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Tema: Anécdotas divertidas y de las otras

  1. #11
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    Jugábamos, hasta que el cansancio y la ropa sucia nos lo permitió. Ahí fuimos, todos directo a la cocina a tomar la leche con chocolate con galletas de miel y de limón, que la Petronila hacía tan ricas, cuando nos daban la respectiva porción las devorábamos sin mas, para así poder pedir otra ración.
    Así transcurrió el día de cumpleaños de la tía. Y fue además el año en que ella conoció a su novio eterno, ese que el Poeta le presentara.
    Ella y este señor escritor, poeta y solterón, se enamoraron, creo ahí mismo, entre los festejos, convidados y demases del cumpleaños.
    Así comenzó una nueva etapa en la casa y los preparativos de las fiestas, ya que, el señor, ahora con el tiempo convertido, en novio eterno, fue artífice de grandes cambios en las fiestas.
    Bueno, pero esa historia, es otra historia, que la contaremos otro día.

  2. #12
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    Los novios de las tías.

    ¿ Alguna vez participarón de alguna aventura de esas de niños-ñas, con novios prohibidos y novias a escondidas?
    La tía Florita, no tenía permiso, para andar con este novio. ¿ Por qué?. Porque él llegó a la casa, que era a la vez pensión ( alojamiento ) propiedad de su madre, en que los huéspedes, eran solamente admitidos por recomendación. Estamos hablando eso sí, de añares ha. Entonces el futuro novio, cometió un error garrafal. Llegó con una señorita, muy pituca, vestida a la última moda, a solicitar, que la madre de la tía Florita, le alquilara una pieza.
    La distinguida acompañante, era nada mas ni menos, que la hija única de la madama mas reconocida del puerto de Valparaíso. O sea, el señor venía con alguien, que jamás habría aprobado como amistad, en los círculos sociales de esa época.
    ¡Horror de horrores! La madre de la tía Florita, cuando la reconoció, casi le dió un patatús. Porque, de esta señorita se hablaba mucho, en los tés de señoras y en los cumpleaños de los caballeros. De ahí que, el soponcio de la madre de la tía Florita, causó que de inmediato el señor en cuestión, fuera mal mirado.
    Pero, ya era medio tarde, porque Florita cantaba, acompañada del piano, por su hermana Rosario. Ambas cuando vieron entrar al caballero en cuestión, vestido además con el uniforme blanco de temporada de Verano, de marino. Ambas casi de inmediato, quedaron prendadas de él.
    Ni que decir, lo que entre ellas pasó, discusiones, alegatos, de quién sería la que lo hablaría primero, porque el señor de marras consiguió, no sé bajo que artilugios extraños que la madre de la tía lo aceptara como huesped. Quizás la dueña de casa, también fue víctima del encanto de este marino, futuro novio clandestino de la tía Florita.
    Así fue, como esta pareja se formó, con miradas de pasión contenida, en los encuentros casuales, en las escaleras, en que cada uno miraba al otro, con cara de: Te como la boca de un beso.
    Pasaron varios días antes que el señor en cuestión, hablara a la tía, ésta toda confundida, y ademas colorada, porque sí sabía, que él era prohibido por su madre, que aunque le alquilo la pieza, después volvió en sus cabales y prohibió estrictamente a su hijas, que tuvieran alguna amistad con él.
    Sin embargo primó la curiosidad, la atracción, y el desparpajo de ambos. Ya que, a la primera que pudieron se citaron en una parte alejada de la ciudad. pero en esa época las señoritas no salían sin algúien que las acompañara, y la tía Florita le tocó salir, con su sobrina Hilda, una chiquita de 7 años, muy vivaz y divertida. Se encontraron con el novio, él llegó con un ramo de flores y una caja de chocolates. Quizás intuyendo que la compañía que tendrían sería Hilda, y los chocolates servirian de distracción o mejor de soborno, para que ella no contara nada, del encuentro, que aunque inocente, podría significar la expulsión de él, de su alojamiento. Caminaron por la ciudad, llegaron a un monumento a los Héroes de una batalla, justo en ese momento, la chica le pregunta: ¿ Cómo te llamas? El que se pone algo nervioso, le dice... Dime Tío Arturo Prat.
    Hilda se quedó conforme con ese nombre, que en ese momento, a ella no le decía nada, ya que, todavía en el Colegio, las monjas no hablaban de las batallas de lo que fue la guerra, del país, hace ya muchos años.
    pero, Hilda en algún momento fue al colegio, cuando ya se hablaba de los héroes y del monumento que estaba en la ciudad, en homenaje a ellos. ella sin saber mas ...Cuando le dijeron que Arturo Prat, era ese señor de bigotes y barba, que con un sable estaba inmortalizado en la estatua, ella dijo a voz en cuello: Ese no es mi tío. No es Arturo Prat. La monja fue hasta su escritorio, interrogandola con casi un coscorrón : ¿Qué dices niña?...Hilda afirmó. ¡Yo conozco al tío y ese no es.!
    Gran alboroto entre las monjas, que no hallaron mejor manera de corregir tamaño error, con llamar a la apoderada de esta niña, que es una mentirosa, ( lo menos que dijeron ). A lo que Hilda, repetía casi llorando, mi tío es Arturo prat, y ése señor de ahí no es él. escándalo en las aulas, porque ya todo el Colegio o se reía, o se burlaba a gritos de Hilda.
    La apoderada, era la madre de la tía Florita. Que cuando llegó al colegio, para ver que pasaba con todo esto, interrogó a Hilda de la manera que sabía. Con una mirada de esas que fulminan, le dijo: ¿Qién te dijo esto de tu tío ?...Hilda inocente respondió. El novio de la tía Florita.
    Para qué. Se armó ahí mismo, un alboroto, porque ya la madre de la tía sospechaba de las salidas de su hija. Así que, la señora salió casi corriendo del Colegio María Auxiliadora, muy pituco por lo demás, y todo eso era un escándalo. Llegó a su casa, y lo primero que hizo, fue agarrar casi de los pelos a su hija, e interrogarla, de tamañas mentiras y los por qué de ellas. La tía Florita confesó casi de inmediato, porque le tenía miedo a su progenitora y su carácter. Ahí no mas...rápidamente, la madre fue a la pieza, en que estaba viviendo el marino y poco meno, que lo sacó a tirones, de su casa, a los gritos de ; Ud jamás vuelva a poner un pie en esta casa.
    Bueno, en resumen, esta historia de amores clandestinos de la tía, ha quedado en las anécdotas de la familia. Porque, gracias a una niñita y al marino enamorado de la tía, fuimos medio parientes del héroe nacional. Aunque haya sido de mentiritas.

