Las paradojas de la vida.
Hoy, mi nietito menor argentino, cumple 25 años; por esas extrañas circunstancias de la vida, mi hijo, Miguel Angel, hace dos años, estaba viviendo, sus últimas horas de vida.
Cada cual en su mundo ajeno y propio.
Uno acá, estudiando y quizás ya pensando, en cambiarse de trabajo, para poder tener nuevos desafíos. Tuvo éxito en su propósito.
El otro, allá allende Lo Andes, también trabajando, pero con su ritmo acelerado de vida, que lo atrapó sin remedio y que ya lo llevaba por el sendero, de no estar más por acá...entre los vivos.
El tiempo, es muchas veces extraño, insondable en su calendario, nos hace estas jugarretas, en las emociones y en la mente.
¿Podemos siquiera imaginar, que un hijo se irá para siempre, hace dos años, cuando quizás a esta hora, su madre dormía, o pensaba en el cumpleaños de un joven, que vivía otro año?
Vaya a saber, no recordamos hacia atrás en estos casos...
Hoy llamará al nietito, le cantaré ""Apio verde tuyu"" a lo mejor nos reirémos, con la canción divertida.
No lo sé,
Allá lejos, entre las dunas, el viento marino, con el Océano Pacífico cerca, descansa... el que fue mi hijo.
La vida...la vida.
Cuando recordamos ...que la vida es un milagro...quedan pocos de este lado del mar...
Algo alcanzamos a decir...a contar...en las palabras que fueron mudas...
duermen las miradas calladas ...duerme la suavidad de tu sonrisa...
en la luz se sostienen ...imprecisas, indecisas...las dádivas de la vida.
Cerca de donde estas...transfigura el alma...de las cosas...
la paz y la belleza...eran un sueño...de hallar lo que me falta...
creo a veces hallarlo...y no sé si será...lo que esperaba...
y lo dejo pasar...cuando se va me duele...perderlo...una vez más.
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