Quizás el miedo a compartir el espacio la aterrorizó, o la manera como su interlocutor se lo planteó. En fin, casi se muestra agresiva, cuando él empleado le dice que, tendrá que compartir el cubículo con su nuevo compañero. Ella trata de decirle, que el espacio es muy pequeño, pero antes de decir una frase, el otro ya partió a otros lugares, a cumplir quizás, que menesteres oficinescos.
Así ella, se ha quedado medio perpleja, porque mira a su alrededor y ve que tiene razón, el espacio es casi mínimo y no cabrán dos escritorios.
En eso está, cuando un saludo cortés le interrumpe los pensamientos.
¡Hola Buenas tardes! la voz es grave, con un leve acento extranjero. Ella sube la vista y mira. Ahí hay un joven con facciones hermosas y ojos verdes; que la mira esperando su respuesta al saludo. Casi queda tartamuda o patitiesa. Porque este bombón ella no lo esperaba.
Farfulla algo como una contestación Hola! ¿tu eres mi nuevo compañero?.
El asiente con una mirada algo risueña. Ella se turba. El no se da cuenta. Ella le dice ¿ Donde te acomodaras?. Dandole a él la posibilidad de ponerse el otro lado del mismo escritorio.
En eso están, cuando aparece el supervisor. Con sus modales amanerados y vestido a la última moda, con su voz atiplada y sus modales medio antiguos.
El les dice. Chicos no hay espacio ( Ella piensa: ¡Chocolate por la noticia! Entonces ella en un arranque de generosidad dice: ¡Si hay espacio! Solamente hay que sacar algunas cosas del escritorio y él podrá ocupar el lado contrario. Entonces rápidamente saca su plantita, que vive en un frasquito ( es una plantita hidropónica ) que tanto le ha costado mantener viva y que le alegra el escritorio, pero la saca y la pone en la repisa de el lado izquierdo de ella. Saca también los 2 retratos pequeños de sus padres y los guarda en sus cajones y ...
Mira al joven de ojos hermosos y al supervisor con cara de: ¡Ven es fácil, ya hice el espacio! Mientras él se empieza a instalar, y el supervisor hace un gesto de despedida.
Ambos saben, que este es el principio de no sólo compartir el escritorio; saben que compartiran algo mas. Ella sonríe, él también. Y se sumergen en sus respectivas computadoras.
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