  3. #13
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    Sorpresa.
    Se despertó soñando, aunque ni sabía que había estado en brazos de Morfeo. Se había perdido una tarde color malva, en las laberínticas calles del pueblito, después de libaciones varias en la taberna, con los parroquianos de siempre. Algunos de mano pesada, ya que, él como extranjero, tenía que aguantarse las bromas de ellos. Le dijeron de todo, menos lindo; aunque ni le importaba que así fuera, porque sabía que el pago de piso, en su intrusión en el bucólico lugar, tendría de todo tipo de bromas y tomadas de pelo. Así que, siguió la tomatera con ellos. En algún momento se acuerda, lo tomaron de los brazos y lo llevaron al Hotel, para dejarlo ahí sentado en el hall, cual muñeco desmañado y borracho. No supo cómo llegó a su habitación, ni menos quién lo había desnudado. Durmió como un angelito y ahora que despertaba, ni sabía bien a exacta manera qué le había pasado.
    Se acordaba vagamente de unas manos presurosas, que lo tocaron, después él trató de fijar la vista, para saber quién era, la persona que estaba ahí, tratando de acostarlo, pero en ese preciso instante, su cabeza dió unas vueltas, como calesita de pueblo y se quedó dormido.
    Ahora medio despierto, con la resaca del trago y el estómago revuelto, trataba de ponerse de pie, sin conseguirlo. Se quedó acostado pensando en el misterio que le significaba el alma compasiva que lo había acostado.
    Algo le picó en el brazo, y en el cuello, rascandose casi sin darse cuenta, miró hacia la ventana, para ver si estaba entreabierta y por ahí entraban los mosquitos. Pero no, estaba cerrada.
    Se siguió rascando hasta que una roncha roja le apareció. Pequeñas gotitas de sangre brotaron, no se dió cuenta. Ahí en ese instante apareció la figura de entre las cortinas y se abalanzó sobre él. Casi casi lo aplasta, el cuerpo era de una mujer, él sin tino trata de sacársela de encima, no puede en el esfuerzo, la sangre en gotitas ya son chorrones, que caen por su cuerpo. Ahí en ese mismo instante, siente la modedura en el cuello.

