Si miras el cielo
en la plenitud de la noche,
verás un paisaje eterno
a través del reflejo lunar;
donde lo inverosímil
se esfuma en la nada.
Donde trasciende mi lienzo
correspondido en un sólo sentimiento.
Si te pienso en este lugar abducido,
te tengo arraigado a mi cintura
como se tienen la arena y el mar,
no hay comisura más perfecta
que la nuestra.
Se posaron en mi piel
cientos de mariposas escarchadas,
con un lenguaje de matices
exhaustivos, encandilados,
que me alborotan los sentidos.
Que nunca más nadie podrá alcanzarlos…
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