Querida Caracola, es muy cierto que la vida nos va enseñando a capear los temporales. La edad parece que en sus arrugas nos trae a veces buenos consejos. Me alegra ver que sigues siendo "junco", es la única manera de no hundirse. Yo también soy de las que prefiere callar, y teniendo razón, no buscar la discusión. ¿Para qué ? El mejor desprecio es ignorar a quienes nos quieren hacer daño. Ay, cuántas cosas nos enseña la vida. No tenía ni idea que estuvieras en Viña, he estado mucho tiempo sin entrar por aquí. Supongo que poco a poco me iré animando. Le diré al maridito, que he hablado contigo. Seguro que te mandará cariños, un abrazo.
Marcadores