  4. #14
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    El novio artista, de la tía.

    Tal como conté antes, en el cumpleaños de la tía, en que el Poeta vino invitado junto a su señora La Hormiguita, le presentaron a la festejada su amigo el Pintor, que era un artista plástico residente en la capital Santiago, y que había venido mas o menos de colado a la fiesta, por se amigo del Poeta y su señora. Cuando fueron presentados, ambos tuvieron unas miradas de aquellas que son, casi casi un aviso de pasionales encuentros. Porque ambos sintieron como un estremecimiento cuando se dieron las manos y se miraron a los ojos. La tía después se lo comentó a la Petronila, en la cocina cuando ambas ordenaban la vajilla y guardaban la cristalería.
    El la había convidado a la inauguración, de su exposición de oleos y acuarelas, en el Museo Nacional de Bellas Artes, que se inauguraba el próximo fin de semana, y la tía habia accedido a ir.
    La Petronila, no muy contenta le dijo:¿ Señora ud va a ir y recién lo conoce? a lo que la tía contestó : No puedo desairar a un amigo del Poeta ¿ No te parece? Y hasta ahí llegó la conversación. Yo era mudo testigo de todo esto, porque siempre andaba detras de la tía, según yo, ayudando, pero en verdad, no sólo eso, sino que, quería saber las conversaciones de los mayores y además, por ayudar la Petronila, me regalaba los caramelos con nueces que ella hacía y que me encantaban.
    Bueno, llegó el gran día, en que la tía iba a Santiago, a la expòsición, que se inauguraba con bombos y platillos, con reseñas en todos los diarios importantes del país. Diarios que ella compró y asi saber algo mas del señor artista....que según ella era tan educado y de buenos modales, pero que según la Petronila, no sólo eso era, sino que un señor de lo mas audaz y además que como era soltero, debía tener mas de 10 novias en la capital. A lo que la tía le contestaba con un:
    ¡Dejate de decir tonteras Petro, yo voy a mirar la obra de un artista!. Pero la aludida se hacía como que no escuchaba y hacía unas caras de lo mas cómicas....porque era evidente el interés en el señor de marras que tenía la tía.
    Sin embargo, esto en la familia fue un notición. Todos opinaban de la situación. Sus hijos, los hermanos, las hermanas, las nueras y los yernos- Todos tenían algo que decir, sobre el tema. Pero ella no escucharía a nadie, y además como era viuda y ya grande, cada uno podía decir lo que quisera, ella haría lo que estimara conveniente. Ese fue el comentario un día en el almuerzo, en que todos estaban diciendo el tema y las opiniones de cada uno. Ahí no más se armó una discusión entre sus hijos, las nueras y los yernos. Pero ella se levantó de la mesa y no dijo ni una palabra de todo esto.
    Llegó el día del viaje, que parece a última hora a la tía se le ocurrió invitar a mi madre y a mí, para que la acompañaramos, quizás previendo comentarios maliciosos de la familia. Así fue, como ibamos en el micro de larga distancia a la capital, un día Sábado, con un sol resplandeciente y yo mas contenta de ir a conocer el Nacional de Bellas Artes, del que tanto se hablaba en casa de la tía.
    Llegamos a Santiago y el pintor, nos fue a buscar a la terminal del bus, con un auto todo lustrado y que parecía sacado de una postal antigua...mi madre y la tía chochas con la atención de este señor tan caballero, que al verme ni siquiera chistó, porque mi madre se apresuró a decirle que no tenía con quién dejarme en Viña del mar, cosa que era una mentira, me llevó porque me dió un ataque de llanto si no lo hacía y como mi madre en ésa época estaba muy pegada a mi, por su reciente viudez, así fue como paré de invitada de piedra, a la exposicion en la capital.
    Continuará

