Recuerdos del Rudecindo.
En las casaquintas, se estilaba los fines de semana, en que todos los que vivían en Capital Federal, se trasladaban a pasar la canícula a su casa de fin de semana, con amistades o a casa de amigos, parientes, o lo que fuere.
Y tradicionalmente, el asado del Sábado era hecho de una manera peculiar. ¿Por qué?...
Porque existía Rudecindo. Un gaucho de esos que son bien plantados, con todo y ropa ad-hoc. Este se encargaba de hacer asados.
¿ Cómo así ?
Resulta que, según lo que contaban en el pueblo de él...
¡¡¡Ah...las tardes esas en el pueblo!!!
En que iba a comprar de todo al negocio más grande, con lo que era semillería, maquinarias, y útiles de todo tipo para jardín. Además de un "cuantohay" .. El dueño, un gordo panzón, charleta y divertido. Que cuando me veía llegar, lo primero que hacía, era ofrecerme un café y una silla cómoda para charlar...y yo...que soy ...igual de conversadora...me quedaba horas, hablando de bueyes perdidos con él y su ayudante ( Don José )
Pero igual salían los temas, que era conversar y saber de los que eran ""extranjeros" en el pueblo...
Yo ya me había ""curado en sanidad"" o sea, yo misma le había contado, poco menos que mi vida entera, así él no elucubraba nada...y yo podía estar tranquila, que no me colgaría alguna historia extraña de mi pasado....jejejejejeje...
Quizás lo hacía igual...pero """Oídos que no oyen ...corazón que no siente..."" ..Creo...
Resulta que el gordo se sabía las historias de todo el que venía al pueblo...y contó que el gaucho Rudecindo, venía de la provincia de la Pampa, en donde trabajaba en una estancia, que había comprado un gringo...porque la familia dueñ de la tierra, se había arruinado.
El Rudecindo, desde el principio se llevó a las patadas con el nuevo dueño...Claro...cómo no...Si él era y es un gaucho de ley y el gringo no entendía de conductas, esas para él tan extrañas...de los hombres de campo.
Resumiendo, que el gaucho se dió por despedido, en una de las discusiones y se las picó para la capital...Sin tener más idea, que de donde vivía su antiguo patrón.
Alla fue a parar, al barrio Norte, en donde la familia, que siempre lo había empleado a él desde que era un niño. Ya que, así se da la vida, en las estancias antiguas, en que las familias se quedaban, por generaciones trabajando para sus dueños.
Cuando el antiguo patrón, se enteró de las discordantes relaciones, entre el gringo, que le había comprado las tierras y el Rudecindo, no tuvo más remedio que tratar de ayudarlo.
Pero...¿ Cómo hacerlo? ¿ Cómo ayudar a un hombre de campo, en la ciudad?
Y de repente tuvo la brillante idea, de que en Ingeniero Maschwitz, generalmente se hablaba de que sería bueno tener un gaucho asador...
La mayoría de sus amigos, se quejaba de que los días Sábados y Domingos, tenían a todos los parientes, amistades y que se yo qué más...en las casaquintas y ellos tenían que hacer el asado tradicional, en vez de jugar con sus hijos o atender a sus padres o visitas...
Hacer un asado bien hecho, parte desde saber hacer el fuego...y elegir por supuesto la carne adecuada...todo un trabajo que requiere toda la atención del asador.
Así entró el Rudecindo, a las vidas de las personas de la localidad.
El, que no era""ningún quedado de la mollera""...Se sintió feliz, de así ganarse la vida y además estar en su metier de hombre de campo...
¿ Por qué?..¿ quién no sabe, las destrezas de cómo se hace un asado...en el campo ?
Nadie sabía, cómo el se empezó a vestir primero con la tradicional bombacha, con las alpargatas tradicionales, la boina. Aparecieron... las rastras de plata...después cambió el cuchillo común, por un facón de plata todo labrado...
Claro, el gaucho no era ningún tonto...se empezó a hacer pagar muy bien, sus oficios de buen asador.
Se corrió por toda la localidad. La novedad de que había, un muy buen asador. Aunténtico gaucho de la provincia de la Pampa. Que hacía unos asados, que eran la delicia de los comensales.
Así el Rudecindo, empezó a tener ""una agenda " muy ajustada los fines de semana.
Así lo conocí yo.
Contratado por mi paciente, para un gran asado con todo...lo que eso significa, para el cumpleaños de su hijo menor.
Jamás me olvidaré, de todos los preparativos...Desde la compra de la carne, de los chorizos, de las morcillas, del pan...en fin de todo lo que es ...la ceremonia de hacer un buen asado...
Del vino, se ocupa el dueño de casa, por supuesto.
Un buen vino tinto...de la mejor cosecha de Mendoza.
Ese día, el Rudecindo llegó vestido con sus mejores pilchas y con sus juegos de cuchillos, para hacer el asado...
El juego de cuchillos lo traía en una especie de tira larga de cuero...en que él tenía todos los diferentes cuchillos, que ocuparía para preparar la carne.
Su cara con de miles de arruguillas, por la exposición al sol, con sus ojos de mirar pícaro y su andar cansino de hombre de campo y que se sabe cotizado por los citadinos...que eran los dueños de las casaquintas de la localidad.
Ese día se lució. El asado, las morcillas, los chorizos, fueron para chuparse los dedos.
De ahí en más...disfruté junto a la familia de mi paciente, de los mejores asados, choripanes, y morcipan... que he comido en mi vida.
Fue en Ingeniero Maschwitz, con el Rudecindo y su andar cansino, de hombre de campo, de la provincia de la Pampa.
Recuerdos ...recuerdos.
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