos. Es cuestión psicológica; solo les queda seguir depredando para no sentirse vacíos, aún sabiendo que seguirán estándolo y lo estarán más aún.
¿A qué me refiero?
Muchos cristianos sufren de ofensas espirituales de los que se aprovechan de la libertad de expresión para llenar un vacío en ellos, para alimentarse de lo único que los puede hacer sentirse llenos: el dolor ajeno, es como una droga, empiezas bien, pero sabes que sigues mal.
Pero hay una forma de no alimentarlos: simplemente dando la otra mejilla, es decir, siendo fuertes hasta que esa fuerza se haga involuntaria; discutiendo con ellos en humos y alegría, porque ellos no soportan ver alegría en otros, y ellos muy bien saben que es así. No los alimentes con tu ira, ni con tu indignación y mucho menos con tu decepción. Busca la verdad por ti mismo y verás que la verdad está más cerca de tí que de ellos, porque la verdad de ellos está llena de agujeros rellenados con mentiras e inferencias erróneas que a primera instancia nos engañan y nos quitan la comunión y pueden dejarnos incluso vacíos si no estamos alerta.
Y recuerda: Casi todos tenemos un vacío, necesitamos llenarnos en lugar de ser como ellos, que buscan compartir su vacío y tristeza.
Un consejo
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