  5. #15
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    El Día de la Exposición en el Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile, fue todo un acontecimiento, no sólo para mí, sino que para todas, mi madre y mi tía. El Pintor, estaba rodeado de intelectuales de la época, también asistió el Poeta con su señora. En fin, era el acontecimiento, de la temporada. La sociedad se reunía así, para comentar a unos de sus artistas, ya que, el pretendiente de la tía, era uno de los mas conspicuos representantes de ella.
    Ni que decir, cómo me sentía entremedio de todos los adultos, porque yo era la única niña chica, ( de edad y de porte ) que estaba ahí. Algunos invitados me miraban con cara de sorpresa como diciendo ¿ Qué hace esta niñita aquí?, pero mi madre y mi tía ponían cara de " Yo no fui"" y así continuabámos paseando, por entremedio de todos y escuchando lo elogios a las obras expuestas. Quizás ese fue mi gran momento, en que aprendí, que el arte era importante, en la vida de muchas personas, y que quizás yo también, alguna vez podría ser parte de él. Pero, bueno a esa edad uno tiene las fantasías mas especiales y locas, que se pueda uno imaginar para el futuro, y yo no era la excepción.
    El pretendiente, resultó ser un gran cicerone, para mostrarnos la capital. Nosotras, que eramos muy provincianas con mi madre, disfrutábamos de andar en el reluciente auto de él, con la tía paseandonos por todo Santiago. Nos alojamos en un Hotel muy tradicional, El Carrera, que años después, muchos años después, tuvo una historia triste, en el golpe de estado de Pinochet y compañía, pero esa es otra historia, que ya algún día contaré.
    Esa vez, fuimos al Zoo, en el Cerro San Cristobal, al que se sube por un pequeño funicular, y los grititos míos al ver la ciudad, desde la altura provocaban las risas de los demás. Vimos los animales enjaulados y todos me dieron mucha pena, ya que, yo los imaginaba en áreas mas grandes y sueltos en ellas y no en las jaulas que los mostraban, algunos muy tristes por su encierro. De ahí, que hice algunos comentarios, pero la tía me miró con cara de...¡A callar, que a ud no le pidió nadie su opinión!. Eran los tiempo, en que se respetaba tanto a los mayores, en que uno se quedaba callada ante la orden.
    La visita al Zoo, terminó con un paseo por el Barrio Bellavista, en donde el Poeta algún día, compraría la casa llamada La Chascona, con su tercera mujer Matilde Urrutia. Pero eso sucedería, años después.
    Así, la visita a la capital y todo lo que ella significó en la familia, porque después de ella, la tía fue la novia eterna del Pintor y ellos marcaron una etapa en la vida de todos, ya que, "inauguraron " la pareja puertas afuera, algo totalmente inusual en esa época. Pero la tía y él eran personas muy pero muy inusuales y ""raros"" según todos en la familia. Algo que a ellos los tenía sin cuidado.
    Vivieron así, cada uno en su casa y en su lugar, la tía en Viña del Mar, cumpliendo su sueño de tener la escuela particular de Bellas Artes y él en Santiago, pintando en su caserón de señor soltero. Así ellos se visitaban y tenían su romance, que lo conservaron hasta el final de sus días. La tía una pionera.
    Última edición por Caracolamarina; 08/12/2009 a las 07:39

  6. #16
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    Clases de teatro para todo el que quisiera.

    El teatro, era para mí y para toda la familia, una manera de juntarse en Santiago, para ver la última obra de la Cía ICTUS, en el teatro de la Universidad Católica de Santiago. Así cuando una obra se anunciaba en el diario El Mercurio de Santiago, ( diario que compraba la tía, porque contaba con un suplemento muy bueno de espectáculos, y que todos leíamos con fruición, ya que, nos ponía al día de lo que se veía en la capital )
    Así entonces, se elegía una obra para ir a verla, ya que Viña del Mar, aunque contando con un Teatro Municipal, no contaba con los dinerillos para traer grandes compañias desde la capital. Entonces había que viajar. Ni les cuento, todo lo que eso significaba en la familia.
    Primero se elegían a los que viajaban, sobretodo a los mas "chicos" (pequeños en edad), que pugnaban por ser elegidos, pero se los consideraba muy pequeños, para quizás entender las obras, y quedaban con llantos y pucheros fuera de la lista. Después, veníamos los de mediana edad( en ésa época eramos los mas) en que la mayoría, quería ir, porque significaba ver, no sólo la obra sino que, ver a los integrantes de la familia de allá lejos. A los primos y primas y así estar al dia en todos los comentarios familiares. Noviazgos ( pololeos) y chismes varios de los primos mas grandes, los que ya eran casi adultos y estudiaban en la Ues. de Santiago.
    Bueno, en esos menesteres de ser elegidos, todos tratábamos de portarnos de lo mas diligentes posibles, cada uno hacía méritos, algunos ayudaban a hacer el aseo de la zona que funcioanab como escuela de bellas Artes de la casa, aseo que consistía en limpiar los piso de restos de yeso ( clases de escultura ) de restos de pinturas ( clases de pintura al óleo) en fin. Limpiar los pisos significaba...pasar la dichosa virutilla de piso, con el movimiento cansador de los pies. ( esto lo conté antes en los preparativos del cumpleaños de la tía )
    Bueno, otros elegíamos ayudar en la cocina, y si era temporada de hacer mermeladas, bueno nos arremangábamos los brazos para poder dar las vueltas en la olla de cobre con la cuchara enorme de madera, y que de repente aunque cuidabamos que no pasara, quedábamos todo salpicados con la mermelada hirviendo. Auch...Auch..cuando me acuerdo de esas "quemazones" me duelen todavía. Otros
    , se ofrecían para ayudar a hacer las comprars y traer los busltos pesados de la feria. En fin todo competíamos por el lugarcito anhelado en el tren, para ir a Santiago a ver teatro.
    A veces gané la competencia, y me tocó ver a la Cía de Nissim Sharin hacer teatro del absurdo, y así me prometía a mi misma que yo podría alguna vez estudiar teatro.
    Bueno, al final, eso pasó, pero con otra motivación, que no tenía que ver con el teatro, en sí mismo.
    Fue, cuando empecé a dar clases, en la U de Chile y necesitaba saber impostar la voz, para no quedar sin cuerdas vocales. Ahí recurrí a clases de teatro, en que casi se me olvida la intención primera, y me quedo como actriz de ...no sé qué, porque era malísima, para aprenderme mi libreto al pie de la letra. Sí improvisaba mucho y mis compañeros, me querían matar, jejejejejeje cuando me tocaba darles el "pie" para su dialogo o monólogo, pero eso sucedió muchos años después.
    Continuo con la historia de las idas al teatro de la Pontificia Universidad Católica de Santiago de Chile.( que nombre mas pomposo ¿ verdad? )
    Al final, los elegidos, ibamos en el vagón del tren con la tía, el Pintor ( el novio eterno ) y alguna otra tía, para ver la obra que se estrenaba en la capital. Cuando se nos elegía, teníamos que tener las dos "tenidas" ( trajes) uno para ir al teatro y otro para viajar. Así que eso tasmbién era otro acontecimiento entre la familia. ¿^Cómo vestirse cada uno de los elegidos? Todo un trabajo para las madres y tías.
    Continuará.

  7. #17
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    Ida al teatro en la capital.
    Bueno, cada uno de los elegido iba con sus mejores pilchas, y cada uno también sabía que este premio era por "buena conducta" así que, tratábamos de ser merecedores de el premio. Que además consistía, no sólo en ir a ver la obra de teatro elegida, sino que, ir a tomar el té, donde los primos de la capital. Eso era todo un acontecimiento, ya que, ellos eran todos mas grandes que nosotros; además la mayoría era estudiante de alguna carrera en la U de Chile, entonces nos parecían algo así como que eran los supercapos en al vida.
    Bueno, cuando con los años me hice adepta a ir a el teatro en Santiago generalmente iba a ver alguna comedia o teatro del absurdo. Tiempos, en que todavía, no conocíamos la turbulencia y desastres,que significó la política de años después, en que todos caímos en una especia de torbellino negativo y salimos en los diarios de todo el mundo, que comentaban lo que pasaba en el país. Bueno, así quizás, el teatro que es la representación de la vida misma, en esos años era sólo teatro del absurdo. Para mí.

  8. #18
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    Algo divertido de don Sata.

    Me mudé a Viña del Mar. El último año del Gobierno del Doctor. Porque por esas cosas de la vida, después de nacer en Valparaíso, crecer en Viña del Mar, terminé viviendo de nuevo en Valparaíso, hasta que, Viña del Mar me hizo los guiños pertinentes y decidimos mudarnos con la familia a el barrio de Recreo Alto, mas bien dicho, en el principio de él, casi, casi llegando a la Avenida que llegaba a la playa de Caleta Abarca.
    Ahí llegamos el año 1973, en Enero, para mas fecha exacta. Alquillamos un chalecito de dos pisos, muy lindo, con jardín, patio con cuatro árboles de duraznos. La familia contenta, ya que, contábamos con vecinos con hijos simpáticos y así todos nos hicimos amigos. Uno de los vecino, era coronel retirado de las Fuerzas Armadas chilenas. Su apellido era Soto, pero se le conocía en el lugar como Don Sata, apodo que tenía en el regimiento que servía, al que lo había llevado, ya que, Don Sata había sido puesto, por su madre, debido a lo malulo y travieso que era desde pequeño.
    El era de Rancagua, lugar al Sur de la provincia, en que la zona es mas rural y está asentada en campos y lugares de fundos ( haciendas, estancias ).
    Sotito, como le decíamos, desde pequeño había sido el mas travieso del lugar de su nacimiento el pueblito de Lo Miranda, en que él y sus amigos, todos los días hacían de las suyas, ya sea, metiendose en predios ajenos, para robarse la fruta de los árboles, sin tener la necesidad de hacerlo, sólo por traviesos y por el desafío de que nos los pillaron haciendolo. Generalmente el cuidador, de los predios, los asustaba, tirando tiros con perdigones al aire, y ahí él y sus amigos salían corriendo, patitas que te quiero.
    Pero un día, Sotito, se le antojó hacer una maldad nueva. Resulta que ese Sábado a la iglesia del pueblo venían unos pitucos de Santiago, a casarse, porque ella, era hija de uno de los dueños de fundos, mas ricos de la zona. Sotito supo la noticia, en el almacén del pueblo y se le ocurrió lo siguiente. Juntar ciruelas verdes, comérselas, y después de eso encaramarse en las vigas del techo de la iglesia. No sé si él lo había hecho a propósito, sabiendo los efectos de las ciruelas verdes en el estómago. Creo, que si alguna duda tuvo, se le olvidó rápido.
    Hete aquí, en el día de la ceremonia, con los mas conspicuos habitantes de los aledaños, vestidos con sus mejores ropas, en la iglesia para el casamiento de la niña del dueño de las tierras.
    Sotito y sus amigos, que en todo lo secundaban, (quizás ya en ésa época se vislumbraba en él, el futuro coronel del Ejército, por lo mandón )estaban sentados desde temprano en las vigas del techo de la pequeña iglesia. De repente, a uno de ellos le empezaron los retorsijones de estómago, y ahí no más, a iniciativa de Don Sata...el contenido del estómago, pasó a caer encima de los asistentes al casorio. Ni que contar, los gritos, de las damas, las palabrotas de los caballeros y las risas a los que no le habían caído, los desechos desde "el cielo"... Así fue, como Sotito, apodado don Sata, había hecho su fama, haciendole honor a su apodo.
    Última edición por Caracolamarina; 15/12/2009 a las 08:30

  9. #19
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    Algo no tan divertido de Don Sata

    Les sigo contando del vecino en ésa época jubilado de la fuerzas armadas como Coronel en retiro. Enero del 73. Chile. Viña del Mar.
    Hicimos amigos nuevos, cada uno mas simpático que el otro, todos eramos matrimonios muy jóvenes con hijos pequeños, todos celebrábamos los cumpleaños y los santos ( sí, allá se celebran los santos ) o por lo menos se celebraban. En fin, el Doctor gobernaba como podía, con grandes problemas sociales.
    Quizás digo...esto es una opinión muy particular y propia, el país no estaba preparado sociológicamente ni cívicamente, para una revolución en libertad, porque se cometieron muchos excesos de ambas partes...pero bueno, no quisiera entrar en ese tema, que es doloroso. Sólo trataré de contar estas anécdotas y nada mas.
    Don Sata o Sotito, siempre se anotaba con su señora para las celebraciones de los santos, de hecho su señora preparaba unas ensaladas exquisitas, para cooperar, ya que, todos nos juntábamos en algún jardín o patio a celebrar el santo pertinente. Así pasaban los meses, en que siempre en Junio y Julio es el mes de los santos, así que las celebraciones eran muchas, y lo pasábamos bien, aunque la comida no fuera mucha ( había una gran escasez de todo, pero eso no era problema, porque varios teníamos amigos con alguna chacrita en donde comprábamos gallinas, verduras o frutas. En fín, nos arreglábamos para compartir y así tener a los vecinos de amigos y disfrtutar de la compañía de todos. A veces alguno ( yo en general ) íbamos a la Caleta de pescadores Diego partales y comprábamos un saco de machas ( molusco muy sabroso ) y las preparábamos a la manteca y queso rallado ( mantequilla ) en sus propia valva...( machas a la parmesana) una exquisitez acompañada de vino blanco bien frío...Bueno así fue pasando el tiempo con algunas vicisitudes de la política que nos afectaban, pero trata´bamos de nno meter las ideas políticas en la amistad...y así todos amigos.
    Hasta que...llegó el 11 de Septiembre, y todo cambió. Sotito fue llamado a la Reserva militar, empezó a usar uniforme de fajina...y a caminar por la vereda del pasaje Romero en Caleta Abarca, como quién pasea por el Regimiento Coraceros. Ahí quizás todos nos dimos cuenta cabal, bien de cerca, que Sotito no sería mas él. De ahí en mas, se convertiría en Don Sata, y no para hacer bromas, seguro. Todos los saludábamos con mucho respeto y ya nadie hizo mas, ninguna fiesta de santo, ni menos de cumpleaños en el Pasaje Romero.
    Empezó una etapa en la historia, del país, que fue quizás la mas dolorosa...para muchos, de ambos bandos.

  10. #20
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    ¿ Alguna vez alguien de uds que leen se subió a un árbol de damascos?

    Sí, bueno igual que nosotros, los múltiples sobrinos, primos, primos hermanos, allegados y qué se yo qué mas, que venían a la casa de los tíos de la ciudad de Los Andes. Ellos tenían una distribuidora de frutos del país, verdulería, algo así como un gran almacén con de todo lo que uno se pudiera imaginar. se llamaba "La Quillotana"" y estaba ubicada enfrente de la plaza priincipal del pueblo, que ya en ésa época, ya era casi ciudad.
    Los tíos tenían una casa tipo casona de campo, con 2 patios, habitaciones enormes, en uno de los patios habían varios árboles frutales, entre ellos un enorme damasco, que daba unos frutos grandes, jugoso y muy dulces. Pero resulta que a mis primas y a sus amigos no les llamaba la atención subirse a sacarlos, porque del negocio de sus padres podían comer lo que quisieran.
    Hasta que sucedió un hecho especial. Resulta que, desde la casa del lado con patio colindante, casi con el muro de separación, vivía un matrimonio al que le gustaban mucho los gatos. Y un día, una gatita pequeña, muy linda de angora blanca, con ojos zarcos, se subió arriba del árbol. No fue nada mas verla y a todos se nos ocurrió bajarla del árbol para poder jugar con ella. Pero la gatita no tenía la mínima intención de dejarse atrapar por la bandada de chicos que eramos, quizás intuyendo, que la pasaría mal, entre los brazos de todos, llevandola de un lado a otro, como un juguete. Entonces se quedó en lo mas alto del árbol de damascos.
    Todos queríamos tomarla, así que, nos subimos al árbol, cada uno trepando como una especie de carrera de monos. Las ramas sosteniendonos apenas. Cuando estábamos arriba, nos dimos cuenta que los damascos estaban a punto de maduros y cada uno empezó a probar, diciendole a alguno:¡ Oye come que están ricos y dulces!...
    Para qué...todos empezamos a darnos una panzada de los frutos, a la hora de la siesta, con el sol reventando en nuestras cabezas..Bueno, la gatita quedó olvidada, porque al rato todos y cada uno de nosotros, empezó a sentir los efectos de los damascocs maduros y asoleados, y cada uno se bajó como pudo del árbol, corriendo hacia los baños, algunos gritando por los retorcijones, otros pálidos y asustados. En fin, ese día fue casi para la historia de la famila. Los mayores le pusieron "El día del árbol" y cuando se acordaban de el hecho, todos reían a carcajadas, mientras nosotros nos avergonzábamos y nos acordábamos de la hermosa gatita, de la cual nunca mas supimos.

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